martes, 27 de enero de 2015

Joan Comorera ironizando que supondría seguir los pasos de la socialdemocracia, del anarco-sindicalismo o del nacionalismo burgués o pequeño burgués

Cartel propagandístico antifascista del Partido Socialista Unificado de Cataluña durante la Guerra Civil de 1936-1939

«Terceramente, también debemos aclarar nuestra ideología.


¿Queremos volver a la socialdemocracia, en alianza con los residuos anarco-sindicalistas? La socialdemocracia es un cadáver insepulto que contamina el ambiente. La socialdemocracia rusa sirvió a los generales blancos y a los ejércitos intervencionistas contra la Revolución de Octubre de 1917. La socialdemocracia alemana se entregó sin luchar frente a los caporales de Adolf Hitler. La socialdemocracia inglesa llegó al poder para entregarselo a Chamberlain. La socialdemocracia española era la fuerza fundamental de la República, y a los dos años y medio, la República caía en manos de los filofascistas. La socialdemocracia francesa llegó al poder en Francia apoyándose en el movimiento de masas más profundo que haya conocido Francia, y a los pocos meses inventó el Comité de No Intervención, se convirtió en el «valet de chambre» de Neville Chamberlain y de las «200 familias francesas» y meses después abriría las puertas del poder a Édouard Deladier y Georges Bonnet, clamó ir a la guerra contra la Unión Soviética y en ayuda de la Finlandia de Emil Mannerheim, votó la destitución anticonstitucional de los diputados comunistas, y dos tercios de sus diputados –«símbolos del cretinismo parlamentario»– votaron el juramento a la República de Pétain, la revolución nacional fascista de Pétain, la colaboración con los alemanes, según la filosofía de uno de sus líderes «valía más vivir hitleriano, que morir francés». La socialdemocracia finlandesa se ha aliado con Hitler en la guerra contra la Unión Soviética y las Naciones Unidas. La socialdemocracia sueca controla el gobierno que ha pactado con Hitler en el paso por territorio sueco, de tropas, armas y municiones contra la Unión Soviética y contra los «hermanos escandinavos» de Noruega. La socialdemocracia noruega  controla el gobierno que dejó a los «quislingistas» [1] que abrieran el fiordo de Oslo y el puerto de Bergen a la escuadra de Hitler. La socialdemocracia danesa en el poder, no dispara un solo tiro contra los núcleos de invasores y ha comenzado a colaborar con ellos y seguirá haciéndolo hasta que los nazis se cansen. Y así en Holanda y Bélgica. Y así en todos lados. En toda Europa son abundantes los Charles Spinnasse, los Paul Faure, los Thomas Mann, los anarco-sindicalistas como René Belin, servidores «abnegados» de los nazis. ¿Qué deseáis pues camaradas? ¿Os place la perspectiva de un Partido Socialista Unificado de Cataluña transformado en un apéndice del «socialismo» mierdificado del Sr. Indalecio Prieto? ¿Debemos convertirnos, «por milagro de Sant Jordi», en nacionalistas pequeño burgueses? Prepararense entonces para exaltar el nacionalismo ramplón  de la clase obrera catalana, a provocar, de contragolpe, el nacionalismo agresivo de la clase obrera española; a servir un plato gratis a la burguesía catalana, a la burguesía española, a las castas tradicionales enemigos jurados y sin cura de Cataluña y de la España progresista, a celebrar cada año muchas jornadas «Patrióticas», bien arregladas, con floridos ramilletes compuestos de claveles y ginestas, con sidra a todo trapo. ¡Que encuentros haríamos! ¡Después de estas comuniones se arreglaría el resto! ¿Os place camaradas, que el PSUC cambiara la hoz y el martillo por San Jordi y el dragón?». (Joan Comorera; Una nueva etapa histórica; Conferencia de Joan Comorera, en una asamblea de militantes del Partido Socialista Unificado de Cataluña, residente e Mèxico DF, con el motivo de disolución de la Komintern, 12 de junio de 1943)

Anotaciones de la edición:

[1] Vidkun Quisling, político noruego conocido por la colaboración con los invasores nazis. Su nombre se identificaba enseguida como sinónimo de traidor.

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