jueves, 5 de marzo de 2015

La famosa «economía mixta» y el capital extranjero como pilar económico; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

Alexis Tsipras y John Milios en un mitin de SYRIZA

«La forma en que trataban la economía el Partido Comunista Italiano y en la que lo hace SYRIZA, es quizás la prueba más evidente de que estábamos con el PCI y estamos con SYRIZA ante partidos que fomentan no sólo la perpetuación de la burguesía y su poder económico, sino que promueven su expansión.

1) La «economía mixta» es el eje en el que se apoyarían todos los partidos socialdemócratas en el siglo XX. Los revisionistas a lo largo del siglo pasado también hicieron gran hincapié en esta idea económica: fue el caso de los revisionistas nicaragüenses o el de los revisionistas eurocomunistas propiamente, otros que no lo incluían dentro de su programática oficial en la práctica reducían su programa económico a tal pensamiento.

Esto decían los revisionistas eurocomunistas italianos respecto a la economía:

«Para realizar una sociedad socialista no es necesaria una estatización integral de los medios de producción. Junto a un sector público actuará la iniciativa privada. Particular función desempeñarán la propiedad campesina libremente asociada; la artesanía; la pequeña y media industria; la iniciativa privada en el campo de las actividades terciarias. En esta concepción del proceso de transformación de la sociedad en sentido socialista, debe existir una articulación del sistema económico que asegure una integración entre la programación y el mercado, entre la iniciativa pública y privada». (Partido Comunista Italiano; La política y organización de los comunistas italianos; Tesis y estatutos aprobados en el XVº Congreso del PCI, 1979)

Las pocas nacionalizaciones de los hipotéticos gobiernos eurocomunistas hubieran sido nacionalizaciones bajo el orden democrático-burgués y hubieran mantenido las relaciones de producción capitalistas en las ramas nacionalizadas y por tanto no hubieran formado una propiedad socialista, lo que hubieran creado estas nacionalizaciones serían una propiedad de tipo capitalismo de Estado, es decir, una propiedad privada colectiva de la burguesía como ocurre en algunos países en los que se haya un gran peso económico del llamado sector estatal o público; esto puede verse más claramente en lo ocurrido en muchos países revisionistas como es el caso de la Unión Soviética revisionista. Pero en realidad la teoría de la economía mixta, ni siquiera preveía la creación de una economía donde el capitalismo de Estado fuera monopolio o casi monopolio como en algunos países capitalistas gobernados por revisionistas o algunos otros gobernados por reformistas socialdemócratas, sino que ellos imaginaban una sociedad donde se mezclaran distintos tipos de propiedad, incluyendo la abierta propiedad privada que además gozaría de un gran peso económico. Dicha economía mixta tan popular en el mundillo eurocomunista de Enrico Berlinguer, pero también de Georges Marchais y Santiago Carrillo, sería refutado sin piedad por los marxista-leninistas:

«No se requiere ningún conocimiento particular de las leyes sociales para comprender que el cuadro de la sociedad llamada «socialista» que presentan los eurocomunistas, no es sino el cuadro exacto y más típico de la sociedad burguesa actual. El elemento básico que caracteriza un sistema social es la propiedad de los medios de producción. Si la propiedad de los medios de producción es privada, entonces tenemos que ver con un sistema donde el hombre explota al hombre, donde en un polo, una minoría amasa riquezas, mientras que en el otro polo la mayoría abrumadora del pueblo vive en la pobreza y en la miseria. Ya se ha confirmado que el socialismo no puede existir si no se suprime la propiedad capitalista, si no se destruye el Estado burgués. No puede haber socialismo allí donde la propiedad social sobre los medios de producción no se implanta, sin excepción, en todos los sectores, y no se instaura la dictadura del proletariado». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

