lunes, 23 de marzo de 2015

El desgaste paulatino de la credibilidad de Podemos; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

Teresa Rodríguez junto a Pablo Iglesias, miembros de Podemos

Conforme va pasando el tiempo, Podemos en su objetivo de ganar las elecciones generales del Estado español del 2015 va tropezando con uno y mil escollos que cada vez le resultan más difíciles de sortear a sus miembros. El patetismo que alcanza esta organización en su viaje por embaucar a la gente para que le vote ya no deja indiferente a nadie. Y no somos pocos los que nos alegramos por observar cómo se confirman los análisis anticipados al respecto sobre la tendencia de Podemos en pro del reformismo burgués, cómo se constata el hastío de una población que empieza a no ser indiferente ante la demagogia desplegada por Pablo Iglesias y su séquito de embaucadores; otros en cambio empiezan a mostrar un serio enfado por haber creído en esa mentira cosechada por los medios de (in)comunicación de masas, repudiando a tal organización tanto o más como el que en su día lo hizo desde el principio; otros, en relación a los últimos acontecimientos y escándalos empiezan a ver a la organización con serias dudas, y ya no creen en sus bonitas palabras ni en sus figuras, aunque aún permanencen afines, al menos formalmente; a otros les faltan kilómetros en la geografía española para huir del espantoso ridículo de afirmar –como autodenominados «marxistas»– que se debía apoyar a Podemos  porque «serían  un verdadero cambio en el sistema», estos ahora mismo simplemente guardan silencio al saberse la colosal estupidez de su llamamiento.

Como sabe el lector, no hace mucho hemos analizado en profundidad la política de Alexis Tsipras y de SYRIZA en el documento: «¿Es Alexis Tsipras el nuevo Enrico Berlinguer?» de 2015; no consideramos por tanto necesario extendernos en demasía en esta publicación por las existentes políticas paralelas entre Podemos y SYRIZA, pero sí realizar ciertos apuntes que son tan importantes como igualmente curiosos.

Sabemos que Podemos, y todos los partidos revisionistas de esta tipología, consideran las elecciones parlamentarias burguesas como el objetivo final de su política y el «caballo de batalla» donde miden si su política de engaño surte efecto [1]. Mientras se acercan las elecciones generales, Podemos cada vez va destapando su naturaleza oportunista de «ganar a toda costa» y como decimos esto va incidiendo en su popularidad, influencia, credibilidad, etc. Expliquemos alguno de los fenómenos que va demostrando su «destape» paralelo a la pérdida de credibilidad de Podemos entre la población trabajadora más combativa, más consciente de la realidad que le rodea.

1) Su posición en las elecciones andaluzas y los tanteos al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Partido Popular (PP) para pactar con ellos

En las inminentes elecciones andaluzas, el secretario de Participación Interna de Podemos, Luis Alegre, afirmó hace poco que el partido en dicha comunidad autónoma no tiene expectativas de gobernar:

«Andalucía no es una Comunidad Autónoma en la que tengamos expectativas de acceder al Gobierno en estas elecciones». (Luis Alegre; Entrevista en la Cadena Ser, 2 de febrero de 2015)

Esto pese a ser obvio según los sondeos preelectorales, levantó la sorpresa entre la opinión política, pero además reforzó la idea de que Podemos sería clave para el próximo gobierno en Andalucía pues las encuestas no daban la mayoría ni al Partido Popular (PP) ni al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

A las pocas horas seguramente obligado por la cúpula de partido y azuzado por el dardo que la propia candidata de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, lanzó contra este tipo de derrotismo:

«Quienes conocemos esta tierra sabemos que podemos y debemos ganar Andalucía». (Teresa Rodriguez; Twitter, 2 de febrero de 2015)

Luis Alegre rectificaría matizando sus palabras diciendo que:

«Salimos a ganar primero en Andalucía y en mayo en el resto de las comunidades autónomas». (Luis Alegre; Entrevista en Telecinco, 2 de febrero de 2015)

Ese día Luis Alegre declaró que Podemos no cierra la puerta a un pacto con el Partido Socialista Obrero Español bajo la afirmación de que no son sectarios:

«Podemos no va a facilitar gobiernos del Partido Popular, no es una fuerza en absoluto sectaria, cualquier partido que quiera sumarse al cambio será bienvenido. Ahora bien, sobre el Partido Socialista Obrero Español andaluz sí que queremos decir que tendría que dar un giro de 180 si quiere llegar a un acuerdo con nosotros. Empezando por un compromiso implacable contra la corrupción». (Luis Alegre; Entrevista en la Cadena Ser, 2 de febrero de 2015)

