jueves, 16 de julio de 2015

Sobre la muerte de Mehmet Shehu; Ismail Badiou, 2012

El siguiente documento es una breve pero importante investigación que arroja luz sobre el caso de Mehmet Shehu, téngase en cuenta que las fuentes que usa el autor en varias ocasiones son fuentes burguesas, por lo que el lector tiene que estar precavido a según que términos y según que descripción de los hechos para saber interpretarlos en su justa medida. 

Como todo el mundo sabe Mehmet Shehu fue uno de los líderes albaneses que más relevancia tendría en Albania. Si bien durante la Guerra de Liberación Nacional todavía no alcanzaría grandes puestos, siendo incluso suplente en el Comité Central, y criticado en varias ocasiones, sin embargo, a partir de los 50 ocuparía grandes cargos como Primer Ministro –cargo que ocuparía hasta su muerte– o Ministro de Defensa –cargo que ocuparía hasta ser relevado en 1980–. Aquí se analizara la cuestión de las razones que le impulsaron al suicido en 1981. Nosotros destacamos cinco puntos que son necesarios para entender el suicidio de Mehmet Shehu, muchos de ellos se comentaran durante el documento:

1) La apertura en los años 70 de los archivos británicos sobre la Dirección de Operaciones Especiales referente a los agentes en Albania: y el consiguiente temor de Shehu de que el partido prestara atención a estos documentos y llegaran a sus manos.

2) Los errores y actos sospechosos de Mehmet Shehu del pasado: ya durante la guerra tuvo sus más y sus menos con la dirección del partido, siendo criticado en la Iº Congreso Antifascista de Liberación Nacional de Albania celebrada en Përmet en mayo de 1944 entre otras cosas por no acatar las órdenes del Estado Mayor General o por el terror infundido en ciertas aldeas, documentos que han salido de nuevo a la luz. Durante el conflicto con los revisionistas yugoslavos Mehmet Shehu fue acusado por los elementos albaneses titoistas de cometer varios errores. Pese a todas las críticas sinceras o no de los agentes yugoslavos sobre Shehu, tiempo después muchos de ellos confesaron que recibieron instrucciones de los revisionistas yugoslavos parar vertir críticas sobre Mehmet Shehu, pero que él mismo era querido por los dirigentes de Belgrado y recomendaban ascenderlo a grandes puestos:

«Kristo Themelko declaró en el XIº Pleno del CC del partido de 1948: «Los yugoslavos han querido a Mehmet». Incluso en un determinado momento se dirigió a Mehmet Shehu y le dijo: «Bien, yo he cometido un montón de errores, pero no olvides que cuantas veces hemos ido a Belgrado, ¡Tito te recibía a ti el primero y no a mí!». «En cuanto a las críticas de diciembre de 1947, –prosiguió Kristo–, es verdad que los yugoslavos lo criticaron, pero a mí me dijeron que presionara en la dirección ¡para que lo nombráramos ministro! ¡Querían llevarse bien con Mehmet porque le tenían miedo!». (De las actas del XIº Pleno del CC del PCA. ACP)». (Enver Hoxha, Los titoistas, 1982)

Esto da a entender que parece ser que esto era: o bien una táctica para engañar a los cuadros sobre la verdadera naturaleza de Shehu para auparle como héroe antitioista en caso de fallar el complot titoista de dominar la dirección del partido, o en su defecto se trataba de una simple pugna de poder entre los elementos titoistas con todas sus vicisitudes complejas inherentes en ella, recordemos que por ejemplo Nako Spiru, uno de los agentes yugoslavos, también fue calumniado por los elementos titoistas con epítetos fácilmente desmontables, pero al parecer aquí la razón fue porque esté ya no quería trabajar más con ellos, se arrepintió de la labor que estaba realizando, con lo que rechazó seguir las órdenes de los yugoslavos en lo sucesivo y acabó acercándose a la línea oficial del partido albanés y de su Secretario General Enver Hoxha, una doble faz de Nako Spiru que solo fue revelada tiempo después de su suicido, cuando sus viejos calumniadores confesaron cuando estaban siendo procesados que Spiru también trabajó durante un tiempo para los yugoslavos antes de abandonarlos, esto sucedió en 1948, cuando el partido incluso le había enterrado con honores, por lo que sobra decir que el partido no estaba al tanto de su servicio a los yugoslavos durante un tiempo. Estos ejemplos revelan la complejidad de la lucha de clases.