En el caso de SYRIZA, como era de esperar, no propone la supresión de la economía privada y apuesta por la misma fórmula de variados tipos de propiedad: la abierta propiedad privada –en manos de uno u más miembros–, la llamado propiedad estatal o «pública» –capitalismo de Estado y propiedad colectiva de la burguesía–, y la cooperativista de tipo capitalista; vamos, que se trata de una economía mixta al uso de cualquier otra sociedad burguesa. Nadie verá por tanto en los discursos económicos de SYRIZA algo diferente cualitativamente hablando, de los programas de otros partidos griegos. Yannis Dragasakis, ex miembro del revisionista Partido Comunista Griego, y ahora miembro de SYRIZA, nos trazaría lo que sería el programa económico de SYRIZA en caso de llegar al poder:

«También, entre otros, es de vital importancia para redefinir el papel y la contribución de todas las formas económicas, las empresas públicas, las pequeñas empresas privadas, grandes empresas privadas, cooperativas e iniciativas económicas solidarias basadas, en el marco de una economía mixta, para un planeado y específica transición a un nuevo sistema productivo, socialmente justo y ambientalmente sostenible. (...) Vamos a investigar directamente las opciones para la formación de colaboraciones programáticas entre el sector público y las empresas privadas, locales y extranjeras, destinados a desarrollar las empresas y la expansión en nuevos sentidos de maniobra tanto en Grecia como en el extranjero». (Yannis Dragasakis; El Programa Económico de SYRIZA-EKM, 2012)

Relacionando la economía mixta como modelo económico y viendo el programa de SYRIZA, vemos que dentro de esa economía mixta se prometían ciertas reformas económicas que no se han cumplido una vez llegado al poder: de hecho todas las promesas, la demagogia y circo montado sobre «parar» las privatizaciones y emprender nacionalizaciones han quedado en «agua de borrajas», si bien en 2012 se prometía la:

«Nacionalización de los bancos. Nacionalizar las antiguas empresas públicas de sectores estratégicos para el crecimiento del país –ferrocarriles, aeropuertos, correos, agua–». (SYRIZA; Programa; 2012)

Con estas reformas según la concepción eurocomunista de los «syrizistas» con emprender un par de nacionalizaciones en ciertos sectores y junto a ello el resto de tipos de propiedad –incluida la abierta propiedad privada– se empezarían a construir el «socialismo del siglo XXI», pero estas mismas prometas ya están siendo desmontadas por ellos mismos en los primeros días de su gobierno de 2014, donde vemos dubitaciones por doquier y donde se evidencia que su promesa de nacionalizar ciertos «sectores estratégicos» e «innegociables para la soberanía popular» no se van a cumplir.

En la lista de reformas enviada por el Ministro de Finanzas del gobierno de SYRIZA, Yanis Varoufakis, antiguo asesor del socialdemócrata Yorgos Papandreu del PASOK, para satisfacer las exigencias de la Troika –Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional– para extender la prórroga del plan de rescate de Grecia, podemos ver:

«No revertir las privatizaciones que se han completado. Donde el Gobierno haya lanzado el concurso se respetará el proceso de acuerdo con la ley. Se revisará el proceso de privatización en aquellos casos que no se haya iniciado con el objetivo de mejorar las condiciones para maximizar los beneficios del Estado a largo plazo, generar ingresos, incentivar la competencia en los sectores del país, promover la recuperación de la economía nacional y estimular el crecimiento a largo plazo. Se adoptará a partir de ahora un enfoque caso a caso, apostando por arrendamientos largos, joint-ventures de colaboración público-privada y contratos que maximicen los ingresos del Estado y también los niveles de inversión privada». (Yanis Varoufakis; Listado de reformas presentado por el Gobierno Griego al Eurogrupo, 24 de febrero de 2015)

En cualquier caso, como ya afirmamos: históricamente se ha visto con el programa de otros partidos socialdemócratas: como el PSOE de Felipe González, muchas veces estos partidos no llegan a realizar las nacionalizaciones que habían prometido. Esperemos a ver como transcurre en Grecia tal promesa de nacionalización, aunque sea por mera curiosidad y ver si SYRIZA cumple este punto de su viejo programa de 2012.

