viernes, 5 de agosto de 2016

Comparativas entre el marxismo-leninismo y el revisionismo chino sobre cuestiones fundamentales; Equipo de Bitácora (M-L), 2016

Este breve documento demostrativo no tiene otro propósito que demostrar de forma clara y directa la completa incompatibilidad entre el marxismo-leninismo y el revisionismo chino representado en Mao Zedong, la total médula antimarxista del revisionismo chino y su necesaria comprensión para todos los marxista-leninistas.

El documento:

Mao Zedong (1893-1976), principal figura y de mayor influencia del revisionismo chino

1) L
a teoría menchevique de las fuerzas productivas vs la teoría bolchevique del paso interrumpido de una etapa a otra 

«La revolución china pasará forzosamente por dos etapas: primero, la de la nueva democracia, y luego, la del socialismo. Además, la primera llevará bastante tiempo». (Mao Zedong; Sobre la nueva democracia, 1940)

«Nuestro programa general de nueva democracia ha permanecido y permanecerá inalterado a lo largo de toda la etapa de la revolución democrático-burguesa, es decir, durante varias décadas». (Mao Zedong; Sobre el gobierno de coalición, 1945)

Comparemos:

«Mientras que los pequeños burgueses democráticos quieren poner fin a la revolución lo más rápidamente que se pueda, después de haber obtenido, a lo sumo, las reivindicaciones arriba mencionadas, nuestros intereses y nuestras tareas consisten en hacer la revolución permanente hasta que sea descartada la dominación de las clases más o menos poseedoras, hasta que el proletariado conquiste el poder del Estado». (Marx y Engels; Mensaje del Comité Central a la Liga de los Comunistas, 1850)

«Ocurrió, en efecto, tal y como nosotros dijimos. La marcha de la revolución ha confirmado el acierto de nuestro razonamiento. Al principio, del brazo de «todos» los campesinos contra la monarquía, contra los terratenientes, contra el medievalismo –y en este sentido, la revolución sigue siendo burguesa, democrático-burguesa–. Después, del brazo de los campesinos pobres, del brazo del semiproletariado, del brazo de todos los explotados contra el capitalismo, incluyendo los ricachos del campo, los kulaks, los especuladores, y en este sentido, la revolución se convierte en socialista. Querer levantar una muralla china artificial entre ambas revoluciones, separar la una de la otra por algo que no sea el grado de preparación del proletariado y el grado de su unión con los campesinos pobres, es la mayor tergiversación del marxismo, es adocenarlo, reemplazarlo por el liberalismo. Sería hacer pasar de contrabando, mediante citas seudocientíficas sobre el carácter progresivo de la burguesía en comparación con el medievalismo, una defensa reaccionaria de la burguesía frente al proletariado socialista». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La revolución proletaria y el renegado Kautsky, 1918)

«Eso es lo que hay en cuanto a la idea de Lenin sobre la transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución proletaria, sobre el aprovechamiento de la revolución burguesa para pasar «inmediatamente» a la revolución proletaria». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Fundamentos del leninismo, 1924)

Queda claro que Mao Zedong se quedó anclado en los esquemas kautskistas de la II Internacional.

2) El desarrollo del capitalismo en los países atrasados vs el paso al socialismo sin un desarrollo del capitalismo en los países atrasados

«Sin un libre desarrollo de la economía privada capitalista y la economía cooperativa, sin un desarrollo nacional, científica y popular cultura de nueva democracia, sin la emancipación y desarrollo de miles de millones de personas, en breve tiempo, sin ser cuidadosos con la nueva revolución democrático-burguesa, el tratar de construir una sociedad socialista sobre las ruinas del orden colonial, semicolonial y semifeudal sería un sueño utópico». (Mao Zedong; La lucha por una nueva China; Informe en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China, 24 de abril de 1945)

«En lo que respecta al sector privado, en lugar de ponerle obstáculos, lo promoveremos y estimularemos a menos que viole los límites legales fijados por nuestro gobierno, pues actualmente su desarrollo es necesario para los intereses del Estado y del pueblo. Huelga decir que este sector tiene ahora una absoluta preponderancia y continuará ocupando indudablemente una posición predominante durante un tiempo bastante largo». (Mao Zedong, Sobre nuestra política, 1934)

«Reconocer que el modo capitalista de producción es el método más progresista en la China actual, y que la burguesía, sobre todo la pequeña burguesía, representa los elementos sociales y la fuerza política comparativamente más progresistas en la China actual. (...) Así, la política del partido no es el debilitamiento del capitalismo y la burguesía, o el debilitamiento del campesino rico y sus fuerzas productivas, sino el fortalecimiento de la producción capitalista». (Partido Comunista de China; Decisión del Comité Central sobre las políticas de las tierras en las bases de apoyo antijaponesas, 28 de enero de 1942)

«Po Ku: «Intentar trasplantar a China todos los aspectos de la sociedad en la que Marx se encontraba –la revolución industrial en el siglo XIX– y los pasos –lucha de clases y la revolución violenta– que veía necesarios para que el pueblo escapara de esas condiciones, no solo seria ridículo, sino que también seria una violación de nuestros principios básicos de objetivismo realista y evitar el dogmatismo doctrinario. (...) Probablemente no podamos alcanzar el socialismo aun hasta que gran parte del resto del mundo haya llegado a esa fase. (...) Debemos aumentar nuestro nivel económico mediante una larga fase de democracia y empresa libre. Lo que los comunistas esperamos hacer es mantener a China moviéndose progresivamente y constantemente hacia esta meta.  Mediante, ordenadamente, un desarrollo gradual y progresivo evitaremos ocasionar las condiciones que llevaron a Marx a sacar sus conclusiones de la necesidad –en su sociedad– de lucha de clases: evitaremos la necesidad de una revolución violenta mediante una revolución pacifica planificada. Es imposible predecir cuanto durara este proceso. Pero podemos estar seguros de que tomara mas de treinta o cuarenta años, y probablemente mas de cien años». (Jhon S. Service; Las posiciones de los comunistas chinos con respecto a la Unión Soviética y los Estados Unidos, 28 de Septiembre de 1944)

«Las opiniones expresadas por los líderes comunistas, sin embargo, incluyen la transferencia gradual de la propiedad de la tierra a los campesinos, el fomento de la empresa privada junto con la empresa estatal, una actitud liberal hacia la inversión extranjera y el comercio». (El Embajador en China (Hurley) ante el Secretario de Estado, Chungking, 30 de abril de 1945)

Comparemos:

«La cuestión ha sido planteada en los siguientes términos: ¿podemos considerar justa la afirmación de que la fase capitalista de desarrollo de la economía nacional es inevitable para los pueblos atrasados que se encuentran en proceso de liberación y entre los cuales ahora, después de la guerra, se observa un movimiento en dirección al progreso? Nuestra respuesta ha sido negativa. Si el proletariado revolucionario victorioso realiza entre esos pueblos una propaganda sistemática y los gobiernos soviéticos les ayudan con todos los medios a su alcance, es erróneo suponer que la fase capitalista de desarrollo sea inevitable para los pueblos atrasados. En todas las colonias y en todos los países atrasados, no sólo debemos formar cuadros propios de luchadores y organizaciones propias de partido, no sólo debemos realizar una propaganda inmediata en pro de la creación de Soviets campesinos, tratando de adaptarlos a las condiciones precapitalistas, sino que la Komintern habrá de promulgar, dándole una base teórica, la tesis de que los países atrasados, con la ayuda del proletariado de las naciones adelantadas, pueden pasar al régimen soviético y, a través de determinadas etapas de desarrollo, al comunismo, soslayando en su desenvolvimiento la fase capitalista». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informe de la comisión para los problemas nacional y colonial, 1920)

«En los países todavía más atrasados –como en algunas partes de África–, en los cuales no existen apenas o no existen en general obreros asariados, en que la mayoría de la población vive en las condiciones de existencia de las hordas y se han conservado todavía los vestigios de las formas primitivas –en que no existe casi una burguesía nacional y el imperialismo extranjero desempeña el papel de ocupante militar que ha arrebatado la tierra–, en esos países la lucha por la emancipación nacional tiene una importancia central. La insurrección nacional y su triunfo pueden en este caso desbrozar el camino que conduce al desarrollo socialista, sin pasar en general por el estadio capitalista si, en efecto, los países de la dictadura del proletariado conceden su poderosa ayuda». (Komintern; Programa y estatutos de la Komintern aprobados en el VIº Congreso celebrado en Moscú; 1 de septiembre, 1928)

«La cuestión económica era una palanca vital para nuestro trabajo, que ponía en movimiento todo el que se desarrollaba en los demás sectores de la actividad del Estado. Sejfulla no sólo no era capaz de dirigir debidamente este sector de tan grande importancia, sino que asimismo se mostró en todo momento partidario de un exagerado liberalismo, que llegaba hasta el oportunismo. La cuestión de la nacionalización de las minas, del Banco Nacional de Albania y otras por el estilo, era una cosa, pero otra era saber dirigir, basándose en estas conquistas, el sector estatal consolidándolo día a día. Hacia el sector privado dé la economía Sejfulla ha mantenido siempre una actitud vacilante y muchas veces oportunista. Este sector lo consideraba asimismo como un seguro apoyo para el Estado. Esto lo argumentaba afirmando que el capital privado era bastante fuerte y considerable y que los comerciantes privados, en esa primera etapa, estaban en grado de administrar mejor y de dirigir con más éxito una empresa porque tenían experiencia. En la cuestión de la Reforma Agraria, Sejfulla era de la opinión de que no sólo la parcela que se les asignara a los que poseían tierra fuera mayor que la que tenían, sino que con la Reforma Agraria debía defenderse también al campesino rico. La tendencia a dar facilidades a los que habían sido gravados con impuestos sobre beneficios extraordinarios de guerra, el aplazamiento de los pagos o el otorgamiento de créditos por parte del Banco del Estado a los elementos capitalistas». (Enver Hoxha; Informe en el IIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 31 de marzo de 1952)

Mao se quedó en fuera de juego, y quedó descalificado como líder marxista desde el principio.

