jueves, 26 de octubre de 2017

Los comentarios de Marx sobre Proudhon en su fallecimiento


«Muy señor mío:

Ayer recibí su carta en la que me invita usted a dar un juicio detallado sobre Proudhon [1]. La falta de tiempo no me permite atender a su deseo. Además, no tengo a mano ni un solo trabajo de Proudhon. Sin embargo, y en prueba de mi buena voluntad, he trazado a toda prisa un breve esbozo. Puede usted completarlo, alargarlo o reducirlo; en una palabra, puede usted hacer con él lo que mejor le parezca [2].

No recuerdo ya cuáles fueron los primeros ensayos de Proudhon. Su trabajo de escolar sobre La lengua universal [3] demuestra la falta de escrúpulo con que trataba problemas para cuya solución le faltaban los conocimientos más elementales.

Su primera obra Qu' est-ce que la propiété? [¿Qué es la propiedad?] es indudablemente la mejor de todas. Aunque no por la novedad de su contenido, sí por la forma nueva y audaz de decir lo viejo, el trabajo marca una época. En las obras de los socialistas y comunistas franceses conocidas por él, la «propiété» no sólo había sido, como es natural, criticada desde varios puntos de vista, sino también utópicamente «abolida». Con este libro, Proudhon se coloca con respecto a Saint-Simon y Fourier aproximadamente en el mismo plano en que Feuerbach se encuentra con respecto a Hegel. Comparado con Hegel, Feuerbach es extremadamente pobre. Sin embargo, después de Hegel señala una época, ya que realza algunos puntos desagradables para la conciencia cristiana e importantes para el progreso de la crítica y que Hegel dejó en una mística penumbra.

lunes, 23 de octubre de 2017

La primicia del derecho proletario en la cuestión nacional


«El problema nacional y colonial está indisolublemente unido al problema general de la revolución proletaria del establecimiento de la dictadura del proletariado. Pero si los problemas van unidos y si en la solución final uno es necesario al otro, no por ello debemos concluir que existe una absoluta identidad.

En cualquier caso el triunfo del proletariado significa la solución definitiva del problema nacional o colonial. Pero no en todos los casos la solución posible a un problema nacional asegura o ayuda al triunfo definitivo del proletariado. Hay casos en los que el problema nacional puede llegar a ser, momentáneamente y en circunstancias dadas un estorbo, un enemigo a combatir.

Cuando los socialdemócratas defendieron en 1914 «su» Patria francesa o alemana o inglesa, no defendieron una causa justa, pues lo que estaba en juego no era la existencia de «su» nación, sino el mayor o menor poder de riqueza de los «sus» imperialistas. Cuando los socialdemócratas polacos abonaban el régimen de Pilsudsky, no estaban acertados, pues con ello no favorecían la lucha de los proletarios polacos, sino que la perjudicaban fortaleciendo el dominio de «sus» imperialistas sobre los obreros y campesinos polacos y los lituanos, blanco-rusos y ucranianos.

Cuando los socialdemócratas alemanes, con Kautsky a la cabeza, abogaban por la asimilación de los checos, con la afirmación de que los checos nada podrían ganar con su «pobre» nacionalidad y sí en cambio mucho con la«cultura alemana», se proponían, en realidad, fortalecer, desde el campo obrero, la política imperialista del kaiserismo.

No siempre la defensa de la nación imperialista o no soberana coincide con los intereses fundamentales de la clase obrera. En este caso, compañeros, y esto debe quedar bien claro, prima siempre el derecho de la clase obrera. Para Marx no ofrecía ninguna duda esta subordinación del problema nacional al problema obrero.

Olvidar esto nos llevaría fácilmente en el campo del nacionalismo pequeño burgués, a la aceptación de la tesis de la «comunidad de destino», tesis apreciada por los nacionalistas y por muchos sectores socialdemócratas. No existe una «comunidad de destino» en la nación, ya sea esta soberana o dependiente. Puede existir una coincidencia momentánea para la consecución de un objetivo común. Pero, nada más, pues «en cada nación moderna hay dos naciones», nos ha dicho Lenin. La nación burguesa que históricamente desaparecerá y la nación proletaria que históricamente debe ascender al poder político y económico, el ejercicio de su propia dictadura para forjar el mundo nuevo en el que sí que habrá una «comunidad de destino». La burguesía de cada país se basó en el problema nacional con el fin de engañar a los obreros, para embrutecer a los campesinos, para envenenar la pequeña burguesía. La clase obrera de cada país se basa en el problema nacional para llevar adelante la revolución, para resolver conjuntamente con el problema nacional el de su dictadura.