Esto también fue ratificado recientemente en una entrevista dada al canal La Sexta concedida por Teresa Rodríguez en el programa Al Rojo Vivo, que ante la pregunta del presentador no descartó una coalición con Susana Díez del Partido Socialista Obrero Español ni siquiera tampoco con Juan Manuel Moreno del Partido Popular si estos aceptaban puntos del programa de Podemos. En realidad es lo mismo que han hecho sus rivales: que desde hace semanas e incluso meses «se han sacado los ojos» pero eso no les impedía descartar tampoco unirse entre sí: si el otro «aceptaba partes de su programa» y se negociaba un acuerdo bilateral beneficioso para ambos.

Los marxista-leninistas sabemos –y los no marxista-leninistas, pero con un poco de sentido crítico estamos seguro que también–, que cuando los políticos burgueses utilizan este lenguaje es que se abre la puerta de par en par a aliarse para gobernar con cualquier partido que se lo permita, y Podemos no utiliza un lenguaje que indique algo diferente. Recordemos, por ejemplo, que SYRIZA –hermano ideológico de Podemos– nos hablaba de conformar un gobierno de «coalición entre las izquierdas» y sus partidos –que ya era un completo bluff– y finalmente ha acabado aliándose para formar gobierno a los nacionalistas-derechistas Griegos Independientes [2].

Esto nos indica que tras las elecciones del 22 de marzo de 2015, con el 35,4 % del Partido Socialista Obrero Español y sus 47 diputados –insuficiente para los 55 de la mayoría absoluta–, el 26,4% del Partido Popular y el 14,5% de Podemos, en Andalucía no será raro ver un gobierno PSOE-PP, pero lo gracioso es que tampoco lo sería ver uno PSOE-Podemos o incluso PP-Podemos.

Tampoco hay que olvidar el 10,9% y 9 diputados de Ciudadanos (C's), que seguramente será quién forme gobierno con el Partido Socialista Obrero Español finalmente, pues es la alianza que menos polémica causa para los militantes de PP-PSOE-Podemos, y gracias a los 9 diputados que lograría el biomio PSOE-C's, se daría mayoría absoluta para gobernar a esas dos organizaciones. Pero en cualquier caso, en lo referente a lo que estamos viendo, estas declaraciones de los dirigentes de Podemos sobre las elecciones nos muestra que tanto en Andalucía como en España han manifestado su intención de aliarse con los viejos partidos del «bipartisimo» con tal de llegar a gobernar en Moncloa; es decir, la intención de formar un gobierno de coalición de «casta» y «neocasta».

2) El apoyo al pacto y medidas de Tsipras y la Troika en Grecia

El día 20 de febrero de 2015 Yanis Varoufakis presentó el listado de reformas del Gobierno Griego al Eurogrupo [3]. En dicho listado se traicionaba no sólo los interés de las clases populares griegas sino que inclusive se traicionaba el propio programa electoral de SYRIZA, dichas reformas causaron disturbios en Grecia e incluso críticas internas en el partido, todo esto ya lo analizamos en el documento sobre SYRIZA y Alexis Tsipras al que hacíamos mención. Después de que el Eurogrupo aceptara el listado de reformas, Pablo Iglesias de forma cínica declaraba en una entrevista que estaba contento con los resultados de las negociaciones y de que:

«Por fin hay un gobierno del sur de Europa que negocia y no obedece». (Pablo Iglesias; Entrevista en Telecinco, 23 de febrero de 2015)

O lo que es lo mismo, está contento de que el nuevo gobierno griego haya podido «negociar» para acabar haciendo lo mismo que los gobiernos que no «negociaban sino directamente obedecían»: esto es, realizar reformas en detrimento de las clases trabajadoras y en pro de la burguesía nacional y extranjera por exigencia y presión directa de la Troika –Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional–.

Con este ejemplo sencillo nos preguntamos: ¿qué credibilidad le puede quedar a Pablo Iglesias cuando declaraba en esa misma entrevista que «hay varios sectores que creo que deberían ser desprivatizados» cuando apoya el listado de reformas de Alexis Tsipras del 20 de febrero que reniega del programa desprivatizador de SYRIZA con el que acababa de llegar al poder? ¿Quién va a creer en cualquiera de las otras propuestas similares a las de SYRIZA que ha prometido Podemos? ¿Quién va a creer entonces a este Tsipras español sino los que se benefician de la falsa apariencia de «cambio» con Podemos?