3) La vía pacífica al socialismo vs la violencia revolucionaria como axioma para la revolución socialista

«En un Estado que tomó el poder político bajo las condiciones históricas y sociales concretas, el establecimiento del principio por el cual los capitalistas podían ser transformados para aceptar y seguir el socialismo, es otra brillante contribución del camarada Mao Zedong para el baúl del tesoro del marxismo-leninismo. Esta teoría nunca apareció en ningún otro clásico del marxismo-leninismo, y ningún otro país del mundo ha atravesado este tipo de experiencia. En la Unión Soviética y en el resto de las democracias populares fueron usados métodos forzados y violentos para hacer desaparecer a la burguesía como clase. Pero, bajo las condiciones de China, el mismo camino de eliminación de la burguesía puede ser conseguido a través de la transformación pacífica». (Shu Wei-kuang; El paso gradual en el periodo de transición chino, 1955. Citado en la obra de Arthur A. Cohen; El comunismo de Mao Zedong; 1964)

«La contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional, que es una contradicción entre explotados y explotadores, es antagónica. Sin embargo, en las condiciones concretas de China, esta contradicción antagónica entre las dos clases, si la tratamos apropiadamente, puede transformarse en no antagónica y ser resuelta por medios pacíficos». (Mao Zedong; Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo, 1957)

«Nuestro método para llevar a cabo la revolución socialista es el método pacífico. En el pasado, mucha gente, tanto dentro como fuera del partido comunista, expresaban dudas acerca de este método. (...) Dadas las condiciones que prevalecen en nuestro país, es posible usar métodos pacíficos –estos son, el método de persuasión y educación– no sólo en lograr la transformación del sistema de propiedad individual en propiedad colectiva socialista, sino también en lograr la transformación del sistema capitalista al sistema socialista». (Mao Zedong; Discurso en la Conferencia Suprema de Estado (Extractos), 25 de enero, 1956)

«En el período de Yen'an, en 1942, se lanzó la consigna de llamada a la «unidad-crítica-unidad» como principio para resolver las contradicciones entre el pueblo. Trabajamos en esta fórmula. Más precisamente, esto significa empezar desde el deseo de unidad, pasar a través de la crítica o lucha, para llegar a una nueva unidad sobre una nueva base. Más tarde, nosotros usábamos dicho principio para resolver las contradicciones dentro del partido, las contradicciones dentro del partido comunista, es decir, la contradicción entre el dogmatismo y la gran masa de los miembros del partido, y la contradicción entre el dogmatismo y el marxismo. La política empleada anteriormente era el tipo de trabajo traído desde el paraíso Occidental. Ese «paraíso Occidental» era el de Stalin, y la política conocida como «lucha despiadada y golpes implacables». Al ver que esto no era adecuado, y cuando más tarde criticado dogmatismo, se dejó de utilizar el método de «tratar al hombre como él trate contigo» es decir, «ojo por ojo». (...) Después de unos años, en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China de 1945, se alcanzó la meta de la unidad, habiendo sido el periodo de intervenciones de crítica. ¿Por qué queremos primero la unidad, por qué deseamos primeramente el deseo de unidad? Si tú no deseas primero la unidad, si no tienes deseo de unidad, una vez comiences la lucha, te verás obligado a luchar bajo un caos, en el cual no podrás detenerte. (...) Al pasar por este proceso hemos obtenido esta fórmula: unidad-crítica-unidad. Más tarde la hemos ampliado fuera del partido, entonces se extendió a Beijing. Asesoramos a los partidos democráticos también a adoptar este método de crítica. Con los capitalistas, es decir, con los explotadores, podemos usar este método. Llegar a usarlo con Taiwán será, en mi opinión más difícil. Debido a que son explotadores, pero son un tipo de explotadores diferentes. No se podría usar este método con Chiang Kai-shek. Con Chiang Kai-shek y Hu Shi y de otro tipo. (...) Pero es posible hacerlo con la burguesía nacional; esto se ha comprobado totalmente». (Mao Zedong; Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo (Notas del discurso), 27 de febrero, 1957)

«Quizás el rasgo más original de la Revolución Socialista China lo constituye el hecho de que como aliado del proletariado, al lado de las masas campesinas y la pequeña burguesía urbana, se encuentre también la burguesía nacional. (...) La vida nos enseña, por el contrario que incluso en China donde la transformación de la Revolución democrática en socialismo se lleva a cabo pacíficamente y no hablemos de la burguesía monopolista ha aceptado marchar gradualmente hacia el socialismo cuando no le queda más que este camino o el suicidio. La experiencia china contribuye a fundamentar los planteamientos hechos por el XXº Congreso del PCUS de 1956 sobre las diversas formas que puede revestir el paso del capitalismo hacia el socialismo. Hasta el presente, los ejemplos de paso pacífico del capitalismo. (...) Lo que ha ocurrido en China, es decir, que una parte de la burguesía participe en determinadas condiciones en la edificación del socialismo, puede repetirse en otros países». (Santiago Carrillo; Sobre una singularidad de la revolución china: la alianza de los capitalistas nacionales con el proletariado, 1957)

Comparemos:

«Cuando existan Soviets de diputados obreros, la cosa no parará ahí. Los obreros dirán a los comunistas –y con razón: si tenemos Soviets, y los Soviets son órganos de Poder, ¿no se podría estrechar a la burguesía y expropiarla «un poquito»? Los comunistas serán unos redomados charlatanes si no emprenden el camino de expropiación de la burguesía cuando existan Soviets de diputados obreros y campesinos. ¿Se puede y se debe, nos preguntamos, emprender ese camino ahora, en la actual fase de la revolución? No, no se debe. ¿Se puede y se debe renunciar a la expropiación de la burguesía en el futuro, cuando existan Soviets de diputados obreros y campesinos? No, no se debe. Pero pensar que, al propio tiempo, los comunistas podrán mantener el bloque dentro del Kuomintang, significa hacerse ilusiones y no comprender la mecánica de la lucha de las fuerzas de clase en el período de paso de la revolución burguesa a la revolución proletaria». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; La revolución en China y las tareas de la Internacional Comunista; Discurso en la X sesión del VIII Pleno del C.E. de la I.C., 1927)

«Stalin: Bujarin no dice «un cuerpo extraño», sino «hasta cierto punto, un cuerpo extraño». Es decir, que los kulaks y los concesionarios son, «hasta cierto punto», un cuerpo extraño dentro del sistema del socialismo. Pero el error de Bujarin consiste, precisamente, en esto, en creer que los kulaks y los concesionarios se integran en el socialismo a pesar de ser, «hasta cierto punto», un cuerpo extraño. He ahí a qué estupideces lleva la teoría de Bujarin. Los capitalistas de la ciudad y del campo, los kulaks y los concesionarios, integrándose en el socialismo: hasta esa estupidez ha llegado Bujarin. No, camaradas, no es ése el «socialismo» que nosotros necesitamos. Que se quede con él Bujarin. Hasta ahora, los marxistas-leninistas habíamos pensado que entre los capitalistas de la ciudad y del campo, de una parte, y, de otra parte, la clase obrera, existe un antagonismo irreconciliable de intereses. En ello, precisamente, descansa la teoría marxista de la lucha de clases. Pero ahora, según la teoría de Bujarin acerca de la integración pacífica de los capitalistas en el socialismo, todo esto se trastoca, desaparece el antagonismo irreconciliable entre los intereses de clase de los explotadores y de los explotados, y los explotadores se integran en el socialismo». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre la desviación derechista en el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1929)

«En el Partido Comunista de Yugoslavia el espíritu de la política de la lucha de clases está ausente. El aumento del número de los elementos capitalistas tanto en el campo como en la ciudad prosigue rápidamente, y la dirección del Partido no toma medidas para limitar a estos elementos. El Partido Comunista de Yugoslavia se adormece con la podrida teoría oportunista de la integración pacífica de los elementos capitalistas en el socialismo, tomada prestado de Bernstein, Vollmar, Bujarin». (Carta del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética al camarada Tito y otros miembros del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia; 27 de marzo, 1948)

«En la reunión del 15 de junio, donde Mao formuló la línea general, Li Weihan propuso una serie de medidas concretas destinadas a la transformación la propiedad capitalista de la mediante métodos pacíficos. (...) Mao dio un rotundo respaldo a la transición pacífica como hizo saber a los líderes del resto de partidos democráticos y a toda la clase capitalista nacional, él enfatizó que la transformación debe ser voluntaria, advirtió en contra de antelación impaciente –jizao maoji–, y señaló que la industria privada y comercio «deben servir la economía de la nación y la vida del pueblo». (...) Mao probó a enviar a Li Weihan, que había trabajado con Kao durante los años 30, para persuadirle de las virtudes de tal política heterodoxa. Kao muy a diferencia de lo que esperaba obtener Mao de esa conversación, no atendió a los argumentos presentados pese hacer un esfuerzo en escuchar a Li, e irónicamente reveló la ignorancia teórica del grupo que apoyaba tal política, comentó a Li; «¿has oído hablar algo de la oposición derechista en la Unión Soviética? ¿No estás al tanto que Bujarin fue el que abogaba por el tránsito pacífico al socialismo?» (...) Todas las fuentes pintan a Kao Kang como la de un hombre que favoreció la línea de una relativamente, rápida eliminación de la burguesía nacional como clase y una rápida transición al socialismo, en una estrecha adhesión al modelo soviético. (...) Kao pensaba que la línea general de tratar como iguales a los sectores estatales y privados para el bienestar y desarrollo de la economía, era un signo inequívoco de una tendencia derechista en el partido, de rendición a la burguesía. En su discurso, como ya había señalado otras veces, apuntó con textos de Marx, Engels, Lenin y Stalin la equivocación en la que se estaba metiendo el partido». (Frederick C. Teiwes; Políticas en la corte de Mao; Kao Kang y el fraccionalismo del partido en los años 50, 1990)

«En la historia no se ha dado jamás el caso de que las clases moribundas se retirasen voluntariamente de la escena. No se ha dado jamás en la historia el caso de que la burguesía agonizante no apelase a sus últimas fuerzas para defender su existencia». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre la desviación derechista en el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1929)

Poco más claro se puede ser con estas citas.