Otro de los hechos más importantes a tener en cuenta es que durante la Conferencia del partido en Tirana de 1956, en la cual muchos de los elementos ya criticados  en otras ocasiones y otros nuevos que hasta entonces habían permanecido emboscados, intentaron establecer la nueva línea protitoista y projruschovista acorde a la nueva ola de revisión desatada por el XXº Congreso del PCUS. Estos miembros del partido fueron animados entre bastidores por Beqir Balluku, delegado del Comité Central en aquella conferencia, y Fiqret Shehu, primer secretario del Comité de Tirana del partido, y como se supo después también por el propio Mehmet Shehu. En aquel entonces al partido solo le pareció evidente la nefasta actuación jugada por Fiqret Shehu quién fue destituida del cargo y amolestada por su condescendencia ante los elementos antipartido.

3) Las contradicciones entre Mehmet Shehu y Enver Hoxha y la línea oficial del partido respecto a la economía: Shehu estaba recuperando para 1981 las teorizaciones de otros desviacionistas y agentes que ya a inicios de los 70 habían sido descubiertos y condenados, nos referimos a los intentos de los revisionistas chinos de ganarse a los elementos más vacilantes que estaban de acuerdo con sus ideas en materia económica, militar y política:

«Resulta evidente, y ésta es mi opinión, que los gestos poco amistosos de este género se multiplicarán debido a que los chinos no están de acuerdo con la línea de nuestro partido, debido a que no están satisfechos de que no sigamos su línea liberal, estadounidense y prooccidental. (...). Por otra parte, es posible que con el golpe que asestamos a los enemigos Abdyl Këllezi, Koço Theodhosi, etc., les hayamos pillado las manos a los chinos, no porque Abdyl Këllezi fuese el presidente de la Asociación de Amistad Albania-China, sino porque estaba de acuerdo con las concepciones político-económicas de Chou En-lai, porque era el amigo de los chinos, su «amigo precioso», por no decir más. La descentralización de nuestra economía, la marcha hacia la autogestión, el sabotaje de nuestra industria petrolera, el inflamiento de la burocracia y otras fechorías de este género de Abdyl Këllezi y compañía, eran muy del agrado de Chou En-lai, si es que no fue el mismo Chou quien se las susurró al oído». (Enver Hoxha; Los chinos endurecen sus actitudes respecto a nosotros, 5 de agosto de 1975)

No menos importante es el rechazo del partido del primer borrador de Shehu sobre el nuevo plan quinquenal, un trabajo que tenía que realizar para el VIIIº Congreso del PTA de 1981: 

«Se esforzó por cometer «algunos otros errores»: dejó completamente abandonado su informe para el VIIIº Congreso del Partido, lo presentó tarde y con flagrantes errores políticos de modo que el Buró Político lo rechazó». (Enver Hoxha; Cuadro sinóptico sobre la actividad subversiva del enemigo Mehmet Shehu; Intervención en el IVº Pleno del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania, 24 de septiembre de 1982)

Con razón se decía entonces:

«Los yugoslavos creen que Hoxha es el que tiene las riendas del régimen albanés, y en contra de los partidarios de un Mehmet Shehu, aperturista tras su hermético pasado». (El País; Hoxha reapareció, ante la Asamblea albanesa para proponer un nuevo primer ministro, 25 de enero de 1982)

Esta equidistancia entre los dos fue anotada años después por un periodista que asistió al congreso:

«El congreso fue inaugurado por la primera veterana comunista Miha Lako, jubilada de la ciudad de Korça. En su lado derecho estaba Enver Hoxha y a la izquierda Mehmet Shehu. Había una gran seriedad en esta convención, una falta de comunicación entre los dos grandes, que nunca se miraban el uno al otro. Estaba siguiendo estas dos figuras de vez en cuando. Nunca se sentaron el uno al lado del otro. (...) En una de las sesiones dirigidas por Mehmet Shehu, Enver Hoxha no asistió. ¿Qué pasó? No se sabía nada, pero una mirada cuidadosa me hizo darme cuenta de que había un acuerdo entre ellos. (...) . Hasta este punto mi pronóstico, mirando de vez en cuando desde el lugar al final de la sala de prensa donde estaba ubicada la rotativa. Miré y recordé eventos similares cuando ambos estaban juntos y constantemente se comunicaban entre ellos. (...) En un informe entregado al Congreso sobre directrices para el siguiente plan de cinco años, Mehmet Shehu era muy frío, con una lectura uniforme sin su rostro ordinario, pálido como si el entusiasmo en el país donde estábamos pareciese como sin vida». (VOAL; Los últimos días de Mehmet Shehu - Notas del periodista de ART, Timo Luto, 22 de septiembre de 2017)