Es la clase obrera la dirigente en la lucha por la emancipación de los hombres y de los pueblos. Es clase obrera la que triunfante asegura la victoria definitiva, puesto que no concibe el régimen socialista con la persistencia de la opresión sobre el hombre y los pueblos. Es natural y necesario, pues, que el derecho de la clase obrera tenga preferencia sobre el derecho nacional, cuando la opción nos sea planteada de manera objetiva y concreta. Esta opinión, sin embargo, teniendo en cuenta la experiencia histórica, se presenta por excepción por cuanto, normalmente, el hecho nacional, la lucha nacional contra opresores e imperialistas, es progresiva, revolucionaria, no reaccionaria. Esta posible opción sobre casos objetivos y determinados, no afecta en lo más mínimo la línea nacional, a los principios leninistas sobre la línea nacional que estamos analizando». (Joan Comorera; El problema de las nacionalidades en España, 1942)

miércoles, 18 de octubre de 2017

Quien adopta el mito de Thälmann está destinado a terminar igual; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«Como venimos demostrando, el Partido Comunista de España (reconstituido) se traga sin masticar todas las figuras mitificadas por el revisionismo. Sus líderes no son de aquellos que realizan una labor de investigación y análisis, sino de esos que primero apoyan y luego si acaso más adelante se enteran de a quién han estado sosteniendo públicamente.

En su posición sobre Ernst Thälmann, dirían que su postura antifascista fue correcta, que sus tácticas no tenían nada de lo que pueda objetarse, que el ascenso del nazismo fue culpa exclusiva de la socialdemocracia:

«En 1923 participó en la sublevación de Hamburgo. La represión que se desató le obligó a desarrollar su actividad revolucionaria desde la clandestinidad hasta que, en 1932, en las elecciones presidenciales, el Partido Comunista le presentó como candidato; pero la traición de la socialdemocracia, al prestar su apoyo al partido nazi, facilitó la victoria de Hitler». (Amnistía Presos Políticos; Imprescindible Thälmann, 16 de abril de 2017)

Resumir la actividad de Thälmann de esa forma es lo mismo que haber ido a Wikipedia y hacer un copia y pega. Más allá de la propaganda, ¿quién fue Ernst Thälmann y qué hizo especialmente durante los años 30 que tengamos que tener en cuenta los marxistas? 

Para empezar, Thälmann había sido apoyado por la Internacional Comunista (IC) en la dirección del Partido Comunista de Alemania (PCA) en un momento de alta tensión por las luchas fraccionales que venía sufriendo. Nos referimos a personajes como Ruth Fischer –la cual, tras ser expulsada en 1926, entró a formar parte como agente de la CIA en la posguerra según los archivos desclasificados–; Heinrich Brandler –expulsado en 1928–; o seguidores de Bujarin como Arthur Ewert –este finalmente hizo una autocrítica y se reincorporó–. Posteriormente a inicios de los años 30 los desacuerdos surgieron entre Thälmann y la dupla Remmele-Neumann. Estos autores lo mismo propagaban tesis derechistas –como la propagación de que existía un marxismo occidental diferente a la esencia del bolchevismo ruso–, como caían en desviaciones izquierdistas –como alentar el terrorismo individual como método de lucha contra el nazismo–. En muchas de estas cuestiones no se puede excluir las responsabilidades de Thälmann ni de otros líderes alemanes en apoyar esas tesis u otras del mismo calado.

sábado, 14 de octubre de 2017

La cooptación de miembros al agrado del Secretario General; práctica común en la cúpula de Reconstrucción Comunista; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«La cooptación de militantes, es decir la introducción de miembros a puestos de poder sin haber sido elegidos democráticamente, es otra técnica que como el lector conoce, es común a las organizaciones revisionistas. Por supuesto desde Reconstrucción Comunista (RC) se jura mañana y noche que en su modelo de partido todos los cargos son estrictamente elegidos de forma democrática:

«Tras ver la justeza de la adaptación del centralismo democrático a las condiciones materiales en las que se encuentra el partido, debemos tener en cuenta cuales son los métodos que permiten el máximo desarrollo de la democracia interna. (...) Entre ellos se encuentran: la electividad de cargos». (Juan Mesana, Tomás Garante y Julio Moreno; Compendios de textos sobre el partido, 2017)

Pero luego la realidad es otra cosa, en RC se ha cooptado y se sigue cooptando a gusto e interés del Secretario General Roberto Vaquero el carnet de militante y los puestos de poder, esta ha sido la forma preferente para crear su propia camarilla dentro de la organización, utilizando o prescindiendo de quién se oponía a sus designios. El presentarse desde hace poco como una «organización perseguida» y en condiciones de «semiclandestinad» otorga la posibilidad a Roberto Vaquero de justificar teóricamente el repartir los cargos a dedo y de regalar el carnet del partido sin que se rindan cuentas. Lo cierto es que si no se toman en serio la cuestión de la seguridad el argumento de la clandestinidad tampoco sirve cuando pervierten el democratismo interno a la hora de elegir cargos.