4) Concepto de partido liberal y fraccional vs concepto de línea y unidad monolítica de pensamiento y acción

«Los radicales desean una alianza con la Unión Soviética, una alianza como la existente actualmente entre Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que los liberales califican la política internacional soviética de «demente». (...) Chou dijo que Mao Zedong se mantiene al margen de las disputas de partido, que utiliza a Chou, Liu Shao-chi y otros liberales y radicales para fines específicos a su antojo. Que Mao es un genio en escuchar argumentos de diferentes lados, y luego traducir las ideas en las políticas de trabajo prácticos». (Edmund Clubb; El Cónsul General en Pekín (Clubb) a la Secretaría de Estado, emitido el 1 de junio de 1949, recibido el 2 de junio de 1949)

«En el período de Yen'an, en 1942, se lanzó la consigna de llamada a la «unidad-crítica-unidad» como principio para resolver las contradicciones entre el pueblo. Trabajamos en esta fórmula. (...) La política empleada anteriormente era el tipo de trabajo traído desde el paraíso Occidental. Ese «paraíso Occidental» era el de Stalin, y la política conocida como «lucha despiadada y golpes implacables». Al ver que esto no era adecuado, y cuando más tarde criticado dogmatismo, se dejó de utilizar el método de «tratar al hombre como él trate contigo» es decir, «ojo por ojo». (...) Después de unos años, en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China de 1945, se alcanzó la meta de la unidad, habiendo sido el periodo de intervenciones de crítica. (...) Al pasar por este proceso hemos obtenido esta fórmula: unidad-crítica-unidad. Más tarde la hemos ampliado fuera del partido, entonces se extendió a Beijing. Asesoramos a los partidos democráticos también a adoptar este método de crítica. Con los capitalistas, es decir, con los explotadores, podemos usar este método. Llegar a usarlo con Taiwán será, en mi opinión más difícil. Debido a que son explotadores, pero son un tipo de explotadores diferentes. No se podría usar este método con Chiang Kai-shek. Con Chiang Kai-shek y Hu Shi y de otro tipo. (...) Pero es posible hacerlo con la burguesía nacional; esto se ha comprobado totalmente». (Mao Zedong; Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo (Notas del discurso), 27 de febrero, 1957)

«En el VIIº Congreso de 1945, logramos persuadir a ciertos camaradas para que votaran por Wang Ming y Li Li-san. Y, ¿qué hemos perdido con ello en los últimos once años transcurridos desde el VIIº Congreso? Absolutamente nada. El haber elegido a Wang Ming y a Li Li-san no impidió el triunfo de nuestra revolución ni dilató unos meses su victoria. (...) La elección para el Comité Central de Wang Ming y Li Li-san, que cometieron errores de línea, presupone la necesidad de que dos de los camaradas que han actuado correctamente o que sólo han cometido leves errores les cedan el puesto, para que ellos puedan subir a la palestra. (...) Ellos son famosos en el país y en el mundo entero por los errores de línea que cometieron. La razón por la cual los elegimos estriba precisamente en que ellos son famosos. ¡Qué otro remedio hay si gozan de fama y la fama de los que no han cometido errores o sólo han cometido pequeños errores no puede compararse con la suya! En nuestro país, que tiene una gran masa de pequeño burgueses, ellos son sus banderas. Con su elección, mucha gente comentará: el partido comunista todavía los espera e incluso les ha cedido dos asientos a fin de facilitarles la corrección de sus errores. Que se corrijan o no es otra cuestión, y de muy poca importancia, pues es algo que atañe solamente a ellos dos. El problema está en que en nuestra sociedad hay un número muy grande de pequeño burgueses, en nuestro partido hay muchos elementos pequeño burgueses vacilantes y entre los intelectuales hay una multitud de elementos vacilantes, y todos ellos ponen sus ojos en estos modelos. Cuando vean que estas dos banderas siguen en pie, se sentirán a gusto, dormirán tranquilos y estarán contentos. Pero caerán en el pánico si estas dos banderas son arriadas». (Mao Zedong; Fortalecer el partido, continuar sus tradiciones, 30 de agosto de 1956)

«La derecha en el poder puede utilizar mis palabras para hacerse fuerte durante un cierto tiempo, pero la izquierda puede utilizar otras palabras mías y organizarse para derrocar a los de derecha». (Carta de Mao Zedong a Chiang Ching, 8 de julio de 1966. Publicada en «Le Monde», 2 de diciembre de 1972)

Comparemos:

«Trotski, por un lado, representa solamente sus vacilaciones personales y nada más. En 1903, fue menchevique; en 1904, abandonó el menchevismo; en 1905 regresó al menchevismo haciendo gala de frases ultrarevolucionarias; en 1906 los dejó nuevamente; a fines de 1906 abogó por acuerdos electorales con los Kadetes –estando una vez más con los mencheviques–; y en la primavera de 1907, en el Congreso de Londres, dijo que difería de Rosa Luxemburgo en «matices específicos de ideas en vez de líneas políticas». Un día Trotski plagia del acervo ideológico de una facción, al siguiente día plagia de la otra, y después se declara por encima de las facciones». (Vladimir Ilich Uliánov; Lenin; Significado histórico de la lucha interna en el partido en Rusia, 1910)

«Es necesario que todo obrero consciente comprenda con claridad el carácter pernicioso e inadmisible de todo fraccionalismo, el cual, pese a todo el deseo de los representantes de algunos grupos de mantener la unidad del partido, conduce sin falta en la práctica al debilitamiento de la labor aunada y a los intentos acentuados y repetidos de los enemigos del partido gubernamental, que se infiltran en sus filas, de ahondar las disensiones en su seno y utilizarlas para los fines de la contrarrevolución. (...) Por las razones expuestas, el congreso declara disueltos y prescribe disolver inmediatamente todos los grupos, sin excepción, que se hayan formado con tal o cual plataforma –a saber: «oposición obrera», «centralismo democrático», etc.–. El incumplimiento de este acuerdo del congreso acarreara la inmediata e incondicional expulsión del partido». (Vladimir Ilich Uliánov; Lenin; Informes en el Xº Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia, del 8 al 16 de marzo de 1921)

«La existencia de fracciones es incompatible con la unidad del partido y con su férrea disciplina. No creo que sea necesario demostrar que la existencia de fracciones lleva a la existencia de diversos organismos centrales y que la existencia de diversas organismos centrales significa la ausencia de un organismo central común en el partido, el quebrantamiento de la unidad de voluntad, el debilitamiento y la descomposición de la disciplina, el debilitamiento y la descomposición de la dictadura. Naturalmente, los partidos de la II Internacional, que combaten la dictadura del proletariado y no quieren llevar a los proletarios a la conquista del poder, pueden permitirse un liberalismo como la libertad de fracciones, porque no necesitan, en absoluto, una disciplina de hierro. Pero los partidos de la Komintern –Internacional Comunista–, que organizan su labor partiendo de las tareas de conquistar y fortalecer la dictadura del proletariado, no pueden admitir ni el «liberalismo». (...) El partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas. El fraccionalismo dentro del partido nace de sus elementos oportunistas. El proletariado no es una clase cerrada. A él afluyen continuamente elementos de origen campesino, pequeño burgués e intelectual, proletarizados por el desarrollo del capitalismo. (...) Todos estos grupos pequeño burgueses penetran de un modo o de otro en el partido, llevando a éste el espíritu de vacilación y de oportunismo, el espíritu de desmoralización y de incertidumbre. Son ellos, principalmente, quienes constituyen la fuente del fraccionalismo y de la disgregación, la fuente de la desorganización y de la labor de destrucción del partido desde dentro. Hacer la guerra al imperialismo teniendo en la retaguardia tales «aliados», es verse en la situación de gente que se halla entre dos fuegos, tiroteada por el frente y por la retaguardia. Por eso, la lucha implacable contra estos elementos, su expulsión del partido es la condición previa para luchar con éxito contra el imperialismo». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Los fundamentos del leninismo, 1924)

«El camarada Smeral califica esa táctica de «fina», de «delicada». Puede que efectivamente sea fina, pero no tiene nada que ver con la táctica bolchevique de lucha intransigente contra los derechistas; de eso no puede haber la menor duda. El camarada Smeral olvida que el proverbio dice: «la cuerda se rompe por lo más fino». Ha olvidado que la fineza no puede ser garantía contra el fracaso. Y así ha ocurrido, como se sabe, pues esta «fina» táctica con la derecha ha reventado y se ha venido abajo a la primera prueba, cuando el grupo de Bubnik, alentado por esa táctica, estuvo a punto de hacer fracasar la reciente acción del proletariado checo. El fortalecimiento de los derechistas y la traición de Bubnik: tal es el balance de la táctica «fina» del camarada Smeral. Por eso opino que la táctica «fina» del camarada Smeral es una táctica de salvamento de los derechistas, una táctica de acentuación de la crisis, una táctica preñada del peligro de hundimiento del Partido. ¿Por qué se hundió la vieja socialdemocracia como partido revolucionario? Entre otras cosas porque Kautsky y Cía. emplearon de hecho la táctica «fina» de encubrir y salvar a los derechistas, la táctica «delicada» de «unidad y paz» con E. Bernstein y Cía. ¿Qué resultó de ello en resumidas cuentas? Resultó que en el momento crítico, en la víspera misma de la guerra, los socialdemócratas de derecha traicionaron a los obreros, los «ortodoxos» se convirtieron en prisioneros de la derecha y la socialdemocracia, en su conjunto, en un «cadáver viviente». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili; Stalin; Sobre el Partido Comunista de Cheoslovaquia; Discurso en la Comisión Checoslovaca del Comité Ejecutivo de la Komintern, 27 de marzo de 1925)

«Estamos muy preocupados por su decisión de que todo el que desee puede ser aceptado en el partido, sin ninguna consideración de su origen social, que el partido no tema que algunos arribistas busquen su camino en el partido, así como de su mensaje sobre las intenciones de aceptar incluso a Zhang Xueliang en el partido. En la actualidad, más que en cualquier otro momento, es necesario para mantener la pureza de las filas y el carácter monolítico del partido. Mientras conducimos el alistamiento sistemático de personas en el partido y así lo reforzamos, especialmente en el territorio del Kuomintang, es necesario que al mismo tiempo que evitamos la inscripción masiva en el partido, aceptemos sólo a las mejores y probadas personas de entre los obreros, campesinos y estudiantes». (Georgi Dimitrov; Telegrama de la Secretaria del Comité Ejecutivo de la Komintern al Secretariado del Partido Comunista de China, 15 de agosto de 1936)

¿Que casualidad que Mao permitía y promovía el fraccionalismo como Lenin habla de Trotski? ¿Y que casualidad que como usaba una u otra fracción durante un tiempo? Véase el periodo en que Liu era su aliado y segundo de abordo (incluso tipificado en los estatutos del partido), luego Deng Xiaoping, luego Lin Piao, luego Deng Xiaoping otra vez, luego Hua Kuo-feng.