Existen otras muchas promesas de tipo económico presentadas en los programas del período 2004-2014 que en el listado de reformas presentado por Yanis Varoufakis se traicionan. En la web Libremercado –nada sospechosa de ser de izquierda–, un artículo escrito recientemente por el liberal Juan Ramón Rallo resume bastante bien algunas de estas concesiones tan llamativas que contrastan con sus promesas y discursos anteriores:

«Consolidar los planes privados de pensiones como forma de reducir los gastos de la Seguridad Social: Sí, ha leído bien, Syriza promoverá el uso de los planes privados de pensiones para evitar que los gastos en la Seguridad Social sigan creciendo. Supongo que a esto se referirán muchos cuando hablan de «desmantelar y privatizar por la puerta de atrás el Estado de Bienestar para promover el negociete de los bancos». Bueno, si es así, en Grecia disponen de todo un referente al respecto. No readmisión de los funcionarios despedidos por los anteriores gobiernos: Syriza se compromete a no bajar los sueldos de los funcionarios pero tampoco tiene permitido incrementar el gasto total en salarios públicos. O dicho de otra forma, ni subidas salariales ni nuevas contrataciones –salvo para reponer la plaza de algunos de los funcionarios que se vayan jubilando–. Como Rajoy, vaya. Recortes en educación, sanidad y asistencia social: Syriza se compromete a «revisar y controlar el gasto en todas las áreas de la administración –educación, defensa, transporte, ayuntamientos y beneficios sociales–». Asimismo, también habla de «controlar el gasto sanitario y mejora la provisión de servicios de calidad, asegurando el acceso universal». El lenguaje típicamente troikiano –idéntico al utilizado por Rajoy para aprobar sus propios recortes– apunta, como poco, a que los recortes anteriores se mantendrán cuando no ahondarán. No habrá más gasto en servicios sociales, de modo que es de suponer que la «crisis humanitaria» provocada por el austericidio en materia de política social seguirá tal cual. Mantener todos los compromisos de privatizaciones de activos públicos: Las privatizaciones ya acordadas se mantendrán en las condiciones aprobadas por los anteriores gobiernos –¿Syriza ratifica el reparto caprichoso de «lo público» acometido por la cleptocracia anterior?–. Los proyectos de privatización no se cancelarán, si bien podrán revisarse las condiciones preliminarmente acordadas. La Troika decidirá cuándo se sube el salario mínimo: Aquí sí son bastante claros cuando dicen que «la magnitud y el momento de cambiar el salario mínimo se consultará con los socios europeos y las instituciones internacionales, incluyendo la OIT, así como de una nueva autoridad independiente que evaluará si los cambios en los salarios van en línea con la mejora de la productividad y de la competitividad». Primero aumento de la productividad, luego aumento de los salarios mínimos. Lo mismo que hemos venido escuchando en España desde hace años». (Libremercado; Syriza se arrodilla ante la Troika, 25 de febrero de 2015)

Y el autor del artículo concluye con una obviedad:

«A la vista de todo ello, Syriza queda irreconocible: una mera calcomanía del PASOK y de Nueva Democracia salvo acaso porque para muchos Tsipras sea más simpático y empático que Papandreu o Samarás. Pero, en última instancia, ni aumento del gasto social, ni rebaja de los impuestos, ni readmisión de funcionarios, ni «desprivatizaciones», ni reestructuración de la deuda. Nada. Tan sólo han quitado a unos de la poltrona para ponerse ellos. Casta y neocasta». (Libremercado; Syriza se arrodilla ante la Troika, 25 de febrero de 2015)

