martes, 22 de diciembre de 2015

La bajada de brazos final del MAP-ML; Equipo de Bitácora (M-L), 2015


Pintada del MAP-ML; Masaya, 1986

«En la explosión de las masas trabajadoras en contra de la envestida neoliberal de los 90, es preciso recordar el papel jugado por el Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML) desde el triunfo hasta ese momento. Como ya afirmamos: al parecer los marxistas-leninistas del MAP-ML no ejercieron un correcto trabajo en las tácticas de frente que les llevó a su aislamiento de las masas trabajadoras, lo que sumado a un trabajo excesivamente confiado en la lucha legal, hizo que cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) decidiera aplastarlos desde los primeros meses de gobierno –los miembros del MAP-ML fueran perseguidos, reprimidos, y encarcelados– no estuvieran preparados para confrontarlo. Esta envestida concluiría varios años después con la «domesticación» de la organización que finalmente se incorpora al juego electoralista diseñado por el FSLN, sus aliados y sus nuevos adversarios opositores. Esto supuso:

1) Que no se extrajeron, y corrigieron, los errores cometidos tanto desde 1972 a 1979, como de 1979 hasta la pérdida del poder del FSLN en 1990 y las protestas sociales, por lo que se siguieron acumulando errores, agudizándose los viejos, y tomando como normales los nuevos que salían al frente. Como se sabe históricamente, la no corrección de las desviaciones deriva en la pronta degeneración del partido;

2) Algunos militantes y simpatizantes del MAP-ML durante los años de confusión de los 90 estuvieron influenciados por algunas teorías claudicadoras: como la teorías del «mal menor» de que era mejor una alianza y un gobierno sandinista-socialdemócrata del FSLN que un gobierno neoliberal de la UNO; que «no es momento de criticar al FSLN pues solo llevaría agua al molino del enemigo» es decir al gobierno de la ONU; que «se puede trabajar en el FSLN e incluso reconducirlo» cuando como en cualquier otro partido revisionista la militancia dura el tiempo que tardes en hacer pública la crítica a su dirigencia o el tiempo en que la crítica clandestina sea denunciada por algún cuadro ante la dirigencia; que «la izquierda se tiene que unir para echar al somocismo y neoliberalismo» olvidando de un plumazo el carácter reaccionario demostrado por el FSLN en sus años de gobierno y el brutal trato dado al MAP-ML. Esta forma de pensar eran abiertamente antimarxistas, borraba la independencia del partido y por ende de la clase obrera. Poco a poco, con el partido en horas bajas, bajo la desilusión de ver que no se avanzaba y que el empujón neoliberal atrapaba al país, muchos empezaron a ser seducidos por los cantos de sirena de estas teorías;

3) El total abandono de las luchas no legales, es decir las clandestinas, acoplándose al «juego democrático» del sistema democrático-burgués y sus trampas: que ya de por sí en cualquier sistema de este tipo es notable, en Nicaragua como vimos con temas como la ley electoral, o los requisitos para ser Presidente, si cabe son mayores. Esto hizo al partido una organización bajo control del sistema democrático burgués, y fácilmente predecible si alguna vez se le ocurría «pasarse de la raya» en sus reivindicaciones, denuncias o actos, como ya le pasó en los 80 con el gobierno de Ortega cuando aún el MAP-ML parecía mantener un espíritu revolucionario, combativo y honesto;

4) Pérdida de la iniciativa ante el revisionismo en el plano interior y también en el plano exterior: al no explicarse correctamente que los males del neoliberalismo no eran tan diferentes del «socialismo frentista», ni que ambos males nacían de las leyes de producción y distribución capitalistas, siendo por tanto ambos expresiones de un sistema económico-social donde la burguesía era la dominante, las masas se hicieron ilusiones por uno y otro bando. No hubo un trabajo efectivo para explicar a los trabajadores los embustes de los neoliberales en el poder ni de los revisionistas sandinistas con sus nuevas promesas de socialismo, tampoco se supo explicar el carácter y origen del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) siendo pues una variante oportunista del FSLN, de hecho la influencia inicial del MRS entre cierta parte de la población es la prueba de que el MAP-ML no armó un buen trabajo en años anteriores contra la fracción más derechista del FSLN. Por otro lado en el marco exterior no se popularizó un certero análisis de la desmantelamiento de los Estados capitalistas-revisionistas como la Unión Soviética, RDA, Polonia o Yugoslavia, ni tampoco el carácter de los partidos revisionistas en el poder que en mayor o menor medida conservaron la fraseología marxista-leninista y la simbología marxista-leninista como Cuba, Vietnam, China, Corea del Norte, Siria, Libia, y otros;