5) La negación del proletariado vs la hegemonía del proletariado como fuerza dirigente en cualquier etapa

«Dentro de poco, centenares de millones de campesinos en las provincias del centro, el Sur y el Norte de China se levantarán como una tempestad, un huracán, con una fuerza tan impetuosa y violenta que nada, por poderoso que sea, los podrá contener. (...) Todos los partidos y camaradas revolucionarios serán sometidos a prueba ante los campesinos y tendrán que decidir a qué lado colocarse». (Mao Zedong; Informe sobre una investigación del movimiento campesino en Yenán; Obras Escogidas, Tomo I, marzo de 1927)

«La actual resistencia al Japón, una resistencia campesina. La política de nueva democracia significa, en esencia, colocar a los campesinos en el poder». (Mao Zedong; Sobre la nueva democracia; Obras Escogidas, Tomo II, enero de 1940)

«¿Qué es el régimen constitucional de nueva democracia? Es la dictadura conjunta de las diversas clases revolucionarias sobre los colaboracionistas y reaccionarios. Alguien dijo una vez: «Si hay comida, que la compartan todos». Me parece que esto puede servir de metáfora ilustrativa de la nueva democracia. Puesto que la comida debe ser compartida por todos, es inadmisible que un solo partido, grupo o clase ejerza la dictadura». (Mao Zedong; Sobre el régimen constitucional de nueva democracia; Obras Escogidas; Tomo II, enero de 1940)

«Reconocer que el modo capitalista de producción es el método más progresista en la China actual, y que la burguesía, sobre todo la pequeña burguesía, representa los elementos sociales y la fuerza política comparativamente más progresistas en la China actual. (...) Así, la política del partido no es el debilitamiento del capitalismo y la burguesía, o el debilitamiento del campesino rico y sus fuerzas productivas, sino el fortalecimiento de la producción capitalista». (Partido Comunista de China; Decisión del Comité Central sobre las políticas de las tierras en las bases de apoyo antijaponesas, 28 de enero de 1942)

«El camarada Mao Zedong señaló también que las vastas áreas rurales habitadas por las grandes masas de campesinos son indispensables, que son posiciones vitales de la revolución china –donde el pueblo revolucionario puede rodear las ciudades–. (...) El trabajo en el campo debe desempeñar el papel principal en el movimiento revolucionario chino, mientras que el trabajo en la ciudad debe desempeñar un papel de segundo orden». (Partido Comunista de China; Resoluciones sobre algunas cuestiones de la historia del partido, 20 de abril de 1945)

«Desde el 20 de agosto, los jóvenes guardias rojos de Pekín, destacamentos de estudiantes, han tomado las calles. (...) Los comandantes y combatientes del ejército de liberación del pueblo de la capital han expresado unánimemente su apoyo a las acciones revolucionarias de los estudiantes revolucionarios y la realización de la gran revolución cultural proletaria hasta el final». (Pekín Informa; Vol.9, Nº36, 3 de septiembre de 1966)

«Un gran número de jóvenes revolucionarios, antes desconocidos, se han convertido en valientes desbrozadores de caminos. Actúan con firmeza, vigor e inteligencia. Por medio de dazibaos y de grandes debates, exponen franca y plenamente sus opiniones, denuncian y critican en profundidad, y lanzan resueltos ataques contra los representantes abiertos u ocultos de la burguesía. En el curso de semejante gran movimiento revolucionario, es inevitable que ellos muestren tales o cuales defectos, pero su orientación revolucionaria fundamental ha sido siempre correcta. Esta es la corriente principal de la gran revolución cultural proletaria. Es la dirección principal en que la gran revolución cultural proletaria prosigue su avance. (...) En la gran revolución cultural proletaria, las masas mismas pueden liberarse solas, y no podemos de ningún modo actuar en su sitio. Hay que tener confianza en las masas, apoyarse en ellas y respetar su espíritu de iniciativa. Hay que rechazar el temor y no tener miedo a los disturbios. (…) ¡Qué las masas se eduquen en este gran movimiento revolucionario y operen la distinción entre aquello que es justo y aquel que no lo es, entre los modos de actuar correctos e incorrectos!». (Partido Comunista de China; Decisión del comité central del Partido Comunista de China sobre la gran revolución cultural proletaria, 1966)

«El curso de la lucha del año pasado demostró que los pueblos del tercer mundo son la fuerza principal contra el imperialismo, el colonialismo y el hegemonismo, la fuerza motriz que propulsa a la historia hacía delante». (Pekín Informa; Vol. 17, No. 11, 15 de marzo de 1974)

«Los pueblos de numerosos países del tercer mundo se han convertido en la mayor fuerza motriz que propulsa el avance de la historia humana». (Pekín Informa; Vol.18, Nº18, 2 de mayo de 1975)

Comparemos:

«El proletariado, que es por su situación la clase más avanzada y la única consecuentemente revolucionaria, por este mismo hecho está llamado a desempeñar el papel dirigente en el movimiento general democrático revolucionario. (...) Sólo el cumplimiento de este papel puede asegurar al proletariado las condiciones más ventajosas para la lucha por el socialismo». (Resolución del III Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, 1905)

«La renuncia de la idea de la hegemonía, sin embargo, es la forma más cruda del reformismo». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; El reformismo en el movimiento socialdemócrata ruso, 1911)

«En tales países casi no hay proletariado industrial. No obstante, también en ellos hemos asumido y debemos asumir el papel de dirigente». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informe de la comisión para los problemas nacional y colonial, 1920)

«Mao Zedong intentó aislar la esfera de la economía de la esfera de la política, lo que es antimarxista. ¿El poder político puede ser compartido en pie de igualdad por «varias clases revolucionarias», si una de estas clases tiene en poder los medios de producción y de reproducción de su existencia cuando estos medios les faltan a las clases que producen la riqueza, la clase obrera y el campesinado trabajador en este caso? Los marxistas sólo pueden responder a esta pregunta negativamente». (Vincent Gouysse; El socialismo de características china: ¿socialismo o nacionalismo burgués, 2007)

«Lenin consideraba la negación de la idea de la hegemonía del proletariado en el movimiento revolucionario como uno, sino el aspecto más vulgar del reformismo. (...) Los revisionistas soviéticos, de palabra, no niegan el papel dirigente de la clase obrera, mientras en la práctica lo han liquidado, porque han despojado a dicha clase de toda posibilidad de dirigir. Pero también teóricamente eliminan este papel, dado que defienden la nefasta teoría «del partido y del Estado de todo el pueblo». Los revisionistas chinos, como pragmáticos que son, colocan a la cabeza de la «revolución», según el caso, unas veces al campesinado, otras al ejército, en ocasiones a los estudiantes, etc. El Partido del Trabajo de Albania defiende firmemente la tesis marxista-leninista de que la clase obrera constituye la fuerza decisiva del desarrollo de la sociedad, la fuerza dirigente de la transformación revolucionaria del mundo, de la construcción de la sociedad socialista y comunista». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

«Mientras que los revisionistas chinos, oponiéndose a esta tesis de Lenin, se afanan en presentar el «tercer mundo» como la «gran fuerza motriz que hace avanzar la rueda de la historia». Declarar semejante cosa significa dar en la teoría y en la práctica una definición errónea de la fuerza motriz. ¿Cómo es posible que en la época de la actual evolución social, en la época que tiene en su centro a la clase más revolucionaria, el proletariado, se califique de fuerza motriz a una agrupación de Estados dominados en su abrumadora mayoría por la burguesía y los feudales, incluso por reaccionarios y fascistas declarados? Se trata de una burda deformación de la teoría de Marx. (...) La tesis sobre el papel hegemónico del campesinado en la revolución ha sido preconizada por Mao Zedong también como la vía de la revolución mundial. De aquí parte la concepción antimarxista que considera el llamado tercer mundo, que en la literatura política china se denomina entre otras cosas el «campo mundial», como «la fuerza motriz principal para la transformación de la sociedad contemporánea». Según los puntos de vista chinos, el proletariado es una fuerza social secundaria, que no puede jugar el papel que prevén Marx y Lenin en la lucha contra el capitalismo y en el triunfo de la revolución, en alianza con todas las fuerzas oprimidas por el capital. En la revolución china ha predominado la pequeña y media burguesía. Es esta amplia capa de la pequeña burguesía la que ha influido en todo el desarrollo de China. Mao Zedong no se basaba en la teoría marxista-leninista que nos enseña que el campesinado, y en general la pequeña burguesía, es vacilante. Naturalmente, el campesinado pobre y medio desempeñan un papel importante en la revolución y deben ser los aliados íntimos del proletariado. Pero la clase campesina, la pequeño burguesía, no pueden dirigir al proletariado en la revolución. Concebir y propagar lo contrario significa estar en contra del marxismo-leninismo. Aquí radica asimismo una de las fuentes principales de los puntos de vista antimarxistas de Mao Zedong, que han influido negativamente en toda la revolución china». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

Queda claro.


6) «Multipartidismo en el socialismo» vs dirección del partido marxista-leninista de la sociedad socialista


«En nuestro país, siguen existiendo numerosos partidos democráticos que se formaron durante la resistencia al Japón y la lucha contra Chiang Kai-shek y que se componen principalmente de elementos de la burguesía nacional y su intelectualidad. (…) ¿Qué es mejor: que haya un solo partido o varios partidos? Por lo que hoy parece, es preferible que haya varios. Esto no sólo es válido para el pasado, sino que puede serlo también para el futuro; significa coexistencia duradera y supervisión mutua. (...) Tanto el partido comunista como los partidos democráticos surgieron en el proceso histórico. Todo lo que surge en el proceso histórico desaparece en el mismo proceso. Así, tarde o temprano desaparecerá el partido comunista y, de igual modo, los partidos democráticos». (Mao Zedong, Sobre diez grandes relaciones; Obras Escogidas, Tomo V, 25 de abril de 1956)


«La consigna «Coexistencia duradera y supervisión mutua» también es fruto de las condiciones históricas concretas de nuestro país. No ha sido presentada de modo súbito, puesto que estuvo en gestación durante varios años. La idea de la coexistencia duradera nació hace mucho tiempo. El año pasado, cuando quedó establecido fundamentalmente el sistema socialista, esta consigna fue planteada en términos explícitos. ¿Por qué, pues, hay que admitir una larga coexistencia de los partidos democráticos de la burguesía y de la pequeña burguesía con el partido político de la clase obrera? Porque no tenemos motivos para no adoptar la política de coexistencia duradera con respecto a todos aquellos partidos que se dediquen verdaderamente a la tarea de unir al pueblo para la causa del socialismo y se hayan granjeado su confianza. (...) Esta es precisamente la base política de la coexistencia duradera de los partidos. Una coexistencia duradera del Partido Comunista con los partidos democráticos es nuestro deseo y también nuestra política. Ahora bien, el que los partidos democráticos puedan tener o no una larga existencia no depende tan sólo del deseo del Partido Comunista, sino también de cómo se comporten ellos, de si se ganan la confianza del pueblo. La supervisión mutua entre los distintos partidos es otro hecho de larga data, que toma la forma de consejos y críticas recíprocos. La supervisión mutua no es, desde luego, un asunto unilateral; significa que, a la vez que el Partido Comunista puede ejercer supervisión sobre los partidos democráticos, éstos también pueden ejercerla sobre el Partido Comunista. ¿Por qué se admite la supervisión de los partidos democráticos sobre el Partido Comunista? Porque un partido, lo mismo que una persona, tiene gran necesidad de oír opiniones diferentes de las propias». (Mao Zedong; Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo; Obras Escogidas, Tomo V, 27 de febrero, 1957)


