sábado, 3 de diciembre de 2016

La acusación de «doctrinarismo» usada por los revisionistas para difamar a los marxista-leninistas se les acaba volviendo en contra


«Reconstrucción Comunista (RC), como casi todos los que cometen desviaciones derechistas y no saben contraargumentar, se defienden constantemente diciendo que el hecho de anunciarles los principios básicos de la doctrina marxista-leninista y que en su praxis albergan una desviación revisionista es mero «doctrinarismo». De Bitácora (M-L), como de tantos de sus críticos, dijeron:

«Siempre han sido unos doctrinaristas y unos dogmáticos. (…) Solo doctrinarismo, copia y pega de citas». (Universidad Obrera; Bitácora («M-L»), revisionismo y sectarismo, 2016)

Y creen que con decir eso como vulgares zopencos jruschovistas que evitan el debate teórico, han logrado refutar el contenido de nuestras críticas y burlado el peligro de quedar en evidencia. Risible cuanto menos. ¿Qué contestamos a este tipo de acusaciones que ya hemos visto en varios colectivos maoístas?:

«Esto es lo que los ignorantes del marxismo-leninismo, llaman «el aburrido arte de citar», pero dicen eso porque ellos adolecen tanto de una formación ideológica marxista-leninista correcta como de una inexistente puesta en práctica de tal teoría. Es por este tipo de citas siempre escuecen tanto a los pseudomarxistas, porque ponen al desnudo que sus actos teórico-prácticos van en contra de la doctrina que dicen profesar. Además es sabido que nuestras citas no son enunciadas sin ton ni son, sino que corresponden a una situación concreta de la realidad y a una corroboración versada en la praxis». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el «maoísmo crítico» del blog Odio de Clase, 2013)

Así que no queridos oportunistas el usar citas no es sinónimo per se de doctrinarismo. En cambio muestra clara doctrinarismo es por ejemplo aplicar una estrategia o táctica de forma mecánica sin tener en cuenta los principios o la realidad del momento. Y en este caso los principios marxista-leninistas son claros y la realidad también, pues las experiencias históricas lo demuestran, un partido marxista-leninista que se haga respetar no puede ir a trazar como estrategia permanente el ir de la mano y colaborar con partidos revisionistas en una internacional y firmar declaraciones conjuntas en material internacional bajo la cosmovisión revisionista, como justamente hace RC. Decir que somos probados luchadores antirevisionistas mientras por otro lado proclamas teorías que «los movimientos maoístas son revolucionarios» pese a sus teorías y prácticas desviacionistas conocidas mundialmente, también es doctrinarismo y además tal hecho es ayudar al revisionismo a propagar una visión confusa de la realidad y crear el desconcierto entre las filas del proletariado y de la militancia de la propia organización. Doctrinarismo en también decir oficialmente «repudiamos al maoísmo», pero luego en la práctica resguardarse en una internacional maoísta como la ICOR, confraternizar con sus partidos tratándolos de «camaradas marxista-leninistas», eso es declarar una doctrina sobre el papel y pisarla en la praxis. Doctrinarismo es decir que «repudiamos al maoísmo» y creer que basta con criticar algunas organizaciones nacionales mientras luego se hace amistad y se participa con otras organizaciones maoístas para causas y mitos maoístas solo para intentar ganar algo de simpatía.

Al igual que la tendencia a enzarzarse con los marxista-leninistas que os señalan vuestros defectos, mientras por otro lado por intereses oportunistas se busca la «unidad», «coordinación» y «colaboración» con los revisionistas, a los que se jura y perjura respetar los estatutos de dicha internacional que dicen que no es permisible atacar al maoísmo, eso no es doctrinarismo como tal, pero es una expresión clara de oportunismo despreciable, que denota de qué lado de la trinchera estáis.

Nosotros cumplimos nuestro papel como marxista-leninistas al denunciar estas muestras de sentimentalismo hacia figuras revisionistas, y esa búsqueda de «unidad», «coordinarse» y «colaborar» con sus organizaciones, he aquí una cita de las que tanto aterran a Roberto Vaquero, que viene a decir que solo los deberes del estudio histórico del movimiento marxista-leninista pueden hacer cumplir con los deberes del internacionalismo proletario y superar los mitos, y eso incluye desechar las ilusiones sobre el maoísmo y otras corrientes revisionistas que se presentan a sí mismas como marxistas:

«En el terreno internacional, la ruptura y descomposición del antiguo movimiento comunista, desde la traición y degeneración revisionista de los antiguos partidos comunistas y, en primer lugar, el de la Unión Soviética, todavía no ha sido realmente superado, e incluso se manifiestan fuertes resistencias en algunos partidos marxista-leninistas para avanzar hacia la unidad, la coordinación y la colaboración de los marxista-leninistas. (...) La necesidad de superar estas actitudes de indiferentismo, de insensibilidad y despreocupación en la práctica, para dar pasos adelante, de hecho y no de palabra, plantea la necesidad de estudiar la historia del Movimiento Comunista Internacional y sacar de ella las experiencias necesarias para la política y la práctica actuales internacionalistas de los comunistas». (Elena Ódena; El internacionalismo proletario y el trotskismo, 8 de noviembre de 1984)