4) Las añadidas críticas de los camaradas del partido por la cuestión de los lazos de su hijo con una familia de famosos emigrados anticomunistas y la negativa a aceptar su limitada autocrítica en estos temas: algo que sin duda tensó aún más la situación, ante un partido que ya de por sí desconfiaba de sus últimos movimientos:

«El 17 de diciembre comenzaron las intervenciones en la reunión del Buró Político. Todos los camaradas, viejos y jóvenes, intervinieron y condenaron con decisión el noviazgo del hijo de Mehmet Shehu con una muchacha en cuya, familia había 6 ó 7 criminales de guerra. Expresaron su insatisfacción por la autocrítica de Mehmet Shehu, exigieron que éste la profundizara y descubriera dónde tenía su fuente un error así, le hicieron numerosas preguntas, le recordaron que había cometido errores desde la época de la Lucha de Liberación Nacional, que se había colocado por encima del partido, hablando sobre su envanecimiento y su arrogancia irrefrenable ante los cuadros y prácticamente ante todos sus más próximos colaboradores de trabajo en el Gobierno, en el Buró Político, etc. –todas estas intervenciones fueron escuchadas desde el día siguiente al suicidio tal como se habían producido, registradas en cinta magnetofónica, por todo el Pleno del Comité Central y por las reuniones de cuadros del partido–. La crítica de los miembros del Buró Político fue enérgica, franca, bolchevique, pero como condena se solicitó «amonestación grave en la tarjeta de registro». En este espíritu había preparado también yo mi intervención, en la que hacía un recuento de los errores de Mehmet Shehu desde la época de la guerra –también esta intervención fue escuchada por el Pleno del Comité Central y por las reuniones de cuadros del partido tal como iba a ser presentada después de las intervenciones de los demás camaradas–. Pero no se presentó aquel día a causa de que se hizo tarde. De modo se dejó la reunión para el día siguiente, sólo que se le dijo a Mehmet Shehu que reflexionara profundamente». (Enver Hoxha; Cuadro sinóptico sobre la actividad subversiva del enemigo Mehmet Shehu; Intervención en el IVº Pleno del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania, 24 de septiembre de 1982)

5) Las tendencias inestables y suicidas de Mehmet Shehu: ya de por sí parece que desde 1944 Shehu había mostrado venirse abajo psicologicamente al ser puesto bajo presión cuando los camaradas del partido ejercían el derecho de crítica sobre sus erradas actuaciones. En una carta al líder de los titotistas albaneses Koçi Xoxe, le relató sus oscuros sentimientos:

«Desde el Congreso de Përmet de 1944 hasta ahora he tenido una batalla interna terrible, dos veces tomé mi arma para poner fin vergonzosamente a mi vida. (...) En Përmet, los camaradas del Comité Central en vez de ayudarme a expresarme libremente, por el contrario mis camaradas me torturaron espiritualmente, me tiraron de nuevo al infierno donde estoy (!!) (...) El partido no desea de mi presencia, estoy siendo aislado, estoy solo, sin amigos, perseguido, despreciado». (Carta de Mehmet Shehu a Koçi Xoxe, 10 de diciembre de 1944)

Esta carta y otras fueron abiertas de los archivos tras la caída del régimen albanés. También Nexhmije Hoxha comentaría sobre estas cartas años después:

«Algunas de las preguntas que se alzan son: ¿por qué todo este miedo? ¿Por qué todas estas dudas? ¿Cómo es posible que un hombre que se presenta como un comunista decidido y leal al partido, un luchador valiente que no teme por su propia vida, en la liberación de su país, a continuación, convierte la crítica en tales dudas, estando a un pelo del suicidio más de una vez ?!». (Nexhmije Hoxha; Amistad Traicionada; Notas Históricas y Memorias sobre la relación entre Enver Hoxha y Mehmet Shehu, 2004)

Estos factores darían como resultado que frente a su delicada posición Shehu pensara que su única salida en 1981 era el suicidio:

«Al parecer juzgó de la siguiente manera: «Ya que estoy muerto, mejor será que salve lo que pueda salvar» y decidió actuar como su compañero Nako Spiru, suicidándose, pensando que el partido enterraría con honores a este «hombre de Estado», «dirigente legendario», «guerrillero y combatiente en España», le exculparía diciendo que «se le había disparado el arma» –tal como nos sugería en la carta que dejó–, y así al menos no perdería su pasado ni le sucedería nada a su familia. Junto con su mujer arrojó el veneno al WC y encargaron al hijo mayor que desmontara e hiciera desaparecer las piezas comprometedoras de la radio que había instalado. Algunas las había guardado en su casa, ya que no fue detenido. Tras los datos confirmados por la enemiga Fiqret Shehu sobre la existencia de la radio, el hijo mayor fue llamado por los órganos de instrucción judicial y reconoció todo, pero, cuando se le dejó ir a casa para entregar las piezas de radio que había guardado, se suicidio, para no contar todo lo que sabía y había hecho –pero esto ya lo había confesado su criminal madre–. Fiqret Shehu, como agente que era, –ella que lloraba y temblaba por cualquier cosa–, aceptó con sangre fría y cinismo el suicidio del marido, con tal de salvar su pasado «histórico» y salvarse ella misma con sus hijos. Pero habían hecho las cuentas sin el huésped. En cuanto me informaron del último acto de Mehmet Shehu propuse al momento que se condenara su suicidio, ya que había obrado como un enemigo, y el Buró Político se pronunció unánimemente contra la acción de este enemigo. No sólo la dirección del partido sino todo nuestro pueblo consideró esto como una acción hostil y adoptó una posición revolucionaria». (Enver Hoxha; Cuadro sinóptico sobre la actividad subversiva del enemigo Mehmet Shehu; Intervención en el IVº Pleno del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania, 24 de septiembre de 1982)

Todo esto, aunque explicado con gran brevedad, refuta muchas de las teorías tanto de enemigos como de presuntos simpatizantes de la Albania Socialista que especularon sobre el tema. La cuestión del estudio del caso de Shehu, un enemigo emboscado durante tantos años hasta que es casi descubierto y cree que debe desaparecer de escena –a través del suicido–, es fundamental para los marxista-leninistas contemporáneos albaneses y extranjeros para entender el desarrollo de la lucha de clases en la Albania socialista y extraer sus lecciones de cara al futuro. En concreto es una nueva demostración por ejemplo de la estrecha relación entre el frente interno anticomunista y el frente externo anticomunista en un país socialista:

«Del mismo modo, el Partido del Trabajo de Albania apoya con argumento científico la tesis de que existe una estrecha conexión, coordinación y colaboración entre el frente interno y externo de la lucha del enemigo de clase, basada en la común ideología anticomunista y la necesidad de una mutua asistencia en la lucha contra el partido y el orden socialista. Así fue demostrado una vez más por el descubrimiento de los vínculos y colaboración entre los Estados capitalistas y revisionistas y los grupos hostiles de golpistas y complotadores condenados por el partido, especialmente el reciente destapamiento y destrucción del agente múltiple Mehmet Shehu y sus secuaces. Al mismo tiempo, para enfrentar a este frente unido de enemigos, el partido ha dado instrucciones y tomado todas las medidas necesarias para fortalecer nuestro frente interno en todas las direcciones –defensa y economía, política e ideología–, mientras se lleva a cabo consistentemente la lucha de clases». (Jorgji Sota; Sobre la dictadura del proletariado y la lucha de clases en Albania; Informe presentado en la Conferencia científica sobre el pensamiento teórico del Partido del Trabajo de Albania y el Camarada Enver Hoxha, 1983)

Pese a la insistencia de algunos en estudiar el caso y darse a la rumorología, la cuestión de Shehu no se ha demostrado que tuviera nexos con Ramiz Alia, el revisionista emboscado que restauraría el capitalismo a la muerte de Enver Hoxha, nadie excepto los familiares cercanos a Shehu que precisamente empezaron a teorizar de forma oportunista en los 90, es decir una vez que Ramiz Alia ya se había destapado. Ergo afirmar sin –presentar pruebas– que una purga debió ser injusta porque otro u otros oportunistas se salvaron de la misma –y que incluso estos revisionistas que se salvaron pudieron haberla provocado, sería tan estúpido como decir que las purgas en la Unión Soviética de Trotski, Zinoviev, Bujarin, Voznesensky y demás fueron injustas e incluso provocadas por revisionistas porque Nikita Jruschov se salvo de ellas, pero ante todo sería negar como el más necio las pruebas objetivas de las desviaciones ideológicas e incluso de los delitos de los acusados y condenados. Nosotros desde luego no vamos a caer en las especulaciones, divagaciones y fantasías de autores del estilo de Bill Bland.