5) El MAP-ML no cumplió con su papel subjetivo: tendría que haber sabido que debía esforzarse en crear una educación y consciencia empezando por los temas cotidianos, e incluso por temas fáciles y banales para que las masas populares se pudieran armar poco a poco con la herramienta científica de la clase, el marxismo-leninismo; para que así pudieran, cada vez con mayor independencia, realizar sus propios análisis y saber cómo actuar ante eventos de cada vez mayor envergadura, y como proceder para rechazar las mistificaciones de las distintas corrientes de la reacción. Esto hubiera dado a las masas populares una interpretación del mundo a transformar, de la situación y tareas en Nicaragua que si bien en sus inicios quizás no hubiera sido del todo precisa y pulida, al menos hubiera sido en líneas generales correcta, y cualquier deficiencia hubiera sido asumida por el partido de vanguardia proletaria que la hubiera corregido, ya que la vanguardia proletaria y su partido como destacamento de la clase más revolucionaria –como es la clase obrera– puede y debe estar en todo momento dispuesto y presente para resolver cualquier duda o corregir cualquier mala interpretación de los acontecimientos entre las masas populares en sus acciones justas y revolucionarias, manteniendo siempre a sus miembros al «pie del cañón» entre las masas trabajadoras y los acontecimientos nacionales. Pero desafortunadamente esto no lo comprendieron los líderes del MAP-ML, que por otro lado es uno de los puntos fundamentales que permite a un partido avanzar notablemente en su influencia y en la preparación para desencadenar la revolución. El MAP-ML por desgracia con su deficiente trabajo directamente permitió que los hombres y mujeres nicaragüenses, incluso en los momentos de mayor tensión social, fueran transformados bajo el marco de la democracia burguesa en «ovejas» que en momentos objetivos y propicios para la lucha, andaban a estímulo de los eslóganes de la reacción «orteguista», «ramirista», «chamorrista», de «no armar escándalo social», de no azuzar la «inestabilidad política y económica, y ayudar a conservar la mal llamada «reconciliación nacional de todos los nicaragüenses».

6) Indudablemente hubo una desmoralización de la organización provocada por el ascenso del revisionismo en la Albania socialista y su caída final en 1991; único país que desde 1972 había apoyado sin reservas sus luchas y objetivos sin pedirle a cambio renuncia a sus principios. ¿Acaso eso sirve como excusa para justificar la claudicación del MAP-ML? ¿Qué es lo que tenía que haber hecho el MAP-ML ante la caída de la Albania socialista? Para ello creemos que el mejor ejemplo es la contestación daba en 1979 por Ernst Aust, Secretario General del Partido Comunista de Alemania / Marxista-Leninista, cuando se hizo eco de las preguntas pesimistas como: ¿si la Unión Soviética de Lenin y Stalin ha sido usurpada por contrarrevolucionarios como Jruschov y Brézhnev y han restaurado el capitalismo, si ahora sabemos que países como China nunca han sido socialistas, quién nos garantiza que no caiga la Albania socialista? La única respuesta dada por el alemán fue que los marxista-leninistas alemanes no podían garantizar que los camaradas albaneses no sufrieran un revés similar, que sería un duro golpe de ser así, pero que el deber de los marxista-leninistas alemanes y de otros países era, pasara lo que pasara con Albania en el futuro, luchar por el socialismo y el comunismo en sus respectivos países, y que no había porque desesperarse pues la transición del capitalismo al socialismo no era cuestión de décadas como algunos creían, no fue así con el paso del feudalismo al capitalismo, sino durante siglos, y no podía ser de otra forma, de igual modo que no podíamos esperar que en el socialismo se diera una rapidísima erradicación de la cultura burguesa en las personas que vivieron en un sistema con una cultura asentada durante siglos, por tanto bajo las leyes del desarrollo, la lucha y la paciencia, todo llegaría. Y dejó la reflexión: ¿qué clase de comunistas seríamos sino pudiéramos influir y revertir estos picos de bajada de ánimo no ya en las masas sino entre nuestros propios militantes del partido?

En su conjunto, estos hechos provocaron que en el momento que se da la sublevación de las masas a inicio de la década del 90, el MAP-ML no hace presencia, no lucha por la hegemonía de esas luchas, y abandona a las masas en manos de la propaganda burguesa contrarrevolucionaria de la UNO y del FSLN que estimulaban a las masas a aceptar sin más la nueva realidad planteada por el juego electoral burgués.

Si vemos en perspectiva, el MAP-ML se enfrentó a una situación muy similar a la que se enfrentaron los bolcheviques rusos tras la revolución de 1905. No obstante, los revolucionarios rusos siguieron preparando el camino hacia el nuevo proceso revolucionario, realizaron el trabajo político-ideológico entre las masas trabajadoras, crecieron en militantes y simpatizantes, desenmascararon el carácter oportunistas de las tendencias burguesas anarquistas, reformistas y revisionistas, y de sus políticas; y es gracias a ese trabajo continuo legal y clandestino que se produjo la Revolución de Octubre de 1917, y se resolvió a favor de las fuerzas marxistas-leninistas. El MAP-ML en cambio, preso de sus errores de apostarlo todo por la lucha legal y el poco o nulo trabajo entre las masas que les condujo al aislamiento, se quedó sin ninguna posibilidad de conducir a las masas en un momento que se reunían nuevamente las condiciones objetivas y subjetivas para un proceso revolucionario, y que esta vez debía de ser de carácter proletario de una vez por todas». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

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