«Todas las clases, incluida la burguesía nacional, habían sufrido la opresión feudal e imperialista. Ellos por tanto formularon exigencias revolucionarias. Así, en la sociedad socialista, al lado del Partido Comunista de China, que constituye el elemento dirigente del Estado, otros partidos continuarán aportando su cooperación». (Chen Chi-Yuan; Revista «Nueva democracia», nº7, julio de 1957)


«En la Unión Soviética, la dictadura del proletariado se lleva a cabo como parte de un sistema único de partido. Pero en las condiciones históricas de China, quisieron que esta dictadura tomara en casa una forma diferente». (Partido Suizo del Trabajo; Revista «Socialismo», nº143, agosto-septiembre de 1957)


«Junto al Partido Comunista coexisten diversos partido y grupos democráticos cuyo fundamento social es la burguesía nacional, la capa superior de la pequeña burguesía y sus intelectuales. (...) El régimen político socialista chino es pues un régimen de un solo partido, sino de varios. (...) Los hombres de los partidos y grupos democráticos ocupan importantes puestos en el gobierno y en el aparato del Estado; ejercen una real influencia en los asuntos públicos». (Santiago Carrillo; Sobre una singularidad de la revolución china: la alianza de los capitalistas nacionales con el proletariado, 1957)


«La construcción y desarrollo del socialismo se ha convertido en unos intereses y aspiraciones comunes de todos los partidos democráticos, las federaciones de la industria y el comercio y de nuestro partido. Durante este nuevo periodo histórico, los partidos democráticos y las federaciones de industria y comercio continúan jugando un importante rol que no puede ser ignorado. Creemos que en el futuro los partidos democráticos y federaciones de industria y comercio harán aún mayores contribuciones al desarrollo y consolidación de la situación política de estabilidad y unidad, aceleración de la modernización socialista, promoción de la democracia, fortalecimiento del sistema legal,  conducta de autoeducación y lucha por la reunificación de la patria. (...) La cooperación multipartidista bajo el liderazgo del Partido Comunista de China sobreviene de las condiciones históricas específicas y reales de nuestro país, y esto también es una característica y una ventaja de nuestro sistema político. En 1956, cuando el sistema socialista fue básicamente establecido en nuestro país, el Comité Central del partido y el camarada Mao Zedong propuso el principio de: «coexistencia duradera y supervisión mutua» con todos los partidos democráticos, el cual ha sido una constante política desde hace mucho tiempo hasta ahora». (Deng Xiaoping; Todos los partidos democráticos y federaciones de industria y comercio son fuerzas políticas que sirven al socialismo, 19 de octubre, 1979) 


«Él [Mao Zedong] propuso que entre el pueblo debemos seguir una política correcta. Nosotros debemos seguir la política de: «unidad-lucha-unidad» en los asuntos de política, la política de «larga coexistencia y mutua supervisión» en las relaciones con los partidos democráticos, la política de: «dejar que cien flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan» en la ciencia y la cultura». (Partido Comunista de China; Resolución sobre algunas cuestiones de la historia del partido desde la fundación del partido; Adoptada en la VIº Sesión Plenaria del XIº Comité Central del Partido Comunista de China, 27 de junio de 1981) 


«Los partidos democráticos de China lucharon al lado de nuestro partido en el período de la revolución democrática, y junto con nosotros es que han avanzado y han sido probados en el período socialista. En los trabajos de construcción encabezados por el Partido Comunista de China se continuará la cooperación a largo plazo con todos los partidos e individuos democráticos patrióticos. En nombre de nuestro partido, deseo expresar sincera gratitud a todos los partidos democráticos y para todos nuestros amigos sin partido». (Deng Xiaoping; Discurso de apertura en el XIIº Congreso del Partido Comunista de China, 1 de septiembre de 1982)


Comparemos:


«Sejfulla Malëshova suprimía al Partido y era partidario de la creación de partidos socialdemócratas en el Frente y de compartir el poder con la burguesía. Sejfulla Malëshova estaba en contra de las reformas económicas y sociales revolucionarias, pretendía en cambio una colaboración abierta y sincera con la gran burguesía comercial e industrial, sin confiscar sus bienes ni sus fábricas, la extinción de la lucha de clases y la integración pacífica del elemento capitalista en el socialismo». (Enver Hoxha; Informe en el IIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 31 de marzo de 1952)


«¿Qué evidencian estos cambios? Evidencian, en primer lugar, que las líneas divisorias entre la clase obrera y los campesinos, así como entre estas clases y los intelectuales, se están borrando, y que está desapareciendo el viejo exclusivismo de clase. Esto significa que la distancia entre estos grupos sociales se acorta cada vez más. Evidencian, en segundo lugar, que las contradicciones económicas entre estos grupos sociales desaparecen, se borran. Evidencian, por último, que desaparecen y se borran, igualmente, sus contradicciones políticas. (…) En cuanto a la libertad para los diferentes partidos políticos, nosotros mantenemos una opinión un tanto diferente. Un partido es una parte de una clase, su parte de vanguardia. Varios partidos y, por consecuencia, la libertad de partidos, sólo pueden existir en una sociedad en la que existen clases antagónicas, cuyos intereses son hostiles e irreconciliables; en una sociedad donde, por ejemplo, hay capitalistas y obreros, terratenientes y campesinos, kulaks y campesinos pobres, etc. Pero en la Unión Soviética ya no hay clases como los capitalistas, los terratenientes, los kulaks, etc. En la Unión Soviética no hay más que dos clases: los obreros y los campesinos, cuyos intereses, lejos de ser hostiles, son, por el contrario, afines. Por lo tanto, en la Unión Soviética no hay base para la existencia de varios partidos y, por consiguiente, para la libertad de esos partidos. En la Unión Soviética sólo hay base para un solo partido: el partido comunista. En la Unión Soviética sólo puede existir un partido, el partido comunista». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre el proyecto de constitución en la Unión Soviética, 1936)


«El desarrollo del progreso social de nuestro país no se mueve hacia atrás, hacia una multitud de partidos y agrupaciones, sino hacia la eliminación de todos los remanentes del sistema capitalista de explotación, y esto conducirá al establecimiento de un partido político unificado que dirigirá el Estado y a la sociedad. Nuestro pueblo que tiene aún fresco los amargos recuerdos del pasado, nunca estarán de acuerdo en que la dirección de nuestro Estado y la sociedad se asemeje a la del cisne, el cangrejo, y el lucio de la fábula de Krylov, quienes a pesar de sus esfuerzos no pudieron mover el carro, ya que el cisne empujaba hacia arriba el cangrejo retrocedía hacia atrás, mientras el lucio se hundía hacia abajo en el río. Pero la formación de un partido político unificado de nuestro pueblo clama un duro trabajo. Un número de cambios radicales son necesarios para eliminar completamente el sistema capitalista de explotación y acabar con la existencia de clases antagónicas; es necesario también para ello realizar el trabajo considerable en materia de reeducar a nuestra gente». (Georgi Dimitrov; El pueblo búlgaro en lucha por la democracia y el socialismo: Informe en el IIº Congreso del Frente de la Patria, 2 de febrero de 1948)


«En las condiciones de una revolución democrático popular y de la lucha de liberación nacional, cuando existen varios partidos burgueses y pequeño burgueses, el partido comunista puede y debe esforzarse por colaborar con ellos en el marco de un amplio frente democrático popular o de liberación nacional. (...) Una vez instaurada y consolidada la dictadura del proletariado bajo la dirección del partido comunista, la existencia por un largo tiempo de otros partidos, incluso «progresistas», en el frente o fuera de él, no tiene ningún sentido, ninguna razón de ser, ni siquiera formalmente en nombre de la tradición. (...) Dado que la lucha de clases continúa durante el período de la construcción de la sociedad socialista y de la transición al comunismo, y que los partidos políticos expresan los intereses de determinadas clases, la presencia de otros partidos no marxista-leninistas en el sistema de dictadura del proletariado, sobre todo después de la edificación de la base económica del socialismo, sería absurda y oportunista. La inexistencia de otros partidos lejos de perjudicar a la democracia, no hace más que consolidar la verdadera democracia proletaria. El carácter democrático de un régimen no se mide por el número de partidos, sino que viene determinado por su base económica, por la clase que está en el poder, por toda la política y la actividad del Estado, por el hecho de si ésta se realiza o no en interés de las amplias masas populares, de si les sirve o no». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático, 1967)


«Mao Zedong cierra este problema tan importante con palabras que quieren demostrar que en China todo marcha bien; coloca la industria pesada en tercer lugar e integra a los fabricantes burgueses en el socialismo; en el campo, preconiza la misma política para los kulaks, y todo lo demás se arreglará según su teoría maoísta, ¡que sería completamente justa, infalible! Pero en verdad estas ideas de Mao Zedong están en oposición con las de Lenin y Stalin. (...) Mao Zedong está completamente en la línea revisionista, oportunista. No pone al partido comunista en la cabeza, en la dirección; da a entender que está en la dirección, pero pide que el poder sea compartido con los partidos de la burguesía y afirma que así debe ser. Por lo tanto, Mao Zedong está por el pluralismo de los partidos en la dirección del Estado proletario. Dice que la existencia de varios partidos es indispensable por muchas razones: porque el Partido Comunista de China puede ser criticado, porque puede aprender mucho de ellos para descubrir todo lo que se organiza y se hace bajo cuerda, etc. Considera la existencia de estos partidos como un factor determinante o mejor dicho como un factor indispensable para la construcción del socialismo en China. (...) Para los marxista-leninistas está claro qué cualquier partido representa los intereses de determinadas clases o capas, por eso ¿qué sentido tiene conservar en el socialismo a los partidos que representen los intereses de la burguesía? Esto significa renunciar a la lucha de clases, a la lucha por el papel hegemónico del proletariado y de su partido». (Enver Hoxha; Algunos juicios en torno al «decálogo» ballista de Mao Zedong; Reflexiones sobre China, Tomo II, 28 de diciembre de 1976)


El revisionismo chino, ha sido, como los liberales, los socialdemócratas, los eurocomunistas, los promotores del multipartidismo.