El documento:


«Una de las más partes más «misteriosas» del liderazgo de Enver Hoxha –quién lideró el Partido del Trabajo de Albania desde su fundación en noviembre de 1941, hasta su muerte en abril de 1985– es lo concerniente a la muerte de Mehmet Shehu en diciembre de 1981. Shehu fue considerado ampliamente como un hombre cuyo prestigio dentro del partido y el país nacido durante la Guerra de Liberación Nacional solo era superado por el de Enver Hoxha mismo. Muchas historias de Albania que mencionan su muerte no proporcionan detalles, nublando este evento en un innecesario «misterio», incluso manteniendo aún algunos aspectos en la oscuridad. Este artículo pretende demostrar por qué Shehu fue denunciado por Hoxha. 

Uno de los principales factores que contribuyen a la decisión de denunciar a Shehu parecería que surge de las relaciones de Shehu con los oficiales británicos durante la Guerra de Liberación Nacional. Jon Halliday anota en su obra: «El astuto albanés: Las memorias de Enver Hoxha» de 1986, lo siguiente:

«El documento clave es un informe de la Fuerza 399 –con Sede de la Dirección de Operaciones Especiales– en Bari, fechado el 11 de noviembre de 1944, que resume el consenso después del informe de doce agentes solo de Albania. (...) «Hay algunos que claramente apreciaban lo que Gran Bretaña hace y que estaban fundamental en contra de la política presente del partido, pero que no podían expresar abiertamente sus puntos de vista. Es importante considerar la oposición potencial dentro del movimiento y sus posibles líderes». El segundo de una lista de cinco nombres era Shehu, que era descrito en estos términos: «Un hombre personalmente ambicioso y vanidoso, quién ha sido contenido por el partido durante algún tiempo. Él es indudablemente la figura militar más respetada e importante dentro del movimiento. Él recientemente ha sido subordinado a [Dali] NDRU, Comand [Comandante] del I Cuerpo. Él es un comunista pero su ambición personal excede su lealtad (sic) hacia el partido». Este documento finalizad con las palabras: «Cada esfuerzo debe prevenir la eliminación de los elementos probritánicos y procurar aumentar a los de este tipo discretamente. Es interesante que el tercer nombre de la lista fuera Xahi Lleeshi, quién era descrito como un amigo de Mehmet Shehu». (Jon Halliday; El astuto Albanés: las memorias de Enver Hoxha, 1986)

Cabe señalar que Xahi Lleeshi se retiró de su cargo de Presidente del Presidium de la Asamblea Popular en noviembre de 1982, un año después de la muerte de Shehu y en una época en que todos los medios de comunicación estatales albaneses y el propio Hoxha denunciaban abiertamente a Shehu como un agente extranjero. Lleeshi sin embargo no fue purgado y vivió hasta 1998, mientras sí fueron ejecutados algunos de los socios de Shehu como Kadri Hazbiu. Después de señalar esto, que obviamente no demuestra que Shehu fuera un agente de los británicos –que fue una de las alegaciones de Hoxha–, Jon Halliday nos relata en cambio, que no fue este un único accidente asilado. Halliday sigue relatando que:

«Los agentes de la Dirección de Operaciones Especiales en Albania hablaron en un mayor concepto de Shehu que de cualquier otro partisano; él fue el único albanés que los oficiales británicos dejaban a sus hombres bajo su mando. Por lo tanto salta a primera vista, que es bastante probable que intentaran «reclutar» a Shehu aunque solo fuera para establecer unas buenas relacione de trabajo con él. Esta suposición se ve reforzada por el hecho de que el grupo de la Dirección de Operaciones Especiales indicó el tiempo en que preveían una ruptura entre Shehu y Hoxha. Es algo importante que en mitad de la guerra civil, el oficial británico que estaba en aquel lugar, el Major Smith, informó que «Shehu cree la posibilidad de que exista un compromiso [que iba en contra de la postura de Hoxha en este tiempo - Anotación de I. B.]». (Jon Halliday; El astuto Albanés: las memorias de Enver Hoxha, 1986)

Vale la pena anotar aquí un trozo del informe de septiembre de 1982 del discurso de Enver Hoxha a la Cuarta Sesión Plenaria del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania donde denuncia a Shehu:

«Tras el suicidio, en su caja fuerte se encontró un programa escrito de su puño y letra en la época en que llegó a Albania. No se trata sino de un programa democrático-burgués, en el que no se habla en absoluto ni de socialismo ni de partido comunista, sino de numerosos partidos, tal como se esforzaron por lograr las misiones anglo-estadounidenses y los grupos reaccionarios que apoyaron a éstas en el período inmediatamente posterior a la liberación del país». (Enver Hoxha; Cuadro sinóptico sobre la actividad subversiva del enemigo Mehmet Shehu; Intervención en el IVº Pleno del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania, 24 de septiembre de 1982)