No deja de resultar sumamente curioso que un diario derechista y su autor que allí escribe este artículo tenga más objetividad a la hora de analizar y emitir un veredicto sobre SYRIZA que muchos de las llamadas «gentes de izquierda» e incluso autodenominados «marxista-leninistas». A la hora de estudiar algo tan simple como las promesas de una agrupación y comprobar su no cumplimiento no nos sirven de mucho fijarnos si el autor que denuncia esto mismo es de una u otra tendencia ideológica, ya que ante tales argumentos: que alguien promete algo y no lo cumple, tiene poca refutación posible, SYRIZA se queda sola, no importa si sea anarquista, marxista o neoliberal quién emita tal acusación sobre la agrupación que no ha cumplido su programa si efectivamente es cierta y ayuda a desenmascarar tal mentira, eso claro si buscamos la verdad objetiva, si lo que buscamos es la legitimización del partido ante todo, por supuesto podemos aludir a que el autor es burgués y dar carpetazo final sin leer lo que nos propone y denuncia. La necesidad y posibilidad para los marxista-leninistas de estudiar estos hechos nos otorga unas jugosas fuentes de información a la hora de valorar a SYRIZA tanto de sus simpatizantes como detractores: hecho como veremos más adelante, como los propios miembros de SYRIZA descontentos ya están empezando a denunciar de cara al mundo las promesas incumplidas por la agrupación griega, otro interesante tema a analizar: ¿llevaran razón o se trata de gente descontenta por otros motivos que trata de pagarlos acusando a Tsipras desde posiciones más a la izquierda? En adelante lo veremos.

2) Los eurocomunistas también eran descarados sirvientes del capital extranjero, algo que no ocultaban, sino que promovían abiertamente sin miedo al sonrojo:

«Berlinguer dijo: «Todas las relaciones con el mundo Occidental deben estar basadas en el beneficio mutuo. Préstamos y que sean ventajosos para los que los reciben como para los que los otorgan y reciben los intereses del pago. Una más estable y económicamente recuperada Italia será atractiva para las inversiones extranjeras a medida que sea rentable, más que la económicamente vacilante y políticamente inestable Italia de hoy en día». (Star News; Los líderes comunistas responden a las amenazas, 14 de junio de 1976)

También con tales esquemas, se creó la idea de que incluso el capitalismo extranjero ayudaría y fortalecería el «socialismo» en los futuros gobiernos eurocomunistas:

«En todas las elucubraciones filosóficas, así como en los programas que han proclamado sus partidos, los revisionistas eurocomunistas no abordan en absoluto la cuestión de saber qué se hará con las multinacionales y los capitales extranjeros. Si no mencionan esto, quiere decir que continuarán siendo parte integrante de la sociedad «socialista» que preconizan, significa que el gran capital estadounidense, germano occidental, inglés, francés, etc., dejarán de pensar en sus superganancias y pasarán a servir al socialismo. A esto se le llama soñar despierto. En esta cuestión Santiago Carrillo, Enrico Berlinguer y Georges Marchais están incluso lejos de aquellos círculos de la burguesía en varios países en desarrollo, quienes, aunque no están por el socialismo, buscan expulsar al capital monopolista extranjero y liberarse de las sociedades multinacionales». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

El capital extranjero y su libre circulación en la sociedad del «socialismo del siglo XXI» no es algo que parece que oculte SYRIZA como ya vimos con la cita anterior de Yannis Dragasakis, pero pero observemos por curiosidad que dice el  autodenominado «marxista» y uno de los hombres fuertes de la política-económica de SYRIZA:

«Daremos la bienvenida a todas las inversiones, públicas y privadas, siempre y cuando las invitaciones y ofertas sean transparentes y ambientales, y la planificación y la legislación laboral estén siendo defendidas y respetadas». (John Milios, Entrevista, 28 de diciembre de 2014) (Equipo de Bitácora (M-L)¿Es Alexis Tsipras el nuevo Enrico Berlinguer?2015)

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