jueves, 5 de marzo de 2015

La historia ha mostrado que si los revolucionarios no hacen sus deberes será aprovechada por otras más reaccionarias

Demostraciones y disturbios antigubernamental en Polonia, noviembre de 1982

«La revuelta de los obreros de Polonia [1] corroboró 
dos cuestiones capitales y de importancia de principios. Mostró que la fuerza de la clase obrera está en condiciones de acabar con un poder reaccionario, sea éste revisionista o capitalista [mejor dicho sería: capitalista vestido de socialismo o abiertamente capitalista - Bitácora (M-L)].

Por otro lado demostró que el factor subjetivo, la fuerza política que dirige a la clase obrera, desempeña un papel decisivo. En el caso de «Solidaridad
», la clase obrera está manipulada y dirigida por la iglesia católica y la reacción polaca y mundial, que luchan por establecer otro régimen revisionista-capitalista a través de un camino erizado de peligros y de trágicas sorpresas. En caso contrario, si ese factor subjetivo fuera un verdadero partido comunista marxista-leninista, la clase obrera polaca llevaría a cabo una revolución proletaria e instauraría la dictadura del proletariado.

El camino de liberación de la clase obrera y del pueblo de Polonia, así como de los de todos los demás países revisionistas, de la explotación capitalista y de la opresión extranjera no es ni el de la conciliación con el régimen revisionista en el Poder y con la esclavitud del socialimperialismo soviético, ni el de la unión con el capital y la reacción occidentales. La lucha abierta y resuelta de las masas populares, bajo la dirección de la clase obrera, encabezada por un verdadero partido marxista-leninista, es el único camino que permite asegurar tanto el desarrollo de la economía, como la libertad y la independencia del país, como la restauración del socialismo.

La agudización de las contradicciones entre las potencias imperialistas, así como con sus socios en los respectivos bloques militares y económicos, conduce cada vez más a nuevas tensiones y conflictos, a guerras de carácter local y general por un nuevo reparto de los mercados, de las fuentes de materias primas y de las zonas de influencia. Esta es una ley del desarrollo del capitalismo.

Mas las contradicciones y los conflictos interimperialistas 
causan también el debilitamiento del sistema imperialista en su conjunto y en eslabones concretos de él. Corresponde a las fuerzas conscientemente revolucionarias saber aprovechar las situaciones creadas por estas contradicciones para movilizar a las masas, para hacerlas conscientes y lanzarlas a la lucha y la revolución». (Enver Hoxha; Informe en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1981)

Anotación de Bitácora (M-L):

[1] Para saber más sobre las revueltas de los obreros polacos y las fuerzas que entraban en juego véase la obra de Enver Hoxha: 
«¿Qué se oculta tras las huelgas de los obreros de los puertos polacos del Báltico?» de 1980.

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