domingo, 2 de noviembre de 2014

El tránsito al socialismo tiene axiomas básicos que requieren que cumplan todas las experiencias revolucionarias

Milicias armadas del Partido Comunista de Checoslovaquia, durante los eventos de febrero de 1948

«Pese a las desviaciones de izquierda y derecha históricas del partido durante los años treinta y cuarenta, lo cierto es que sobre todo tras la victoria de febrero de 1948 el partido comprendió definitivamente de que no hay término medio posible entre el camino revolucionario y el reformista, que las condiciones específicas de Checoslovaquia no alteran en lo más mínimo las tareas que su proletariado debe realizar para conducir a la sociedad sin clases explotadoras del socialismo y posteriormente a la sociedad sin clases del comunismo:

«Aunque somos conscientes de las diferentes condiciones en las que la democracia popular está construyendo el socialismo, es decir, cuando nos damos cuenta del equilibrio cambiante de fuerzas en el mundo a favor del socialismo, por el hecho de que la Unión Soviética y el resto de democracias populares pueden proporcionarnos asistencia económica, diplomática y  de otro tipo, aún así hay un principio inmutable: la identidad de nuestro viaje al camino de la Unión Soviética consiste en pasar por la industrialización socialista, la colectivización socialista, la agudización de la lucha de clases, la liquidación de las clases explotadoras, la alianza de la clase obrera con el campesinado trabajador, mientras que el papel principal de la alianza lo cumple la función de la clase obrera y la gestión de su partido comunista». (Josef Horn; Discurso en la Asamblea Nacional de la República de Checoslovaquia, 17 de mayo de 1950) (Anotaciones de Bitácora (M-L) al documento: Klement Gottwald; Programa de acción del nuevo gobierno Checoslovaco, 1948)

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