Su Secretario General básicamente ha adoptado la táctica basada en ganarse la confianza de los incautos por un tiempo, cuando se daban cuenta de su naturaleza y empezaban a criticar sus andanzas, cooptaba a otros nuevos miembros de su confianza y volvía a asegurarse la fidelidad de la organización, y así de forma cíclica:

«Tras la salida de dos de los siete miembros electos en la vigente Conferencia Regional, se optó por cooptar a camaradas para formar parte del órgano de dirección. La figura de la cooptación, recogida por los documentos aprobados en el III Congreso de este mismo año, es un recurso totalmente legítimo para casos de necesidad. La cuestión es que el porcentaje del número de miembros que es posible cooptar para un órgano de dirección es del 25% –redondeando hacia arriba–, y nunca es posible cooptar a más miembros de los que previamente han salido, por lo que siendo siete el número de camaradas del Comité Regional, y siendo dos las personas salientes, es dos el número máximo de camaradas que es posible cooptar según los documentos. Sin embargo, fueron cooptados tres miembros». (P. R., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de cese de la militancia, 29 de octubre de 2015)

No serían los únicos casos donde internamente se denunciarían cooptaciones de Roberto, el propio ex Secretario de Organización, reconoció que ostentaba tareas sin ser militante y que entró en dicho cargo por la razón de ser el amigo del Secretario General:

«Felipe: Expongo primero mi caso, al mes de entrar, yo que tenía una mínima experiencia militante, ya formaba parte de la toma de decisiones de la secretaría general, teniendo así un poder decisión y conocimientos de las cosas que el comité central electo no tenía. A los 4 meses ya era miembro del Comité Regional de Castilla y no porque fuera más o menos válido sino porque estaba a la sombra de Roberto. Un mes después Roberto cooptó un nuevo miembro para el CC, ese era yo, sabiendo que así dos de los tres votos de la reunión iban a ir para donde él dijera. En ese central iba a entrar otra persona, pero no entró por diferencias personales con Roberto, ya que esta persona había cortado la relación de amante esporádica con él, pero eso ahora no tiene que ver». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 25 de junio de 2017)

Otro exmilitante en un ejercicio de honestidad confesaría a su Secretario General de Juventud, Adrian, que por los trapicheos en los que andaba no podía conjugar con su militancia en el partido, y porque de enterarse la militancia y simpatizantes se perjudicaría la imagen del partido. Ojo a la respuesta de Adrian, a medio camino entre minimizar la gravedad del asunto e intentar sobornarle con un puesto en el partido, y solucionar así de un plumazo la espinosa cuestión, a cambio de que hiciera una falsa autocrítica sobre esas labores que darían mala imagen al partido, que «todo quedaría en familia».

«En esta reunión yo informé al Secretario General (SG) de la Juventud [Adrian] de que ciertos sucesos acaecidos durante el verano me estaban replanteando mi militancia en la organización, ya que dicho suceso suponía una violación flagrante tanto de la línea del partido como de los principios inquebrantables que en teoría defiende, para mi sorpresa la respuesta del SG de la juventud es que tampoco soy Tony Montana que envié una autocrítica y que el problema estará zanjado, llegando a decirme que tenían puestos de responsabilidad para mí en relación con la seguridad de la juventud. Tras lo anteriormente expuesto considero justificada mi salida de JG(B) considerando que tanto el partido como la juventud siguen una línea teórica correcta, pero que en numerosas ocasiones esta línea es violada y solo debe ser acatada por ciertos militantes, en función de la relación que estos mantengan respecto al Secretario General [Roberto Vaquero – Nota de Bitácora (M-L)] y a sus círculos de confianza, algo totalmente alejado del centralismo democrático que debe regir un partido que dícese de carácter marxista-leninista». (Borja, exmilitante de Reconstrucción Comunista; Carta de cese de militancia de RC, 25 de septiembre de 2015)

Vaya casualidad, de nuevo parece ser que el flamante «partido de nuevo tipo»  que propone RC es el partido revisionista de viejo tipo contra el que lucharon resueltamente los bolcheviques:

«El Partido Comunista de Yugoslavia se mantiene todavía en una condición de semiclandestinidad no obstante el hecho de que hace ya tres años y medio que está en el poder; dentro del partido no hay democracia, ni elecciones, ni crítica y autocrítica, y el Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia se compone en su mayor parte de miembros no elegidos, sino cooptados. (…) Como puede verse en los archivos de la Komintern, en el Vº Congreso del Partido Comunista de Yugoslavia fue celebrado en octubre y no en diciembre de 1940, no fueron elegidos treinta y uno miembros del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia y diez candidatos, sino que fueron un total de veintidós miembros al Comité Central y seis candidatos. (…) Si, de veintidós miembros, diez fallecieron, esto nos deja doce miembros electos. Si dos fueron expulsados, esto nos deja diez. Tito y Kardelj dicen que ahora hay veintiséis miembros del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia; entonces, si de estos sustraemos los diez por las causas antes comentadas, esto nos deja un total de dieciséis miembros cooptados en el presente Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia. Con esto se deduce que la mayoría de miembros del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia han sido cooptados». (Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética; Carta del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética dirigida al Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia, 4 de mayo de 1948)