3) Los piropos a Pablo Iglesias por parte de conocidos pseudomarxistas

Si todo esto fuera poco, recientemente Podemos y Pablo iglesias han recibido el alago de dos conocidas figuras que han bastardeado el marxismo-leninismo identificándose inexplicablemente con el. El primero uno de los pioneros del «socialismo del siglo XXI» Evo Morales, ha venido declarando sobre Pablo Iglesias:

«Está planteando asamblea constituyente, nacionalización de los recursos naturales, que los servicios básicos sean un derecho humano. Todo el programa nuestro, y está primero en las encuestas». (Evo Morales; Discurso, 28 de febrero de 2015)

A Evo no es que no es que se le olvide decir que unas nacionalizaciones no cambian las relaciones de producción capitalistas de un país, sino que estamos seguro que no tiene conocimientos para discernir algo así, lo que sí silencia a propósito desde luego, es que su programa económico ha sido y es como el de Pablo Iglesias la receta socialdemócrata de la «economía mixta» [3], expresión que en Bolivia se muestra enfatizado por el amplio nivel de capital extranjero en el país, empezando por el capital chino. Ahora, ¿qué Pablo Iglesias es un «socialista del siglo XXI»? Eso no se lo discutimos a Evo Morales, faltaría más, pero desde luego no permitiremos el oprobio de que los bufones de la burguesía como Evo Morales o Pablo Iglesias se declaren marxistas y leninistas sin que nadie les salga al paso.

También hace unas semanas, otro conocido líder del revisionismo, Julio Anguita, declaró que Pablo Iglesias es:

«Un sabio adaptador de Lenin a las actuales circunstancias». (Julio Anguita; Entrevista en El Día, 8 de febrero de 2015)

¡«Lo que faltaba para el duro»! No hace falta enumerar las conocidas desviaciones de Pablo Iglesias para saber a estas alturas que está en las antípodas del leninismo, desviaciones que son paralelas en muchos casos a las del propio Julio Anguita. Pese a ello, Anguita, el mayor «gurú del revisionismo español» desde Santiago Carrillo, nos bendice con sus directrices y declara convencido que:

«Pablo Iglesias me parece en ese sentido una mente lúcida que sabe adaptar a los grandes maestros a la realidad sin siquiera tener que hablar de ello». (Julio Anguita; Entrevista en El Día, 8 de febrero de 2015)

Según este «genio» revisionista, el nuevo mesías del revisionismo es tan poderoso que nos conduce al leninismo sin explicar a la gente la necesidad de asegurar la hegemonía del proletariado; sin popularizar por qué es menester organizarse bajo un partido dirigido por el centralismo democrático; sin recalcar el hecho de que cada militante debe tomar y estudiar su doctrina de forma científica; sin abogar por desarrollar la lucha de clases hasta sus últimas consecuencias para lograr la toma de poder, eludiendo la cuestión de la instauración de la dictadura del proletariado; sin explicar por qué es necesaria la eliminación de la propiedad privada y las leyes fundamentales del capitalismo; sin proponer la planificación e industrialización del país en el sentido marxista; sin promover una lucha ideológica contra la religión y toda la cultura retrógrada... así como todos aquellos axiomas que son inherentes al estudio social histórico y sus leyes. Pero según el viejo revisionista cordobés, el señor Iglesias parece que ha logrado conducir a las masas trabajadoras al leninismo y sus fundamentos sin que ellas mismas se den cuenta. Bajo este dibujo surrealista podríamos decir que el neoliberal Mariano Rajoy del Partido Popular, el nacionalista-burgués Artur Mas o el revisionista Alberto Garzón de Izquierda Unida, así como muchos otros, también entrarían en este esquema de «adaptación del leninismo sin hablar de leninismo» y no romperían ningún reglamento, porque según Anguita se puede ser leninista sin hablar de leninismo, ¡incluso atacándolo frontalmente como hace Pablo Iglesias con su teoría antimarxista del «precariado» y la predicación del eclecticismo ideológico!

