viernes, 3 de abril de 2015

El enemigo de clase siempre atacará al partido comunista y su rol, pero con más ahínco si cabe en los tiempos en que este está en el gobierno y construyendo el socialismo

Conferencia del Partido Obrero Polaco, septiembre de 1948

«En el desarrollo de la teoría del marxismo-leninismo, el camarada Stalin hizo una nueva y gran contribución a las enseñanzas sobre el partido del proletariado. Para los partidos comunistas de las democracias populares, que parten de las enseñanzas leninistas-stalinistas que se ocupan del problema del partido como vanguardia de la clase obrera, les es especialmente oportuno.


Esto es lo que el camarada Stalin escribe sobre este problema:

«Ahora bien, para ser un verdadero destacamento de vanguardia, el partido tiene que estar pertrechado con una teoría revolucionaria, con el conocimiento de las leyes del movimiento, con el conocimiento de las leyes de la revolución. De otra manera, no puede dirigir la lucha del proletariado, no puede llevar al proletariado tras de sí. El partido no puede ser un verdadero partido si se limita simplemente a registrar lo que siente y piensa la masa de la clase obrera, si se arrastra a la zaga del movimiento espontáneo de ésta, si no sabe vencer la inercia y la indiferencia política del movimiento espontáneo, si no sabe situarse por encima de los intereses momentáneos del proletariado, si no sabe elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado. El partido tiene que marchar al frente de la clase obrera, tiene que ver más lejos que la clase obrera, tiene que conducir tras de sí al proletariado y no arrastrarse a la zaga del movimiento espontáneo. Esos partidos de la II Internacional, que predican el «seguidismo», son vehículos de la política burguesa, que condena al proletariado al papel de instrumento de la burguesía. Sólo un partido que se sitúe en el punto de vista del destacamento de vanguardia del proletariado y sea capaz de elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado, sólo un partido así es capaz de apartar a la clase obrera de la senda del tradeunionismo y hacer de ella una fuerza política independiente». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Fundamentos del leninismo, 1924)

Sin el partido como vanguardia de la clase obrera, sin el partido como el «jefe político de la clase obrera», la dictadura del proletariado no es capaz de consolidarse, desarrollarse y fortalecerse en sí.

Es comprensible, por tanto, que preparando desde hace mucho tiempo el golpe de Estado contrarrevolucionario en Yugoslavia a instancias del imperialismo estadounidense, en los traidores y espías de la camarilla de Tito se observa como el elemento fundamental de su obra traidora, en el hecho de la privación del partido comunista y de su papel de vanguardia de la clase obrera, el cual supone la disgregación de la clase obrera y su disolución en el llamado frente nacional.

Tampoco es una cuestión de casualidad que los portadores de la desviación derechista y nacionalista al mando del camarada Gomułka, quisieran privar a nuestro partido del papel de vanguardia de la clase obrera a través de la amputación de las tradiciones revolucionarias, proponiendo entre otras cosas a nuestro partido, unirse con el Partido Socialista Polaco sin que primero éste rompiera con el ala derecha del Partido Socialista Polaco, y sin poner como condición a la plataforma el reconocimiento del marxismo-leninismo». (Hilary MincLas democracias populares en Europa del Este, 1949)

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