Arben Puto, uno de los historiadores más importantes de Albania en el período socialista, señaló en una obra de 1981 –traducida al parecer de una edición publicada albanés en 1976–que:

«En 1971, el gobierno británico se vio obligado a hacer una declaración especial en la cual se comprometió a abrir los documentos de la Segunda Guerra Mundial, sin esperar a la finalización del plazo de 30 años. Esto llegó por casualidad cuando nuestro equipo estaba por viajar a Londres a tan solo 2 meses de que esta decisión había entrado en vigor. Con lo que los archivos de finales de 1944 estaban disponibles para los lectores». (Arben Puto; A partir de los anales de la diplomacia británica, 1981)

Jon Halliday menciona el trabajo de Puto y señala que:

«Arben Puto llegó al archivo que contenía la información sobre Shehu –este archivo fue entonces abierto; por otra parte había otros artículos interesantes en el archivo–. Pero ese archivo no fue añadido al libro de Arben Puto. Pero parece cierto que el investigador albanés encontró esta información sobre Shehu –la cual era indudablemente dinamita, creando las sospechas en la mente de Hoxha–; siendo enviada a través de fotocopias a Tirana, y siendo entregada a Hoxha, que como sabemos ahora, llegaba casi cuarenta años de díscolas relaciones con Shehu». (Jon Halliday; El astuto Albanés: las memorias de Enver Hoxha, 1986)

A pesar de que la visita a Londres de Arben Puto ocurrió 10 años antes de la época en que Shehu cometió su suicidio en 1981. Es bastante seguro que estos documentos jugaron un rol importante en la decisión del partido de volverse contra él. Arben Puto, discutiendo sobre los asuntos del sistema socialista en el país el cual se estaba desintegrando en el periodo 1990-1991, dijo lo siguiente:

«Me acusaron de esconder el material que había reunido en Londres con el fin de proteger a Shehu. ¡Esto fue en 1982, diez años después de que había estado allí! Fui juzgado en una audiencia de cinco horas presidida por un fiscal y Xhelil Gjoni, y estuve cerca de la expulsión». (Citado en la obra de Miranda Vickers, James Pettifer: Albania: De la anarquía a la identidad balcánica, 1997)

Jon Halliday especula que un factor que contribuye a la decisión de denunciar Shehu fue la situación en Kosovo de 1981, cuando las protestas estudiantiles fueron reprimidas por las autoridades yugoslavas. Halliday señala que Hoxha puede haber estado en desacuerdo con una «línea dura» de Shehu en esta cuestión. Veli Llakaj, un ex militar de alto rango, que sería expulsado del Comité Central como un «golpista» asociado con Shehu en octubre de 1982 y enviado al exilio interno en Cerrik, más tarde en una entrevistas en lengua albanesa señaló que tanto Shehu como Hoxha consideraron la posibilidad de invadir Kosovo. Es probable que el Shehu con sus orientaciones militaristas tuviera significativamente más interés en esto que Hoxha. 

Vale la pena señalar también que las opiniones de Shehu sobre Hoxha durante la Guerra de Liberación Nacional eran en algunos casos decididamente negativas, algo de lo que Hoxha seguramente había sido consciente. Así el 23 de noviembre 1944:

«El IIº Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Albania, fue celebrado en Berat y estuvo marcado por la influencia de los yugoslavos en los asuntos internos albaneses. El nuevo representante yugoslavo, el Coronel Velimir Stojnic, y su ayudante, Nijaz Dizdarevic, fue crítico con las políticas de Enver Hoxha, en especial sobre el futuro de Kosovo y Dibër, y su firme posición sobre la cuestión de una Albania nacionalista independiente, libre del control yugoslavo». (Owen Pearson; Albania durante la ocupación y la guerra; Del fascismo al comunismo, 1940-1945, 2005)

Y en respuesta a esta situación el 10 de diciembre 1944:

«En una carta dirigida al Comité Central de Albania, dirigida a Koçi Xoxe, Mehmet Shehu describió la dirección del partido «como una camarilla dentro del partido» y elogió a los que se opusieron a Enver Hoxha en el IIº Pleno del Comité Central en Berat del 23 de noviembre de 1944, en el cual Shehu no estuvo presente. Shehu escribió que si en las decisiones allí alcanzadas a favor de la cooperación con Yugoslavia, «el partido no hubiera llegado a ese punto, nosotros seguramente nos hubiéramos dirigido al desastre». (Owen Pearson; Albania durante la ocupación y la guerra; Del fascismo al comunismo, 1940-1945, 2005)