7) 
Línea de conciliación vs lucha intransigente contra el imperialismo estadounidense


«El Partido Comunista de China acepta la perspectiva de un desarrollo capitalista de China, no sólo ahora, sino también para un futuro indefinido». (Earl Browder; Victoria y después, 1942)

«[Mao en 1944:] «Las políticas del Partido Comunista de China son más que liberales. Incluso los más conservadores hombres de negocios estadounidenses no podrán encontrar nada en nuestro programa que les pueda ofender. China debe industrializarse. Esto sólo se podrá lograr a través de la iniciativa privada y la ayuda del capital extranjero. Los intereses estadounidenses y chinos están entrelazados y son similares. (...) Cada soldado estadounidense en su camino en China debe ser un escaparate y hablar por la democracia. Ya que por encima de todo, los chinos les consideramos a ustedes, los estadounidenses, como el ideal de la democracias». (John Service; La oportunidad perdida en China, 1974)

«Se necesitan grandes cantidades de capital para el desarrollo de nuestras industrias. Ellos vendrán principalmente de la riqueza acumulada por el pueblo chino, y al mismo tiempo de la asistencia extranjera. Damos la bienvenida a las inversiones extranjeras si tales son beneficiosos para la economía de China y se realizan de acuerdo con las leyes de China. Se pueden expandir rápidamente y a gran escala empresas rentables tanto para el pueblo chino como para los extranjeros, siendo la industria pesada y la modernización de la agricultura, una realidad cuando lo que hay es una firme e interna paz internacional, y cuando dichas reformas políticas y agrarias se realizan a fondo. Sobre esta base, hemos de ser capaces de absorber grandes cantidades de inversiones extranjeras. Una política regresiva y económicamente empobrecida para China no será rentable ni para el pueblo chino ni para los extranjeros». (Mao Zedong; La lucha por una nueva China; Informe en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China, 24 de abril de 1945)

«Las tres grandes democracias de Gran Bretaña, Estados Unidos, y la Unión Soviética se mantienen unidos. Las disputas entre estas democracias han existido y pueden existir en el futuro, pero la unidad a largo plazo va a reinar. Esta condición decisiva, ha sido finalmente demostrada en la Conferencia de Crimea. (...) Estamos en una situación totalmente nueva. Los problemas internacionales deben ser resueltos por conferencias a cargo de los tres o cinco naciones principales: los problemas internos de las distintas naciones tendrán que resolverse sin excepción, de conformidad con los principios democráticos. (...) Tal es el nuevo aspecto del mundo. Pero el que no puede ver las posibilidades de ciertas vicisitudes transitorias o incluso graves en la historia, o no entiende la aún considerable fuerza de los reaccionarios aislacionistas, quienes odian ver la unidad, el progreso y la liberación en su propio pueblo y otros pueblos y que no les gusta el nuevo orden mundial dirigido conjuntamente por Gran Bretaña, Estados Unidos, la Unión Soviética Unión, Francia y China, incurrirá en un error político. Sin embargo, la tendencia general de la historia está fijada y no puede ser cambiada. El mundo tiene un nuevo aspecto». (Mao Zedong; La lucha por una nueva China; Informe en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China, 24 de abril de 1945)

«En la actualidad, la Unión Soviética, Estados Unidos e Inglaterra desaprueban una guerra civil en China». (Mao Zedong; Circular del Comité Central del Partido Comunista de China sobre las negociaciones de paz con el Kuomintang, 1945)

«Es un hecho demostrado que las políticas económicas propias del Kuomintang en la China de hoy en día están operando para derrotar a los intereses de Estados Unidos en un mercado chino en expansión, mientras que las políticas económicas de los comunistas en China son las más favorables y propicias para un mercado en expansión. (...) El que se denomina campo «comunista» en China, porque está dirigido por miembros destacados del Partido Comunista de China está más próximo a la noción estadounidense de la democracia, que el denominado campo del Kuomintang. Está más próximo desde cualquier punto de vista, incluso en el de dar mayor campo de acción a la «libre iniciativa» en la vida económica». (Earl Browder; Teherán: nuestro camino en la guerra y la paz, 1944)

«El general Chou declaró que el Comité Ejecutivo Central Comunista confirmó sus negociaciones en el Partido Comunista Chino; que creían que la ampliación del gobierno podría haber llegado a más pero que estaban satisfechos con los acuerdos, pues abrieron la puerta a la democratización de China. El general declaró que Mao Zedong había ordenado informar personalmente al Generalísimo que el Partido Comunista estaba preparado para cooperar en su gobierno tanto durante el periodo interino como bajo el constitucional. Chou también dijo que el Partido Comunista creía en principio en el socialismo, pero que, en aquél momento, veían el socialismo como un sistema impráctico para las condiciones presentes de China y que, en consecuencia, suscribían la introducción de un sistema político basado en el de los Estados Unidos; que por esto él entendía que la prosperidad y la paz de China sólo podían ser alcanzadas mediante la introducción del sistema político, ciencia, industrialización estadounidenses, así como por una reforma agraria en un programa de iniciativa individual. Declaró que Mao le había ordenado informarme que el Partido Comunista estaba satisfecho con la justicia de mi actitud y de que estaban listos para cooperar con los propósitos del Gobierno de los Estados Unidos». (Mariscal General al presidente Truman, Chungking, 31 de enero de 1946)

«Los radicales desean una alianza con la Unión Soviética, una alianza como la existente actualmente entre Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que los liberales califican la política internacional soviética de «demente». Chou En-lai cree que la Unión Soviética se está arriesgando a una guerra que no se puede luchar con éxito y que unas buenas relaciones de trabajo China-Estados Unidos hubiesen tenido un efecto suavizante en la actitud del partido hacia los países occidentales. Chou desea estas relaciones porque siente que China necesita desesperadamente ayuda de la cual cree que la Unión Soviética no puede dar. Se siente que China está al borde del colapso económico y físico completo, por lo que significará una ruptura «física» del bienestar físico de las personas.(...) Chou En-lai siente que los Estados Unidos deben ayudar a China porque: (1) China aún no es comunista y si las políticas de Mao Zedong se implementan correctamente, quizás no lo sea por un largo tiempo; (2) la china democrática puede servir en la esfera internacional como mediador entre las potencias occidentales y la URSS; (3) el caos en China bajo cualquier régimen sería una amenaza para la paz de Asía y el mundo. (...) Chou dijo que Mao Zedong se mantiene al margen de las disputas de partido, que utiliza a Chou, Liu Shao-chi y otros liberales y radicales para fines específicos a su antojo. Que Mao es un genio en escuchar argumentos de diferentes lados, y luego traducir las ideas en las políticas de trabajo prácticos». (Edmund Clubb; El Cónsul General en Pekín (Clubb) a la Secretaría de Estado, emitido el 1 de junio de 1949, recibido el 2 de junio de 1949)

«La paz en Asia y la paz en el mundo requieren de esfuerzos de ambos para reducir inmediatamente las tensiones y eliminar las causas básicas de los conflictos. Los Estados Unidos trabajaran para lograr una paz justa y segura: justa, porque cumple con las aspiraciones de los pueblos y naciones para la libertad y el progreso; segura, ya que elimina el peligro de una agresión extranjera. Los Estados Unidos apoyan la libertad individual y el progreso social para todos los pueblos del mundo, libre de la presión o intervención exterior. (...) Los Estados Unidos pusieron de relieve que los pueblos de Indochina se les debería permitir determinar su destino sin intervención externa, y su principal objetivo constante ha sido una solución negociada, la propuesta de ocho puntos presentada por la República de Vietnam y los Estados Unidos el 27 de enero 1972 representa una base para la consecución de ese objetivo, en la ausencia de una solución negociada de los Estados Unidos prevé la retirada final de todas las fuerzas estadounidenses de la región en consonancia con el objetivo de la libre determinación de todos los países de Indochina. (...) Los Estados Unidos apoya el derecho de los pueblos de Asia del Sur para dar forma a su propio futuro en paz, libre de la amenaza militar, y sin que su propia área se convierta en objeto de la rivalidad entre grandes potencias». (Comunicado conjunto de la República Popular de China y los Estados Unidos (Shangai, 27 de febrero de 1972)

Comparemos:

«En su propaganda el Partido Comunista Francés parte de la idea de que necesita los créditos estadounidenses. Nos enteramos de que el camarada Luigi Longo también hace lo mismo, aunque él hable de defender más firmemente la soberanía nacional. ¿Es correcto que los comunistas admitan una necesidad de ayuda estadounidense? El pueblo entonces dirá: incluso los valientes comunistas admiten que necesitamos la ayuda de los Estados Unidos. Y ya que no podemos arreglarnos sin los créditos, tendremos que prescindir de la soberanía. Ni el PCF ni el PCI han planteado la cuestión de si es posible vivir sin los créditos estadounidenses, si sería posible restaurar el país, basándose en primer lugar, con las propias fuerzas. ¿Por qué estos partidos han olvidado el heroico ejemplo de la Unión Soviética, que restauró su economía en las condiciones de bloqueo y cerco hostil, donde nadie le respaldaba? ¡Sin embargo, a día de hoy los pueblos si cuentan con la Unión Soviética a su lado! ¿Por qué no seguir el ejemplo de Grecia? Grecia recibe la «ayuda» estadounidense, pero el Partido Comunista de Grecia lucha contra esta ayuda, ha procedido con la movilización de los pueblos contra el imperialismo estadounidense. Hay otros países que no estaban recibiendo la «ayuda» estadounidense. Ellos están tensando cada nervio para restaurar sus economías sin la «ayuda» estadounidense. Esto, es lo que los camaradas franceses deberían haber dicho a su pueblo. Deberían haber demostrado que, aunque se trata de un camino largo y difícil, es un camino que el pueblo francés también puede tomar». (Anna Pauker; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 25 de septiembre de 1947)

«¿Qué se desprende de este comunicado? China le dice al mundo que ha conversado amistosamente con los Estados Unidos, que como resultado de estas conversaciones se evitará la guerra entre ambos, que no se permitirá que la región Asia-Pacífico se convierta en zona de influencia de ninguna gran potencia –cuentos–, que ninguna de las dos partes debe entenderse con un tercero contra la otra –cuentos–, y que el mundo no debe ser dividido en esferas de influencia –más cuentos–». (Enver Hoxha; El viaje de Nixon a China, las conversaciones sino-estadounidenses, el comunicado final: Reflexiones sobre China, Tomo II, 21 de marzo, 1972)

«El absolutizar las contradicciones interimperialistas y subestimar la contradicción fundamental, la contradicción entre la revolución y la contrarrevolución, el centrar toda la estrategia únicamente en la explotación de las contradicciones existentes en el campo enemigo y olvidar lo principal: el aumento del espíritu revolucionario y el desarrollo del movimiento revolucionario de los trabajadores y de los pueblos, dejar de lado la preparación de la revolución, todo esto está en total oposición con las enseñanzas del marxismo-leninismo. Es antimarxista practicar, so pretexto de aprovechar las contradicciones, la unión con los imperialistas supuestamente más débiles para oponerse al más fuerte, colocarse al lado de la burguesía propia para oponerse a la de otro país. Lenin señalaba que la táctica consistente en aprovechar las contradicciones en las filas de los enemigos debe ser utilizada para elevar y no para bajar el nivel general de la conciencia proletaria, el espíritu revolucionario, la aptitud de las masas de luchar y conquistar la victoria». (Enver Hoxha; La teoría y la práctica de la revolución, 1977) 