La triste realidad de este sofisma es muy diferente: desde luego cuando no se dispone de formación ideológica no se puede ser leninista sin conocer y comprender el leninismo, pero sí puede pasar en cambio que no teniendo formación ideológica se sea seguidor de una doctrina y seguir profesándola sin hablar de ella e incluso sin saber que se está actuando bajo sus lineamientos, y eso es lo que logró Julio Anguita en los 90 con el Partido Comunista de España (PCE) integrado en Izquierda Unida (IU), donde consiguió que en PCE-IU se siguieran basando en el eurocomunismo carrillista sin que la cúpula partidista tuviera la necesidad de usar tal etiqueta; por otro lado esto repercutió en la paradoja de que gran parte de la militancia debido a su nula o deficiente formación ideológica no era consciente de que la línea de los 90 a la que se adherían no había roto con el revisionismo eurocomunista; es más, incluso existió la situación de cuadros que se declaraban en desacuerdo con la figura de Santiago Carrillo pero no estaban en capacidad para saber que sus tesis aprendidas en el PCE-IU de Julio Anguita coincidían con las del propio Santiago Carrillo. Esa paradojas aún prevalece en tal partido revisionista.

Recientemente Julio Anguita ha aparecido en un mitin de Izquierda Unida para «tender la mano a Podemos», entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, esto quiere decir, que intenta estrechar una alianza entre estos dos partidos y figuras revisionistas, partidos y figuras que compiten por convertirse en el nuevo «Felipe González» como «figura de la izquierda» y en el nuevo «Partido Socialista Obrero Español» como pretendido partido de «izquierda en el poder».

4) Una vez más el alarde de la no ideología definida como algo progresista

Lenin ya dijo que no hay ideología intermedia entre ideología burguesa e ideología proletaria, no hay por tanto un progreso en albergar una amalgama de ideologías antiproletarias como hacen los revisionistas del «socialismo del siglo XXI». Podemos vuelve a demostrar una vez más con la declaración de sus jefes de partido que no es un partido con ideología definida, que no tiene cuerpo ideológico certero que comande un proyecto anticapitalista serio, no solo porque mezcle varias ideologías sino porque entre este cóctel selecto de ideologías desde luego no está el marxismo-leninismo. Hay que decir que como organización de mil ideologías donde «el todo vale» cada dirigente se puede definir ideológicamente como guste, e incluso efectivamente mezclar ideologías e inventarse ser parte de otras, esto lo confirma Teresa Rodríguez, cuando al preguntarle sobre su ideología trotskista ella lo confirma pero matizando:

«Yo dentro de mi patrimonio ideológico está el trotskismo, es decir la gente que en su momento fue la más crítica con la deriva autoritaria de la Unión Soviética, y del marxismo, del pacifismo, del ecologismo, y del feminismo, y de la autonomía en Andalucía, tengo muchas fuentes ideológicas». (Teresa Rodríguez; Entrevista en La Sexta, 19 de marzo de 2015)

Precisamente Teresa Rodríguez fue miembro del partido socialdemócrata-trotskista Izquierda Anticapitalista –partícipe de la IV Internacional trotskista–, partido que sería la plataforma y columna vertebral de Podemos en su fundación. Este hecho nos recuerda a SYRIZA y su nacimiento [4], para el cual en su fundación integró al trotskista Izquierda de los Trabajadores Internacionalista, con la diferencia que este partido no es su columna vertebral para su fundación como si lo fue Izquierda Anticapitalista en Podemos. Los Miguel Urban, Iñigo Errejón o el veterano trotskista Jaime Pastor eran parte de Izquierda Anticapitalista y ahora ocupan puestos clave en Podemos, pero de igual modo aunque Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias no han militado en tal partido si han colaborado con él y siempre se han manifestado cercanos al trotskismo. ¿No es cierto que un verdadero partido marxista-leninista debería tener entre sus deberes hechos el tener una evaluación objetiva de la Unión Soviética? ¿Quién será el necio pues que crea que va a construir el socialismo en España un partido que analiza la experiencia de la Unión Soviética y la construcción del socialismo desde la óptica de Lev Trotski?

Pero como la andaluza Teresa Rodríguez reconoce, Podemos «está abierto a todos» y toda ideología es bienvenida desde el trotskismo, el feminismo burgués, el anarquismo, la socialdemocracia, o los nacionalismos o regionalismos burgueses y pequeño burgueses; esto confirman, que igual que los griegos de SYRIZA, son un partido de «multitendencia» ideológica. De aquí que tampoco resulte extraño, como ocurre ya en el seno de Podemos, que se sucedan incluso en momentos de éxito y ascenso de la agrupación las disputas entre miembros por diferencias ideológicas o por mero arribismo, tarde o temprano a Podemos el surtido de ideologías acabará por pasarle factura por tal concepto de «partido moderno y no dogmático», sea por una mala praxis en el gobierno o por sucesivas derrotas que le condenen a la oposición de por vida [5]. Precisamente en este tema del triunfo o derrota electoral azuzan las contradicciones internas del partido, tanto una victoria puede desatar la lucha arribista por los puestos y cabezas de listas, y después por los puestos de gobierno, como de divergencias a la hora de gobernar entre las distintas fracciones pudiendo llegar a la expulsión de líneas y fracciones o miembros concretos del mismo modo. Y una o varias derrotas podrían activar el buscar culpables y eliminar del mismo modo a varias corrientes internas.

