viernes, 21 de julio de 2017

La exportación de capitales del «socialimperialismo soviético»; Equipo de Bitácora (M-L), 2016


«Uno de los argumentos como línea de defensa es que la URSS no podía cuadrar en la teoría leninista de país imperialista porque no exportaba capital, y que incluso habría practicado una política económica internacionalista y solidaria.

Todo lo contrario. Igual que hay gente que a día de hoy no conoce que la URSS y los países de su bloque estaban endeudados hasta las cejas con los países occidentales, tampoco saben de la exportación de capital de la URSS, algo que no es por falta de documentación. ¡Claro que existían exportaciones de capitales a terceros países solo hay que mirar a los miembros del Consejo de Ayuda Económica Mutua (CAME) o varios países africanos, americanos y asiáticos llamados países de «vía no capitalista de desarrollo» y de «orientación socialista»!:

«En el desarrollo del sector del Estado en los países excoloniales, los socialimperialistas soviéticos buscan desarrollar su expansión colonialista en la economía. La «creación de empresas estatales» está ligada también con la exportación del capital soviético, particularmente en forma de créditos y de préstamos de Estado a Estado. A principios de los años 70, los socialimperialistas concedieron a los países africanos de los llamados de «orientación socialista» créditos que ascendían a los 5 millones de rublos para la construcción de diferentes obras. Llegaron a financiarse con ello la construcción de 509 empresas. Por otro lado en el marco de la organización del CAME, que es el organismo que cumple los objetivos expansionistas de los socialimperialistas y su instrumento para poner en práctica su política neocolonialista, los revisionistas soviéticos se comprometieron a construir más de 1.689 empresas y establecimientos industriales y agrícolas. La mayoría de las empresas del Estado en los países de «orientación socialista» son «empresas mixtas» con la participación del capital soviético en colaboración con el capital local. Las principales inversiones soviéticas ocupan posiciones preponderantes. De acuerdo con los revisionistas soviéticos, la Unión Soviética: «ayuda y controla la organización de la producción y venta» y participa «en la explotación de materias primas así como en la dirección de la mano de obra». Los países que crearon «empresas mixtas» deben devolver las «ayudas» soviéticas en préstamos y en créditos no solo por el valor de sus «productos tradicionales de exportación», sino también con el de productos de las empresas que recibieron este tipo de «ayuda». Estos productos deben pasar a la metrópoli soviético como forma de «compensación». Igualmente en las «empresas mixtas» una parte del beneficio es utilizado para comprar productos soviéticos sobre la base de un comercio desigual. (…) Se comprende que en las condiciones del sistema capitalista que domina en esos países y en el contexto de las relaciones neocoloniales que forjan con la Unión Soviética, la «planificación» de la que hablan los socialimperialistas soviéticos concierne solamente a la dirección y orientación de las ramas de la economía de los países africanos y asiáticos que interesan a la metrópoli soviética. La pretendida planificación es un método utilizado para integrar toda la vida económica de estos países bajo una dependencia completa. Las «ayudas» económicas de los socialimperialistas soviéticos así como la de otras potencias imperialistas solo contribuyen a la esclavitud económica y política de los países receptores». (Llambro Filo; La «vía no capitalista de desarrollo» y la «orientación socialista», «teorías» que sabotean la revolución y abren las vías a la expansión neocolonialista, 1985)

Por tanto están muy claros los objetivos de esta masiva exportación de capitales, obtener beneficios a costa de otros pueblos y su mano de obra barata. Que las inversiones fueran a través de los monopolios del capitalismo de Estado, de créditos de Estado a Estado y otros medios más o menos comunes significa que estas transacciones tenían un carácter especial pero no un cambio de esencia de la explotación –de hecho los otros países del bloque también las usaban pero en menor medida–:

«En este contexto, la burguesía revisionista soviética lleva a cabo la exportación de capital de la Unión Soviética a otros países y la atracción de capital extranjero a la Unión Soviética, desarrolla su competencia y la lucha por los mercados, por las esferas de la inversión, para el saqueo de las materias primas y la preservación de las leyes neocolonialistas en el comercio mundial, a través de la participación directa de sus organismos del capitalismo monopolista de Estado, en un momento en que en los demás países imperialistas llevan estos procesos con la ayuda del capital privado y estatal. Sin embargo, esto no significa que la expansión socialimperialista sea diferente en esencia de la expansión imperialista, porque al igual que cualquier otro país capitalista, la Unión Soviética, también, con sus llamados créditos y ayudas, inversiones del capital, exportaciones de tecnología, etc. está luchando por un nuevo reparto del mundo, por la captura de nuevos mercados y el sometimiento de los pueblos, a través de la explotación económica, en primer lugar de los países vasallos, así como otros países de Asia, África y América Latina, en especial la países de la llamada orientación socialista. En estas relaciones económicas capitalistas internacionales, el Estado social-imperialista soviético lucha para obtener el máximo beneficio para los intereses de su propia burguesía mediante la explotación de la clase obrera y las masas trabajadoras de otros países». (Priamo Bollano; Algunas características del capitalismo monopolista de Estado en la URSS, 1980)». (Equipo de Bitácora (M-L); Algunas cuestiones económicas sobre la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y su carácter socialimperialista, 2016)

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