¿Será que nuestro Roberto Vaquero pretende emular a Tito? Desde luego tiene sus paralelismos: mujeriego, calumniador, hipócrita, etc. Podríamos decir que el revisionista yugoslavo tiene discípulos aventajados en nuestros días». (Equipo de Bitácora (M-L)Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

viernes, 13 de octubre de 2017

La teoría trotskista del doble poder, contraria a la guerra popular y la dictadura del proletariado


«La sustitución del Estado burgués por el Estado proletario, es imposible sin urna revolución violenta». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; El Estado y la revolución, 1917)

En los momentos actuales, al mismo tiempo que el revisionismo moderno se esfuerza por adormecer a las nasas trabajadoras con ilusiones acerca de la posibilidad del paso pacífico y la conquista del socialismo por medios pacíficos y la vía parlamentaria, que desnaturaliza por completo las enseñanzas de Marx y Engels acerca de la necesidad de destruir el aparato estatal burgués mediante la violencia revolucionaria, y también las de Lenin, Stalin. (...) Los neotrotskistas de «Unidad» P.C.I. y de otros grupos trotskistas, esgrimen de manera general la teoría del «doble poder», con la que tratan de hacer creer a las masas trabajadoras y a otros sectores populares como el estudiantado revolucionario, por ejemplo, que cualquier comité de fábrica, cualquier organización sindical, constituye un elemento de «doble poder» de poder obrero o popular. Ante esta mistificación acerca del papel y de los mecanismos y medios de dominio del Estado capitalista, conviene aclarar algunas cuestiones elementales acerca del papel del Estado burgués en tanto que instrumento dominación de la burguesía y también acerca de la dictadura del proletariado como forma de Estado popular revolucionario. Es preciso para ello remitirnos a las experiencias de gran valor científico que sobre esta importante cuestión de la función del Estado y de sus mecanismos sacaron Marx y Engels al analizar la experiencia de la Comuna de París, experiencias que Lenin a su vez estudia y actualiza, en su importante obra «El Estado y la Revolución». Estos valiosos escritos (...) ponen en relieve de manera inequívoca el principio de la necesidad de la destrucción mediante la violencia revolucionaria –la lucha armada popular del aparato del Estado burgués, y de que sólo tras haber destruido de ese modo el poder estatal de la reacción, puede crearse el Estado proletario, la dictadura del proletariado en su forma pura y compartida con otras capas no proletarias bajo la dirección de la clase obrera en alianza con el campesinado.

La teoría de Trotski del «doble poder» tergiversa algunos escritos de Lenin en vísperas de la Revolución rusa de 1917. A este respecto, Lenin dijo concretamente:

«Las armas están ahora en manos de los soldados y de los obreros y no en manos de los capitalistas». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Tareas del proletariado en nuestra revolución, 23 de abril de 2017)

Y precisa para que no hubiera lugar a dudas:

«Esta situación ha entrelazado, formando un todo, de dictaduras: la dictadura de la burguesía.(...) y la del proletariado y los campesinos, el soviet (...) que se apoya indudablemente en la mayoría absoluta del pueblo, en los obreros y soldados armados». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Tareas del proletariado en nuestra revolución, 23 de abril de 2017)

Vemos, pues, como esa situación sólo puede darse de manera transitoria una vez que las masas revolucionarias están armadas y en una situación de revolución abierta. Pero Lenin precisaba, no obstante, que esa cualidad era algo «excepcional»«extraordinariamente peregrino» y que ese «entrelazamiento» no está en condicionas de sostenerse mucho tiempo. Es de señalar, además que, dos meses antes que Lenin escribiera estas líneas abril de 1917, las masas populares se habían sublevado y se habían apoderado de las armas, y que el Estado, burgués estaba prácticamente en descomposición y quebrantado al máximo como consecuencia de la guerra interimperialista.

