sábado, 4 de octubre de 2014

Efectivamente, la revolución no es una marcha triunfal en línea recta


«Los grandes dirigentes del proletariado Marx y Lenin han señalado y recalcado que la evolución no es una marcha triunfal en línea recta. Cosecha victorias pero también sufrirá derrotas, avanza con zigzags y va ascendiendo gradualmente. La historia del desarrollo de la sociedad humana demuestra que la sustitución de un sistema social por otro superior no se realiza en un solo día, sino que abarca toda una época histórica. Tampoco las revoluciones burguesas, que reemplazaron el sistema de explotación feudal por el capitalista, pudieron salvarse en numerosos casos de la contrarrevolución. Un ejemplo de ello lo constituye Francia, donde la revolución burguesa, la revolución más profunda y radical de la época, no logró instaurar ni consolidar de inmediato el régimen capitalista. Después de su primera victoria en 1789 la burguesía y las masas trabajadoras se vieron obligadas a alzarse de nuevo repetidas veces en revolución para derrocar a la monarquía feudal de la dinastía de los borbones y el sistema feudal en general e instaurar definitivamente el régimen burgués.

La época de las revoluciones proletarias acaba de empezar. La aparición del socialismo representa una necesidad histórica que emana del propio desarrollo objetivo de la sociedad.

Esto es algo inevitable. Las contrarrevoluciones que se han producido, los obstáculos que salen al paso pueden prolongar por cierto tiempo la vida al caduco sistema explotador, pero son impotentes para contener el avance de la sociedad humana hacia su porvenir socialista». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

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