***

Todo esto no significa que los revisionistas de Podemos no pueda ganar las elecciones generales de diciembre de 2015, anteriormente en España los partidos como el Partido Socialista Obrero Español bajo un lenguaje de consigna «revolucionario», «de izquierdas» y de «estar siempre con los intereses de los más desfavorecidos», y pese a haber cometido traiciones y fechorías previamente a las clases trabajadoras, eso no les ha evitado llegar a gobernar el país hispano de 1982-1996, o seguir haciendo tras unos pocos años de oposición durante 2004-2011 donde no habían cambiado sino degenerado más todavía su naturaleza.

Una cosa está clara actualmente: si desde luego el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español con su actuación durante estos años y su patético papel, programa y discurso actual preelectoral le van a regalar votos a agrupaciones como Podemos, no es menos cierto que Podemos con su misma actuación preelectoral tan oportunista, se va a quitar así mismo otros tantos, y entre medias de esto; sin duda otros votantes despertarán ante la abrumadora evidencia y dejarán de seguir a todas esas organizaciones que buscan simplemente alcanzar el poder aunque eso suponga cohabitar y contribuir al mantenimiento de la burguesía. Con tal realidad ante sus narices muchas de las masas populares incluso dejaran de confiar en el juego parlamentario burgués como medio para poner solución a los problemas del día a día, dándose cuenta de las reglas fraudulentas «democráticas» de la democracia burguesa, y de su imposibilidad de poner fin a su sufrimiento a través de esta herramienta de la burguesía para controlar la política del país y garantizar su poder económico y por ende, el cultural. Pero en el mejor de los casos estas masas quedaran presas del apoliticismo tan característico del anarquismo, y en el peor de la demagogia fascista, todo «gracias» ante la inexistencia de un partido marxista-leninista que cumpla el rol subjetivo en la explicación de estas sencillas pero impostergables cuestiones.

Aunque Podemos lograr ganar las elecciones generales y lograr pactar para formar gobierno, de seguir estos pasos, y no disimularlos mejor de lo que está haciendo ahora, ellos mismos se revelaran incluso delante de sus militantes más afines como los pseudorevolucionarios que son. Siguiendo otro hilo diferente, esto es, disimulando mejor su oportunismo y llegando al gobierno, pese a todo, su praxis pro capitalista y burguesa en un gobierno en solitario o coalición los delatara de igual forma, y si cabe más rápido que si estuviera haciendo el juego a los partidos de la burguesía en la oposición gubernamental. Tal partido, con tales características no puede durar ni el ni sus insidias:

«Cualquier enmascaramiento, falsificación o desviación de la teoría científica del marxismo-leninismo no puede tener larga vida. Tarde o temprano se desenmascara porque está en oposición con los ideales de la clase obrera, de los pueblos que luchan por la liberación, por la verdadera democracia, por el socialismo, por una sociedad sin explotadores ni explotados». (Enver Hoxha; Informe en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1981)


Anotaciones de Bitácora (M-L):

[1] Para ver la cuestión de los objetivos y las técnicas para llegar al gobierno de los partidos revisionistas como los viejos partidos eurocomunistas o los actuales Podemos o SYRIZA, véase:


[2] Para saber más sobre el programa de alianzas y su práctica final con fuerzas de todo signo ideológico tanto de los eurocomunistas como de los «socialistas del siglo XXI», véase:

Alianzas con organizaciones de todo color y pelaje; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

[3] Para ver el listado de reformas del Gobierno griego al Eurogrupo y una crítica a dicho pacto, ver:


[4] Para ver sobre el eclecticismo ideológico de este tipo de partidos americanos y europeos partidarios del «socialismos del siglo XXI», véase:


[5] Para ver el fraccionalismo y el desgaste de este tipo de partidos, véase:

La lucha de fracciones y líneas: la espada de Damocles en los partidos de este tipo; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

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