Actualmente, la teoría del «doble poder» constituye uno de los aspectos más importantes de las distintas corrientes trotskistas, que, como vemos, es un punto de entronque con las concepciones pacifistas de los socialdemócratas y de los revisionistas modernos, ya que todos ellos coinciden en no plantearse la necesidad de preparar a las masas revolucionarias para la lucha armada, para la guerra popular, sino que pretenden que, o bien a través del parlamentarismo, o la huelga general pacífica, o mediante organización del doble poder basado en los sindicatos, o comités obreros, se puede llegar a conquistar el poder e implantar el socialismo. No es esta una afirmación gratuita por nuestra parte. Remitimos a nuestros lectores a las publicaciones de los revisionistas carrillistas, Mundo «Obrero», en particular de los últimos años, y también a los panfletos que de vez en cuando sacan a la luz el grupo «Unidad»-P.C.I., Acción Comunista , y también algunos elementos trotskistas del P.L.P. y otros F.O.C. etc..

jueves, 12 de octubre de 2017

Las pobres excusas de Olarieta para evitar que se critique el revisionismo en Corea del Norte; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«Yo no he estado en Cuba nunca, y en Corea del Norte ni te cuento. No puedo opinar porque no lo sé, y no opino de lo que no sé, y creo que todos deberíamos ser honestos y decir que no hemos estado –al menos en Corea del Norte muy poquitos–. (...) Admiro muchas cosas de Corea y de Cuba, soy un admirador y yo nunca voy a hablar mal de ellos». (Juan Manuel Olarieta; Cuba y Corea del Norte, 6 de septiembre de 2015)

Este es el recurso estrella de todos los oportunistas sobre un país: «Como no eres de allí no puedes opinar» o su variante «Como no lo has visitado no puedes opinar». Decir esto en plena era digital con el abundante río de fuentes directas e indirectas sobre estos países, presupone un acto de dejadez o de oportunismo, pero no de una posición crítica y objetiva marxista-leninista. Este pensamiento resume la cobardía pequeño burguesa, que teme que al posicionarse pierda simpatías, el Partido Comunista de España (reconstituido) y otros partiduchos como el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) buscan, a causa de su aislamiento, simpatizar con el público revisionista seguidor de Corea del Norte, el cual tampoco es muy amplio.

Pero analicemos las excusas que nos da Olarieta para no criticar a estos países. ¿Acaso por no haber estado en la ya extinta Unión Soviética no podemos pronunciarnos sobre ella ni realizar un análisis fiel a la realidad de entonces? ¿Acaso por no haber visitado nunca Francia no podemos hablar de los franceses y sus problemas actuales? Bajo esta lógica no podríamos ni criticar el pueblo de al lado por no ser de allí o no haber estado allí. ¿No existen obras disponibles de los principales dirigentes de esos procesos capitalista-revisionistas? Hay multitud de obras en castellano e inglés de Fidel y Raúl Castro, de Guevara, Kim Il Sung, Kim Jong Il, Kim Jong-un. ¿No cuentan estos países con periódicos y agencias de información enfocados también hacia el exterior? Las hay oficiales como Granma o la Agencia Telegráfica Central de Corea, y no oficiales afines como Cubadebate o el blog de Alejandro Cao de Benós, con lo que se puede extraer información más que suficiente. ¿No existen medios de comunicación extranjeros que recogen hechos objetivos que ayuden a analizar la cuestión cubana o coreana? Si las hay, incluso favorables como Actualidad Russia Today o Hispan TV. ¿No existen además otros medios no tan favorables u hostiles a estos regímenes del que podemos sacar información objetiva y fiable? Obvio, y estos medios no solamente publican datos de estos países sino que eso lo podemos hacer extensible a cualquier régimen revisionista, de ellos podemos criticar temas importantes como el nivel de inversión extranjera en Corea del Norte a través de las fuentes chinas y rusas, cualquier medio español se puede hacer eco de los tratos entre el FMI y Vietnam, recoger sus declaraciones ante tal evento, podemos ver también cómo los dirigentes cubanos loan a El Vaticano y a sus gerifaltes, como presentan a China y Rusia como garantes de los pueblos como hace el PCE (r). Información hay, lo que no hay es ganas de analizar y en su caso prefieren mirar a otro lado porque en el fondo comparten sus desviaciones. Si el lector está interesado, tiene disponible. un análisis extenso sobre el revisionismo coreano. Véase nuestra obra: «El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche» de 2015.

Por supuesto no preguntemos ya a Olarieta que opina de las relaciones entre Kim Il Sung y Carrillo, porque este demagogo seguramente ni las conocerá. Pero ha de saber el lector que el régimen juche apoyó al eurocomunismo sin disimulo. Véase el capítulo: «Las relaciones entre Kim Il Sung y Santiago Carrillo; entre el «Juche» y el «Eurocomunismo» de 2015.

viernes, 6 de octubre de 2017

Reclutamiento masivo sin distinción alguna en Reconstrucción Comunista; Equipo de Bitácora (M-L), 2017

Maurice Thorez, uno de los teóricos revisionistas del «partido de puertas abiertas» durante el siglo XX

«En Reconstrucción Comunista (RC) saben muy bien la teoría, o mejor dicho saben copiar muy bien las líneas de los clásicos, copiando el argumento de «Fundamentos del leninismo», obra de Stalin de 1924, dicen:

«El partido debe de estar conformado por un grupo reducido de revolucionarios profesionales. Estos deben dedicar todo su tiempo a la actividad revolucionaria. (...) El partido es un destacamento de la clase obrera pero no un destacamento cualquier, sino que es la forma más alta de organización, destinada a dirigir a su clase y a las otras organizaciones de la misma. (...) Debe de estar compuesto solamente por revolucionarios más conscientes de nuestra clase». (Juan Mesana, Tomás Garante y Julio Moreno; Compendio de textos sobre el partido, 2017)

Ahora, en la práctica de RC sucede otra cosa. Lo primero que el carácter de miembros que reclutan distan bastante de ser miembros de la clase obrera ni que alberguen su moral. Lo segundo es que no hay un criterio selectivo a la hora de reclutar miembros sino que se recluta para engordar las filas. Y tercero que los miembros de la organización no dedican todo su tiempo a cuestiones de la lucha de clases sino a idioteces como hacer memes y postureo en redes sociales, a irse de fiesta, montar broncas y demás fenómenos comunes en la vida de gente de este tipo.

1) Detengámonos y analicemos por un momento a la actual militancia de esta organización para ver qué fines tienen con su reclutamiento masivo, sobre todo de jóvenes. En una foto reciente colgada de forma pública que puede verse [aquí] –ha de saberse que las fotografías han sido pixeladas por nosotros ya que dudamos hasta de que sean mayores de edad–, se evidencia que la lista de las edades de los militantes de base de Reconstrucción Comunista (RC) bien podría ser de instituto –y por el nivel intelectual de algunos, de instituto con muchos repetidores–.

Salvo la cúpula, generalmente los miembros de Reconstrucción Comunista (RC) suelen chicos y chicas de una edad comprendida entre los 16 y 21 años de edad con pocos y defectuosos conocimientos económico-políticos. Y de hecho, el perfil del militante de esta organización sueles venir de dos sectores sociales concretos en los que los jefes suelen buscar para reclutar: a) chicos y chicas de capas sociales acomodadas, que aburridos y aburguesados, van de moda en moda en virtud de lo que sus parejas o amigos hagan: ayer eran existencialistas, antes eran «emos» y mañana serán otra cosa, otros son pintores de arte abstracto, otros animalistas, otras veganas, hoy dicen que son o quieren ser marxista-leninistas, mañana quizás por capricho se pasaran a las filas del posmodernismo, a las filas de la socialdemocracia o de lo que se tercie, gente que no ha aprendido ni tiene por objeto estudiar la doctrina marxista-leninista salvo un par de frases para el postureo; b) por otro lado tenemos personas de las capas obreras más deprimidas y de las capas directas del lumpemproletariado, gente con problemas sociales y marginales, con problemas económicos, de drogadicción, que por su bajo nivel cultural son fácilmente captables pues solo buscan sentirse identificados y aceptados en un concepto de grupo, en especial suelen ser gente de ambientes pandilleros, anarquistas, y con referentes enfilados en la cultura punk, hardcore, mod y skinhead. Ambos perfiles suelen tener en común que son gente muy voluble y manipulable, con falta de autoestima y seguridad en sí mismos. De estos dos perfiles se aprovecha la cúpula para crearse sumisos militantes y palmeros.

2) Una de las características reconocibles de un partido revisionista de este tipo es la facilidad con la que otorga el carnet a sus militantes, e incluso el trasvase de militantes de las juventudes al partido a falta de gente disponible, lo que evidencia la falta de popularización de la organización o bien el rechazo de las masas a la misma:

«Desde el partido, de manera unilateral y sin contar con JG (B) [Juventudes de RC], se ha otorgado la militancia en partido a camaradas de juventud. Esto implica, en una primera instancia, una desconfianza en JG (B), particularmente en sus órganos de dirección, a la hora de valorar la capacidad de los camaradas para la militancia en partido. Además, teniendo en cuenta que quien posee información detallada sobre la actividad, desarrollo y capacidades de los camaradas es JG (B), pues es donde realizan los camaradas la mayor parte de su actividad militante y donde se realizan los informes al respecto, las decisiones en tal sentido por parte de partido vienen motivadas, bien por una perspectiva subjetiva –en tanto que no cuentan con informes detallados de los camaradas, pues por lo menos a mí, siendo responsable político de Castilla y responsable estatal de formación, no se me han solicitado en ningún momento– o, en el peor de los casos, por cuestiones de proximidad o confianza personal en dichos camaradas.