«El comunicado sino-estadounidense es el documento más infame que se puede concebir. En este comunicado van parejos los «bellos» puntos de vista de una y otra parte. Los chinos nos «atiborran» de frases generales: «los pueblos quieren la libertad; donde hay opresión hay resistencia; las naciones, grandes y pequeñas, deben ser iguales; todas las tropas extranjeras deben retirarse de los países donde están estacionadas», etc. La parte china desarrolla así una tirada bastante larga sin hacer ninguna alusión, sin dirigirla contra nadie. (...) La parte estadounidense, por su lado, lanza en este comunicado una tirada aún más larga. No acepta ninguna responsabilidad, al contrario, según el comunicado, la «bella América» sería «el país más pacífico y más democrático», los estadounidenses están en contra de la agresión, están por la autodeterminación de los países de Indochina. Los Estados Unidos están dispuestos a hacer esto y lo de más allá, lo que ustedes quieran y lo que ustedes piensen –bonitas frases–, pero, en otras palabras, mantendrán su amistad con Chiang Kai-shek, con las camarillas de los países de Indochina y con la República de Corea del Sur: se dice que retirarán sus tropas de las diversas regiones del mundo –de palabra, naturalmente– «cuando disminuya la tensión», etc. Y así continúa la «cantinela» estadounidense en el comunicado conjunto. (...) ¿Qué se desprende de este comunicado? China le dice al mundo que ha conversado amistosamente con los Estados Unidos, que como resultado de estas conversaciones se evitará la guerra entre ambos, que no se permitirá que la región Asia-Pacífico se convierta en zona de influencia de ninguna gran potencia –cuentos–, que ninguna de las dos partes debe entenderse con un tercero contra la otra –cuentos–, y que el mundo no debe ser dividido en esferas de influencia –más cuentos–». (Enver Hoxha; El viaje de Nixon a China, las conversaciones sino-estadounidenses, el comunicado final: Reflexiones sobre China, Tomo II, 21 de marzo, 1972)

«La cuestión de la visita de Nixon a Pekín era un acontecimiento de notoriedad pública y todos debían, en aquella época, tomar posición al respecto, como hizo nuestro partido. El viaje de Nixon a China vino a confirmar aún más nuestra impresión que el Partido Comunista de China se deslizaba hacia la charca del oportunismo, hacia la charca de la colaboración con el imperialismo estadounidense». (Enver Hoxha; El eco de nuestro artículo; «La teoría y la práctica de la revolución»; Reflexiones sobre China, Tomo II, 3 de agosto de 1977)

«En el pensamiento Mao Zedong tiene en la política exterior una mayor prevalencia la tendencia de que China busque crear una alianza con los Estados Unidos, Japón y Europa Occidental dirigida contra la Unión Soviética. En su búsqueda para actualizar China y convertirla lo antes posible en una superpotencia, los líderes chinos se basan principalmente en el imperialismo estadounidense, del que esperan una ayuda integral y cuantiosa, y una larga amistad. Su amistad se remonta a la época de la Segunda Guerra Mundial. Por encima de todo, Chou En-lai mantuvo unas relaciones con los Estados Unidos, con el General Stiwell, comandante en jefe de la zona de China y Birmania-India, con el coronel estadounidense Evans Carlons y muchos otros. El ejército de los Estados Unidos mantuvo durante mucho tiempo fuerzas disfrazadas como grupo de seguimiento en Yenán y su personal fue nombrado personalmente por el Presidente Roosevelt. (...) El hecho de que se llegara a una ruptura, a un distanciamiento temporal entre los Estados Unidos y China, viene premeditado por el hecho de que Washington se posicionó claramente detrás de Chiang Kai-shek, detrás de Taiwan, y la guerra de Corea amenazaban las propias fronteras de China. En ese momento, el movimiento comunista internacional vio en la República Popular de China a un país que aspiraba a construir el socialismo y en donde los imperialistas estadounidenses habían ocupado una parte de su tierra natal. Pero las apariencias engañan. Ya desde 1955, se llevaron encuentros entre chinos y estadounidenses, en Ginebra, antes de las negociaciones de Ginebra y Varsovia [de 1970 - Anotación de Bitácora (M-L)]. Hubo unas 136 reuniones conjuntas en más de 9 años. Para Mao Zedong, el asunto de Taiwan era irrelevante. Él ya dijo en 1958 que al cuestión de Taiwan se resolverá en un día, podemos esperar diez, veinte o incluso cien años. En estas negociaciones entre China y los Estados Unidos y más tarde con la visita preparada entre Mao Zedong y Henry Kissinguer de 1972 –mientras los bombardeos estadounidenses masacraban al pueblo vietnamita– los crímenes de guerra de Nixon se saludaron con entusiasmo y calidez. En cuanto a la cuestión sobre Taiwan, no se resolvió con el establecimiento inminente de relaciones sino-estadounidenses. Por el contrario, Pekín ya dejó saber que estaba dispuesto a dejar todo como estaba. Lo importante para él eran las buenas relaciones con el imperialismo estadounidense. Construir su frente antisoviético preparado desde Pekín, con todos los aliados reaccionarios del mundo: con los jeques del petróleo, los samurais japoneses, los generales nazis del ejército de Pinochet, el Shah, el Rey Juan Carlos, Suharto y Strauss. Al mismo tiempo que se presentaban como líderes de los países del tercer mundo. Lo absurdo es que los líderes chinos forjan su frente antisoviético, e invitan al proletariado y a los pueblos a unir fuerzas con sus opresores y explotadores a tal frente, y pretenden que este es un principio del marxismo-leninismo». (Ernst Aust; Informe en el IVº Congreso del Partido Comunista de Alemania/Marxista-Leninista; Recopilación de citas de Ernst Aust sobre la cuestión alemana y sobre el revisionismo alemán, diciembre de 1978)

Con este tipo de frases de los años 40, muchos empezaran a entender la política pro estadounidenses de los chinos en los 70 con Mao a la cabeza, y la llamada teoría de los «tres mundos».

8) División del mundo tercermundista vs división entre mundo capitalista y mundo socialista

«Todas las naciones de Asia, África y América Latina se están rebelando contra el imperialismo; también Europa, Canadá y otros países se están rebelando contra el imperialismo. Incluso los imperialistas se están rebelando contra los imperialistas. ¿No es eso lo que está haciendo De Gaulle? En la actualidad, existen dos zonas intermedias en el mundo. Asia, África y América Latina constituyen la primera zona intermedia. Europa, América del Norte y Oceanía constituyen la segunda. El capital monopolista japonés pertenece a la segunda zona intermedia, pero también está descontento con Estados Unidos, y algunos de sus representantes se están rebelando abiertamente contra Estados Unidos. Y aunque ahora el capital monopolista japonés depende de Estados Unidos, llegará el momento en que se sacudirá del yugo norteamericano. (...) Obviamente, esto, de ninguna manera, significa que estoy a favor de la repetición de una agresión del imperialismo japonés. Sin embargo, no creo que el capital monopolista japonés permita que Estados Unidos lo tenga agarrado por el cuello para siempre. ¿No sería mejor para Japón ser completamente independiente, establecer relaciones y entrar en cooperación con las fuerzas que luchan por la independencia nacional en Asia?». (Mao Zedong; Entrevista con los socialistas japoneses, 8 de agosto de 1964)


«Mao Zedong: «¿Quien pertenece al primer mundo?»


Kaunda: Creo que debe ser el mundo de los explotadores e imperialistas».


Mao Zedong: «¿Y el segundo mundo?»


Kaunda: «Los que se hicieron revisionistas».


Mao Zedong: «A mi juicio, los Estados Unidos y la Unión Soviética constituyen el primer mundo; fuerzas intermedias como Japón, Europa, Australia y Canadá, integran el segundo mundo; y nosotros formamos parte del tercer mundo».


Kaunda: «Estoy de acuerdo con su análisis, señor Presidente». (...)


Mao Zedong: «Toda Asia, excepto Japón, pertenece al tercer mundo; África entera pertenece también a éste, e igualmente América Latina». (Mao Zedong; Extractos de la entrevista de Mao Zedong con el presidente de Zambia, Kenneth Kaunda, realizada en Beijing, el 22 de febrero de 1974)


«A juzgar por los cambios en las relaciones internacionales, el mundo de hoy en realidad se compone de tres partes, o mundos, que son a la vez interconectadas y en contradicción entre sí. Los Estados Unidos y la Unión Soviética constituyen el primer mundo. Los países en desarrollo de Asia, África, América Latina y otras regiones constituyen el Tercer Mundo. Los países desarrollados entre los dos componen el Segundo Mundo». (Discurso de Deng Xiaoping en la ONU, 10 de abril de 1974)


«La elección de Deng Xiaoping es mi idea, lo mejor es que tú no te opongas». (Mao Zedong; Carta a Jiang Qing, 27 de marzo de 1974)


«Los pueblos de numerosos países del tercer mundo se han convertido en la mayor fuerza motriz que propulsa el avance de la historia humana y en una fuerza revolucionaria contra el imperialismo». (Pekín Informa; Vol.18, Nº18, 2 de mayo de 1975)


«En su discurso Li Chiang, ministro de comercio exterior, dijo que el señor Soames es el primer representante oficial de la Comunidad Económica Europea que ha visitado China y que su visita promueve un nuevo progreso en las relaciones entre China y la Comunidad Económica Europea. Señaló: «Desde el establecimiento de la Comunidad Económica Europea, ha habido una creciente tendencia hacia la unidad entre los países de Europa Occidental. No obstante ante la presión e intervención externas, han hecho continuos esfuerzos para salvaguardar su soberanía e independencia. Esto constituye un factor positivo en el desarrollo de la situación internacional. Agrego: Quisiéramos ver el desarrollo de mejores relaciones entre la Comunidad Económica Europea y los países del tercer mundo. Nos asiste la convicción de que, siempre que se unan los países que están sometidos a la agresión, interferencia y control de las superpotencias, frustrarán los complots de esas superpotencias que buscan hegemonía mundial». (Pekín Informa; Vol 18, No. 20, 16 de mayo de 1975)