Con sus registros de la época de la guerra en duda, también hubo casos similares sobre los 70 y 80:

«Para 1980, Mehmet Shehu aún aparecía como el mejor candidato para suceder a Enver Hoxha. Bequi Balluku había sido purgado, y Hysni Kapo, el tercer miembro del liderazgo, había fallecido en 1979. Shehu se mantuvo relativamente bien durante la reorganización de funcionarios del gobierno en abril de 1980. Aunque Shehu fue relevado de sus funciones como Ministro de Defensa bajo las estimaciones de que no podría cumplir tales «pesadas responsabilidades» siendo Primer Ministro, Shehu aún así fue capaz de asegurar el nombramiento de Kadri Hazbiu como Ministro de Defensa, mientras que otro pariente, Feçor Shehu se convirtió en el Ministro de Asuntos Internos». (Elez Biberaj; Albania: Un socialista disidente, 1990)

Pero no solo el pasado de Shehu, sino sus posiciones actuales en los 80 suponían un factor importante para la evaluación de Hoxha:

«En vísperas del VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, celebrado en noviembre de 1981, Enver Hoxha y Mehmet Shehu aparentemente se enfrentaron por las prioridades en el desarrollo económico nacional y las relaciones económicas con Occidente. Hoxha rechazó el primer borrador sobre el nuevo plan económico que le presentó Shehu. En contraste con Hoxha, el informe de Shehu, había abogado por una reasignación de los recursos destinados a la industria pesada con el fin de impulsar el sector de los bienes de consumo, efectuar una mejora en el sistema de precios y estimular la interacción económica con Occidente. Shehu también provocaría la ira de Enver Hoxha en relación a los informes, ya que descuidaría sus responsabilidades de gobierno y retrasaría la preparación de su informe al VIIIº Congreso del PTA de 1981 debido a su preocupación por escribir un libro sobre la crisis económica mundial». (Elez Biberaj; Albania: Un socialista disidente, 1990)

En relación a lo anterior, Veli Llakaj hizo mención a esto último cuando en una entrevista reciente aludió que Mehmet Shehu al parecer describía la economía capitalista mundial como en crisis, pero que el capitalismo no se enfrentaba a una crisis política. Es posible que  Shehu estuviera usando este tipo de análisis, para promover una excesiva cooperación con el Oeste y una relativa liberación económica. El liderazgo chino en realidad intentó algo muy similar con un ángulo opuesto a través de su teoría de los «tres mundos», argumentando que el imperialismo estadounidense se había debilitado críticamente y que el socialimperialismo era por tanto «una amenaza mayor». Durante el 6 de agosto de 1971, el Comité Central del Partido del Trabajo de Albania una carta al Comité Central del Partido Comunista de China a respecto de la visita de Richard Nixon a Pekín, que por instancia de Enver Hoxha, remarcaría que:

«Es verdad que el imperialismo estadounidense se encuentra ahora en grandes dificultades externas e internas. El pueblo estadounidense está manifestando marcadas señales de haberse cansado de la política de agresión y tensión internacional practicada por Nixon y sus predecesores en la Casa Blanca. (...) Pero a pesar de ello, sin sobrestimar ni menospreciar al enemigo, el cuadro actual de la situación de los Estados Unidos de América no nos lleva a la conclusión a que han llegado ustedes, de que los Estados Unidos se encuentran hoy en medio de una gran tempestad revolucionaria. Las grandes protestas y manifestaciones populares en los Estados Unidos contra la guerra que se lleva a cabo en Vietnam, así como los demás movimientos de las masas son un hecho, pero tienen que ver únicamente con la oposición a una acción determinada, a un acto concreto del gobierno estadounidense y sólo indirectamente afectan al conjunto de su línea agresiva. Más allá de estos límites no llegan. Pero por su situación económica, por la ideología que le inspira, por su modo de vida, por sus costumbres, tradiciones, relaciones, etc., el pueblo estadounidense está lejos de encontrarse en vísperas de la revolución. Todavía hace falta que corra mucha agua bajo los puentes estadounidenses para que llegue ese día. Estamos convencidos de que ese día llegará, pero para ello es necesario realizar un gran trabajo, una gran lucha. En Europa Occidental el movimiento de masas, de viejas tradiciones ya, es mucho más amplio y poderoso que en los Estados Unidos. Su tendenciosidad política general y su carácter de clase son evidentes. A pesar de ello, tampoco aquí se puede decir que sopla la tempestad revolucionaria y que la revolución es inminente. Si se juzgara de otra forma se crearían ilusiones dañinas y las fuerzas revolucionarias podrían incurrir fácilmente en errores extremistas, particularmente ultraizquierdistas». (El recibimiento de Nixon en Pekín no es correcto, nosotros no lo apoyamos; Carta del CC del PTA dirigida al CC del PC de China, 6 de agosto de 1971)