Así mismo, este hecho ha perjudicado a JG (B), en tanto que se otorgó la militancia a camaradas sobre los que existían planes desde los órganos de dirección en cuanto a la promoción de cuadros y el buen funcionamiento de la juventud. Esto se ha intentado solventar a través de la figura del enlace entre el partido y la juventud, pudiendo obtener dicho enlace la doble militancia en ambos. Sin embargo, esta medida vendría, por un lado, a reforzar la dependencia de la juventud respecto al partido en algunas cuestiones, y por otro lado, que evidentemente no solventa la problemática de las dobles militancias». (P. R., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de cese de la militancia, 29 de octubre de 2015)

¿Es esto una línea consecuente marxista-leninista sobre el reclutamiento? ¿Respeta esto a los conceptos y principios más básicos del marxismo-leninismo?:

«Nuestra tarea es cuidar de la firmeza, la disciplina y la pureza de nuestro partido. Debemos esforzarnos para elevar más y más el título y la importancia del miembro del partido». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informe al IIº Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, 1903)

¿Es permisible reclutar a todo simpatizante en el partido? Como ya hemos visto anteriormente ni mucho menos:

«Hasta hoy nuestro partido se parecía a una hospitalaria familia patriarcal dispuesta a admitir a todos sus simpatizantes. Pero después que nuestro partido se ha transformado en una organización centralizada, se ha despojado de su carácter patriarcal, tomando por entero el aspecto de una fortaleza, cuyas puertas únicamente se abren para los dignos». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; La clase de los proletarios y el partido de los proletarios, 1905)

De nuevo Reconstrucción Comunista (RC) demuestra que pese a todo no es otra cosa que un engendro maoísta en sus métodos prácticos:

«Estamos muy preocupados por su decisión de que todo el que desee puede ser aceptado en el partido, sin ninguna consideración de su origen social, que el partido no tema que algunos arribistas busquen su camino en el partido, así como de su mensaje sobre las intenciones de aceptar incluso a Zhang Xueliang en el partido. En la actualidad, más que en cualquier otro momento, es necesario para mantener la pureza de las filas y el carácter monolítico del partido. Mientras conducimos el alistamiento sistemático de personas en el partido y así lo reforzamos, especialmente en el territorio del Kuomintang, es necesario que al mismo tiempo que evitamos la inscripción masiva en el partido, aceptemos solo a las mejores y probadas personas de entre los obreros, campesinos y estudiantes». (Georgi Dimitrov; Telegrama de la Secretaria del Comité Ejecutivo de la Komintern al Secretariado del Partido Comunista de China, 15 de agosto de 1936)

Es más, el tipo de reclutamiento de miembros de RC no basados en los méritos en el trabajo de cara a la revolución sino a los méritos en el seguidismo de cara al Secretario General es una de las causas que hacen a esta organización susceptible de ser desmontada en cualquier momento como ha ocurrido históricamente con estos grupos:

«Puede trabajar unos cuatro, cinco o seis meses. Luego viene la detención, que muchas veces trae consigo el desmoronamiento de toda la organización o, por lo menos, de una parte de ella. Cabe preguntar: ¿puede un grupo trabajar con éxito, con fruto, cuando su existencia está limitada a unos cuantos meses? Es evidente que los defectos de las organizaciones existentes no pueden atribuirse por entero al período de transición; es evidente que la cantidad y, sobre todo, la calidad de los efectivos de las organizaciones activas desempeñan aquí un papel de no escasa importancia, y la tarea primordial de nuestros socialdemócratas [comunistas] debe consistir en unificar realmente las organizaciones, con una selección rigurosa de sus miembros». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; ¿Qué hacer?, 1902)

3) Una exmilitante describiría así algunos de los perfiles de los militantes de RC con los que había convivido y las tareas a las que se dedicaban, y el concepto que se tenía para ascender en el escalafón de la estructura revisionista:

«Itxasne: Cualquiera podría pensar «¡Qué tontos!, ¿no se dan cuenta de las cosas?» o «¿Pero no estudian tanto algo de marxismo aunque sea de casualidad para darse cuenta de donde están? ¿Por qué no afrontan la realidad de ese supuesto partido que no tiene nada de comunista?» y, lo más típico, lo de «¿Cómo es posible que, después de años de militancia mano a mano, no os hayan querido ni escuchar ni dar un mínimo de credibilidad y, en cambio, repiten como loros las versiones cambiantes de Roberto sobre cualquier problema, abandono, etc.?».