Precisamente ese desprecio tan común actualmente por el conocimiento teórico y más por los hechos históricos es una reminiscencia de corrientes como son el maoísmo y filomaoísmo que revisan el axioma marxista-leninista sobre la importancia de la teoría. El maoísmo siempre aboga por un pragmatismo debido a su espontaneísmo pequeño burgués: 

«La concepción maoísta de las relaciones entre la teoría y la práctica consiste en un pragmatismo plano. Detrás del culto a la «práctica» se esconde de hecho, la incomprensión de la posición materialista del marxismo-leninismo sobre esta cuestión. El maoísmo es incapaz de concebir la teoría como la generalización científica de la multitud de los hechos económicos, sociales y políticos, etc., que libra la vida en todos los dominios, donde ella confirma o invalida a cambio las tesis y las concepciones, para su desarrollo ulterior y la acción que se puede tomar para la transformación. Si los hechos son la base de toda teoría, ésta es científica sólo en la medida que se eleva a la generalización y la abstracción, donde se separa del aspecto singular, particular y contingente, inherente de los hechos, para comprender la universalidad. La teoría es entonces, y sólo entonces, guía verdaderamente la acción revolucionaria, por su rectitud y su alcance, porque ésta se vuelve entonces capaz de guiar la puesta en ejecución de los medios que permiten influir en los factores determinantes –en Francia actualmente y estratégicamente los factores subjetivos de la revolución–, para hacer posible la maduración de las condiciones de la revolución y la victoria de esta última. Sin base teórica, sin concepciones teóricas, sin visión estratégica y táctica, no sólo la práctica es ciega sino que, a pesar de que tenga algún contenido positivo, ya que las contribuciones que se entregan ineluctablemente a la teoría –por la acumulación de experiencias directas a gran escala– no pueden ser a su vez generalizadas ni ser utilizadas para rectificar o enriquecer la teoría o la práctica. Por lo tanto, fuera del movimiento obrero, el movimiento maoísta se confina a un menú practicista y mantiene la ignorancia en cuanto a los métodos y el papel esencial del trabajo teórico comunista». (L’emancipation; La demarcación entre marxismo-leninismo y oportunismo, 1979)

¿Y dónde podemos ver el pragmatismo de RC tan característico del maoísmo? En la unión de RC con los partidos revisionistas de todo el mundo en la ICOR y la hostilidad hacia los individuos o colectivos marxista-leninistas que le recriminan alimentar a la bestia revisionista. Esta es una muestra palpable de que siguen el pragmatismo en política exterior como siempre caracterizó a la propia dirigencia revisionista de China:

«Por un lado, se acercan, mantienen contactos y mantienen conversaciones con los revisionistas. (...) Mantienen contactos con todo tipo de grupos que se oponen los partidos marxistas-leninistas, siempre y cuando estos grupos impulsen a Mao Zedong y la Revolución Cultural, independientemente de sus tendencias». (Zëri I Popullit; Prueba de la lucha del Partido del Trabajo de Albania contra el revisionismo moderno, 1979)

¿Es acaso realmente un fenómeno extraño estas contradicciones de que un partido se contradiga en la práctica lo que anuncia en la teoría? ¿Es raro que apoye a otro partido o partidos revisionistas a nivel internacional cuando dice combatir esa desviación? No, eso está dentro de la idiosincrasia de los oportunistas, es un método desesperado cuando en especial no cuentan con apoyos a nivel nacional, tratan por tanto de ganar renombre, apoyos y financiación del exterior ganándose la simpatía de movimientos y países revisionistas:

«El revisionismo históricamente, y sus partidos en particular, no erraban sólo en cuanto a las relaciones y problemas de su política interior, sino que en la política exterior, y esto incluía las relaciones con otros partidos, los partidos revisionista han incluido y se han caracterizado siempre en sus acciones por el apoyo o reconciliación con partidos revisionistas de otras ramas, aunque a veces estas no tuvieran mucho en común o tuvieras serias contradicciones por intereses contrapuestos [de lo enunciado en la teoría], de aquí que digamos que son oportunistas y que digamos que los revisionistas casi siempre van en paralelo para destruir y remplazar el marxismo-leninismo. (...) Por lo tanto, es normal que muchos de los máximos dirigentes de estos partidos burocráticos y revisionistas no cambien nunca su posición, y que pese a las replicas de la militancia más instruida políticamente –que se toma en serio el trabajo bolchevique de aprendizaje y progresión en la formación ideológica– jamás logren mudar hacia posiciones revolucionarias, pero eso no nos preocupa realmente, nos preocupa más bien que su militancia engañada por la línea de amistad de estos dirigentes revisionistas con los dirigentes revisionistas. (...) Sepan ver las debilidades. (...) Exponerlas, y por extensión que vean por su propia experiencia la política traicionera de sus dirigentes al apoyar a otras ramas del revisionismo moderno. Esto servirá de estímulo a estos militantes revolucionarios para tomar confianza y desenmascarar otras políticas de sus revisionistas locales en otras cuestiones». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche», 2015) (Equipo de Bitácora (M-L); El maoísmo solapado de Reconstrucción Comunista (RC) es una negación de las luchas y lecciones de los marxista-leninistas, 2016)

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