«El Presidente Mao Zedong dio la mano al Presidente Džemal Bijedić, a su mujer y otros distinguidos invitados yugoslavos se conocieron en una cálida bienvenida por su visita a China. El Presidente Mao Zedong luego tuvo una amigable conversación en un ambiente cordial. (...) Remmin Ribao les recibió con una bienvenido similar: «Existe una profunda amistad entre los pueblos de China y Yugoslavia. Los dos países de apoyaron en la guerra antifascista y se comprometieron después en la lucha contra el imperialismo y hegemonismo presente. La corriente visita del Presidente Džemal Bijedić servirá de ayuda para reforzar la amistad y unidad entre China y Yugoslavia, así como sus pueblos. Las amistosas relaciones y la cooperación entre los dos países será desarrollada aún más. (...) Después de la liberación, Yugoslavia y su pueblo hicieron un esfuerzo significativo en construir su economía y su defensa nacional. La industria y la agricultura se ha desarrollado regularmente y ha hecho que este país sea autosuficiente en cuanto a grano. En cuanto a las relaciones exteriores, los yugoslavos persiguen una política de no alineamiento, reforzando la unidad y cooperación con los países del tercer mundo y dando energías y apoyo en la lucha de diversos pueblos en sus movimientos de liberación nacional: esto firmemente ha sostenido todos los países grande o pequeños sean iguales internacionalmente en sus relaciones exteriores, que deben estar basadas en los principios de igualdad, independencia, respeto, y soberanía territorial íntegra: y en oposición al imperialismo y sus ansias de poderes hegemónicos. Esta política exterior de los yugoslavos juega un rol positivo en la causa de la unidad contra el hegemonismo, en la causa mantenida por los pueblos del mundo». (Pekín Informa; Vol 18, No. 41, 10 de octubre de 1975) 


«Presidente Ford: «Estamos muy preocupados por la situación en España también, señor presidente. Al rey lo apoyamos. Esperamos que sea capaz de manejar los elementos que pudieran socavar su régimen. Y vamos a trabajar con él para tratar de tener el control necesario de la situación durante este período de transición». Presidente Mao: «Sería bueno que el Mercado Común Europeo los aceptara. ¿Por qué no acepta la Comunidad Económica Europea a España y Portugal?». Presidente Ford: «Señor presidente, nosotros hemos exhortado a la alianza de la OTAN para que fuera más amigable incluso durante la dictadura de Franco. Y esperamos que con el nuevo rey España sea más aceptable para la alianza de la OTAN. Además creemos que la CEE debe ser sensible a los movimientos del gobierno español hacia la unidad con la Europa occidental en su conjunto. Vamos a trabajar en ambos sentidos tanto como nos sea posible». (Conversación entre Mao Zedong y Henry Kissinger; 2 de diciembre de 1975)

«No es fortuito que el socialimperialismo soviético sea el enemigo más peligroso para el tercer mundo». (Pekín Informa; Vol 19, No. 44, 29 de octubre de 1976)


«El presidente Mao Zedong planteó la teoría de la diferenciación de los tres mundos en un momento en que las dos superpotencias, la Unión Soviética y los Estados Unidos, se enfrascaban en una lucha feroz por la hegemonía mundial y se preparaban activamente para una nueva guerra. Esta teoría proporciona al proletariado internacional, a los países socialistas y a las naciones oprimidas una poderosa arma ideológica para forjar la unidad y construir el más amplio frente unido contra las dos potencias hegemónicas y sus políticas de guerra y para impulsar la revolución mundial. (…) La teoría del presidente Mao Zedong sobre los tres mundos, síntesis científica de la realidad objetiva de la actual lucha de clases a escala mundial, es continuación, defensa y desarrollo de las tesis fundamentales del marxismo-leninismo». (La teoría del presidente Mao Zedong sobre los tres mundos constituye una gran contribución al marxismo-leninismo, Renmin Ribao, 1 de noviembre de 1977)


Comparemos:


«La lucha entre ambos campos constituye el eje de toda la vida de nuestra época. Caracteriza toda la política actual interior y exterior de los representantes del viejo y del nuevo mundo». (
Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Dos campos, 1919)

«En la actualidad existen dos mundos: el viejo, el capitalismo, que se ha enredado, que nunca retrocederá, y el nuevo mundo en ascenso que, aunque todavía muy débil, crece porque es invencible». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informes al IXº Congreso de los soviets de toda Rusia; Informes del 23-28 de diciembre de 1921)


«La presente formación del mundo tiene cortes claros. Los que defienden el poder del pueblo, que quieren la felicidad y el éxito para el pueblo, los que son patriotas genuinos y quieren la prosperidad y la soberanía de su país, estos son los campeones de la paz, la democracia y el socialismo. Los que quieren las explotación y opresión de los trabajadores, el regreso de los terratenientes y capitalistas, quienes son los adoradores del dólar, y que a pesar de su fraseología nacionalista son los más puros cosmopolitas que están traicionando la independencia de sus países. (...) En la lucha de los dos sistemas socio-económicos, las fuerzas del socialismo están creciendo, y las esperanzas y aspiraciones de los trabajadores de todo el mundo están llevando a más y más decididamente en el campo antiimperialista. Está de hecho, es la poderosa fuerza invencible que será capaz de frustrar los planes de guerra de los aventureros imperialistas. (...) La lucha por la paz o el curso hacia el desencadenamiento de la guerra; este es hoy el criterio para determinar la correlación de las fuerzas sociales a través de la nueva relación de fuerzas internacionales. Y esta nueva relación se traducirá en la destrucción final del imperialismo y con la victoria del sistema social en el que el hombre no volverá a tomar las armas contra el hombre». (Bolesław Bierut, Dos mundos, dos caminos, 1949)


«La tesis de que «el tercer mundo es la fuerza más grande y más poderosa que lleva adelante la revolución», así como las que la acompañan, son tesis antimarxistas. (...) ¿Pero qué Estados forman parte del «tercer mundo»? Hasta hoy no se ha elaborado ninguna «lista», y seguramente es imposible hacerlo. Mao Zedong y sus adeptos sólo dicen que se trata de los Estados que no forman parte ni del «primer» ni del «segundo mundo». Determinan fácilmente el «primer mundo», formado por los Estados Unidos de América y la Unión Soviética; el «segundo mundo» está constituido por los «Estados desarrollados», pero sin embargo no se dice ni una sola palabra acerca de cuáles son estos Estados y por qué son definidos de esta manera; el resto es el «tercer mundo». ¡¡Esta división, desprovista de todo fundamento teórico, científico y de clase, parece ridícula!! Y en realidad lo es. (...) Mao Zedong formula de manera antimarxista la tesis del «tercer mundo» e integra a China en él para dominarlo. ¡Olvida que las camarillas de los shah, los reyes y los generales fascistas, que las camarillas de los jeques, los emires y de todas las castas dominantes de la India, Afganistán, Pakistán, etc., que oprimen ferozmente a los pueblos, están estrechamente ligadas a las potencias imperialistas y socialimperialistas! Si China ignora estos estrechos lazos, su objetivo y su desarrollo, sus dirigentes son antimarxistas. Y de hecho lo son. ¡¿Cómo es posible que los marxista-leninistas confundan a los países y a los pueblos que aspiran a liberarse del yugo del capital nacional e internacional, con las camarillas capitalistas que los dominan y los oprimen?! ¡¿Cómo es posible esperar ver a los pueblos liberarse y marchar hacia la revolución, si no se hace una distinción entre los oprimidos y los explotados por un lado, y los opresores y los explotadores, por el otro, y si no se impulsa a los primeros a combatir a los segundos?! Precisamente Mao Zedong, con su teoría de los «tres mundos», no sólo no hace esta distinción, sino que combate por suprimir, por extinguir, la lucha de clases en el plano nacional e internacional. La China de Mao Zedong, partiendo de posiciones antileninistas, incita a la guerra contra la Unión Soviética y busca atenuar la lucha contra los Estados Unidos. Esta política es completamente antimarxista, instiga la guerra imperialista mundial en lugar de debilitarla y neutralizarla, ya que son los pueblos quienes tienen que soportar todos los males y todos los sufrimientos, ya que son ellos quienes derraman su sangre. China instiga las guerras de rapiña y frena las guerras justas, revolucionarias». (Enver Hoxha; La teoría del «tercer mundo» ignora la lucha de clases; Reflexiones sobre China: Tomo II, 26 de enero de 1976)


«Mientras que los revisionistas chinos, oponiéndose a esta tesis de Lenin, se afanan en presentar el «tercer mundo» como la «gran fuerza motriz que hace avanzar la rueda de la historia». Declarar semejante cosa significa dar en la teoría y en la práctica una definición errónea de la fuerza motriz. ¿Cómo es posible que en la época de la actual evolución social, en la época que tiene en su centro a la clase más revolucionaria, el proletariado, se califique de fuerza motriz a una agrupación de Estados dominados en su abrumadora mayoría por la burguesía y los feudales, incluso por reaccionarios y fascistas declarados? Se trata de una burda deformación de la teoría de Marx. (...) La tesis sobre el papel hegemónico del campesinado en la revolución ha sido preconizada por Mao Zedong también como la vía de la revolución mundial. De aquí parte la concepción antimarxista que considera el llamado tercer mundo, que en la literatura política china se denomina entre otras cosas el «campo mundial», como «la fuerza motriz principal para la transformación de la sociedad contemporánea». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)


«La dirección china no tiene presente que en el «tercer mundo» hay oprimidos y opresores, que existen el proletariado y el campesinado esclavizado, pobre y mísero, por un lado, y los capitalistas y los terratenientes, que explotan y esquilman al pueblo, por el otro. Pasar por alto esta situación de clase en el llamado tercer mundo, pasar por alto los antagonismos existentes, significa revisar el marxismo-leninismo y defender el capitalismo. En general, en los países del llamado tercer mundo es la burguesía capitalista quien está en el poder. Esta burguesía explota al país, explota y oprime al pueblo pobre en interés de su propia clase, para asegurarse los mayores beneficios posibles y mantenerlo continuamente en la esclavitud y la miseria». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)


«La burguesía, que es quien detenta el poder en estos países, protege precisamente esa sociedad capitalista que el proletariado, en alianza con las capas pobres del campo y de la ciudad, busca derrotar. Constituye esa clase alta que, en aras de sus mezquinos intereses, está dispuesta, en cualquier momento y ante cualquier contingencia, a entregar al capitalismo extranjero las riquezas del país, del suelo y del subsuelo, a endeudar la libertad, la independencia y la soberanía de la patria. Esta clase, allí donde está en el poder, se opone a la lucha y a las aspiraciones del proletariado y de sus aliados, las clases y las capas oprimidas. Muchos de los Estados, que la dirección china engloba en el «tercer mundo», no están en contra del imperialismo norteamericano y del socialimperialismo soviético. Calificar estos Estados de «fuerza motriz principal de la revolución y de la lucha contra el imperialismo», como predica Mao Zedong, es un error tan grande como el Himalaya. (...) La mayoría de los Estados, que supuestamente forman el «tercer mundo» o el «mundo no alineado», dependen del capital financiero extranjero, que es tan fuerte, tan vasto, que ejerce un peso decisivo en toda la vida de los mismos. Estos Estados no gozan de una independencia plena, por el contrario, dependen de ese gran capital financiero que es quien hace una política y difunde una ideología que justifica la explotación de los pueblos». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)


Estas citas refutan a los sentimentalistas que todavía niegan lo archievidente.

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