Esto nos hace que sea difícil pensar en la idea de que Hoxha discrepara ideológicamente con Shehu en este tema –asumiendo que una crisis política del capitalismo entablaba una situación revolucionaria en los Estados Unidos y Europa Occidental–, sino que de hecho en lo que discrepaba era en el intento de Shehu de socavar la base marxista-leninista de la política del Partido del Trabajo de Albania a respecto de la economía socialista.

Además de estas cosas que he mencionado también existe otro incidente más extraño que sería el catalizador inmediato para la denuncia de Shehu y su posterior suicidio. Biberaj presenta el incidente de este modo:

«Cuando los sutiles esfuerzos de Enver Hoxha para convencer a Mehmet Shehu paso a paso no surgieron efecto, el Primer Secretario pasó a desatar una campaña para desalojar a su antiguo camarada de armas. Se aprovechó de la situación del compromiso de uno de los hijos de Shehu con una señorita de una familia políticamente indeseable para vilipendiar a Shehu. En una reunión del Buró Político del 17 de diciembre de 1981, un mes después de que Shehu saliera aparentemente del VIIIº Congreso del PTA de 1981 con su poder intacto, Hoxha logró que todos los participantes, incluyendo a Kadri Hazbiu, reprendieran a Shehu. El día siguiente el liderazgo emitió el anuncio sorprendente de que el Primer Ministro Shehu se había suicidado. Shehu sería sucedido por Adil Çarçani». (Elez Biberaj; Albania: Un socialista disidente, 1990)

Este hijo de Mehmet Shehu iba aparentemente a casarse con una pariente de Arshi Pipa, un prominente emigrado anticomunista y uno de los polémicos opositores más importantes polémicas del gobierno socialista de la década de 1950 en adelante. Enver Hoxha, en su informe de septiembre de 1982, informó de los asuntos de la siguiente manera al hablar en tercera persona:

«En este marco Mehmet Shehu llevó a cabo el compromiso de su hijo con la hija de una familia en cuyo círculo había 6 ó 7 criminales de guerra, fugados, entre ellos incluso el conocido agente de la CIA, Arshi Pipa. Un noviazgo así no podía sino atraer la atención de la opinión pública, y se hacía con el objetivo de lograr precisamente esto, de armar escándalo y, si era tolerado por el partido, llegaría la brecha: el liberalismo también en otros, en el partido, en la juventud, etc. Si no era tolerado por el partido, se tomarían medidas con Mehmet Shehu, naturalmente no encarcelándole sino rebajándole de la responsabilidad, marginándole o expulsándole del Partido. Esto daría lugar a escándalo y los yugoslavos podrían utilizarlo, tal como les hacía falta, para sus objetivos propagandísticos, para desacreditar a la dirección del Partido del Trabajo de Albania y sobre todo a Enver Hoxha, el cual, según han repetido continuamente, al igual que Stalin «está eliminando» a sus propios colaboradores». (Enver Hoxha; Cuadro sinóptico sobre la actividad subversiva del enemigo Mehmet Shehu; Intervención en el IVº Pleno del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania, 24 de septiembre de 1982)

Bashkim, el único de los hijos de Shehu que estaba en casa con su padre en el momento de su muerte:

«Afirmaría que su padre se suicidó, aunque él haya sido incapaz de arrogar luz sobre los motivos de por qué Shehu había estado de acuerdo con el polémico compromiso de su hermano, sabiendo que tal provocación inevitablemente obtendría la ira de Hoxha, si no su última venganza». (Paulin Kola; La búsqueda de la gran Albania, 2003)

Y así, señalando el deseo de Hoxha para que sus sucesores siguieran su legado, Biberaj concluye que:

«Con la subsecuente decimación de la fracción de Mehmet Shehu, Ramiz Alia tenía la sucesión firmemente a su alcance. Enver Hoxha diría a su amigo francés y médico de consultoría, Paul Milliez, que la sucesión había sido resulta y que podía ahora morir en paz». (Elez Biberaj; Albania: Un socialista disidente, 1990) (Ismail Badiou; Sobre la muerte de Mehmet Shehu, 2012)

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