Lo cierto es que yo no considero que sean tontos «per se». No tiene nada que ver con la inteligencia ni con la conciencia. El perfil medio –con excepciones, diferencias, gente que cumple parcialmente con este perfil general y gente que lo cumple en su totalidad y más– de militante es una persona adolescente o post adolescente –de entre 16 y 22 años– cuya extracción social no es en sí la de un proletario o una familia proletaria. No digo esto excluyéndome a mí misma, ya que yo misma tengo una trayectoria académica y laboral que no es la de una proletaria, como sí podría ser el caso de Felipe. Pero lo que es evidente es que las condiciones objetivas de que se rodea el perfil medio de militante de RC no favorece ni propicia un desarrollo avanzado de la conciencia de clase. Normalmente se trata de estudiantes aburridos de familia de corte tradicional y un estilo de vida aburguesado, sin vida laboral y sin grandes necesidades económicas que tienen una necesidad personal de autorrealización mediante un grupo que les haga sentirse rebeldes por unos años. No son pocos los ejemplos de militantes que conozco cuyos problemas más dramáticos son discutir con su madre por no colaborar en las tareas domésticas o no asistir a clase y tirar los miles de euros que sus padres invierten en su formación universitaria, como es el caso de unos cuantos militantes madrileños. Hay casos de militantes con padres millonarios que han vivido toda su vida en urbanizaciones de lujo de las afueras de Madrid y Valencia con un concepto elitista del arte abstracto que recibían encargos de 700€ del propio progenitor por una pintura. Militantes que querían «descubrir si eran comunistas». Curioso me resulta que, teniendo este tipo de perfiles entre sus filas, tengan la desfachatez de reírse de mí y de Felipe por vivir en lo que ellos llaman un «chalet», que no es otra cosa que una humilde vivienda de 300€ a la que tuvimos que mudarnos debido a las dificultades económicas de 2016 –que nosotros sí estábamos atravesando entre trabajos precarios y miles de euros en gastos judiciales que salieron de nuestros bolsillos y de los de nuestros amigos y familiares–. Este hecho, el de pasar verdadera necesidad, es algo que rara vez han experimentado buena parte de los militantes de RC –con su paga semanal de los padres, sus matriculaciones en la universidad regaladas a cambio de nada por sus padres, por no hablar de los móviles, los tatuajes o la ropa de skinhead que no es precisamente barata–. Del mismo modo se han reído de nuestros medios de vida: la ilustración en mi caso –en parte–, trabajos como el de camarero en el caso de Felipe, vete a saber tú porqué. Tampoco esperé en ningún caso que respetasen cosas de las cuales acusan una profunda ignorancia, pero no habría estado de más evitar ese tipo de burlas públicamente, máxime cuando hablan constantemente de la imagen de un comunista y que un comunista lo es las 24 horas del día. Y no son hechos aislados por odio personal inculcado. En Valencia era el pan de cada día lidiar con la prepotencia de unos niños que apenas rozaban la mayoría de edad y explicar que no se podía echar en cara a una cajera de Mercadona cosas como «¡Te están robando la plusvalía y no te enteras!» al ser interceptado robando unos productos a granel, obviaré en este caso el burdo análisis económico intrínseco a esta estúpida disertación, puesto que la culpa de su analfabetismo la tienen las formaciones de Economía de su Secretario General. Por otro lado, existe también el perfil de militante proveniente de barrios obreros o marginales que ha vivido en la anomía y ha forjado su identidad al estilo del lumpemproletariado: tribus urbanas, imitación de bandas latinas, etc. Sin ir más lejos, el contacto con Barcelona se produjo en un concierto en el que dicho contacto, ahora militante «consolidado» de RC, estaba pasado de alcohol y drogas duras. Evidentemente, esto a Roberto no le importa, pues pese a su constante frase de «hay que primar lo cualitativo a lo cuantitativo», él lo que quería era mostrar al mundo que ya había presencia de RC en la ciudad de Barcelona a cualquier precio. Si algo tienen en común estos dos tipos de perfil es, según yo lo veo, la vulnerabilidad que presentan en determinadas etapas de sus vidas. Esto propicia una absorción completa por parte de RC». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 25 de junio de 2017) (Equipo de Bitácora (M-L)Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

jueves, 5 de octubre de 2017

Lenin hablando sobre la democracia burguesa


«Hablar de democracia pura, de democracia en general, de igualdad, de libertad, de universalidad, cuando los obreros y todos los trabajadores están hambrientos, desnudos, arruinados y torturados, no sólo por la esclavitud asalariada capitalista, sino también por una guerra de rapiña que dura cuatro años, mientras los capitalistas y los especuladores continúan poseyendo la«propiedad» robada y la maquina «existente» del Estado, es burlarse de los trabajadores y los explotados. Eso está en pugna con  los axiomas fundamentales del marxismo, que enseña a los obreros: debéis utilizar la democracia burguesa, inmenso progreso histórico en comparación con el  feudalismo, pero no olvidéis ni un solo instante el  carácter burgués de esa «democracia», su carácter convencional y limitado en el plano histórico, no compartáis la «fe supersticiosa» en el «Estado», no olvidéis que incluso en la república más democrática, y no sólo en las monarquías, el estado no es sino una máquina para la opresión de una clase por otra.

La burguesía se ve obligada a mentir  hipotéticamente y a llamar «poder de todo el pueblo»,  democracia en general o democracia pura a la  república democrática –burguesa–, que es, de hecho, la dictadura de la burguesía, la dictadura de los explotadores sobre las masas trabajadoras. Los Scheidemann y los Kautsky, los Austerlitz y los Renner –ahora, desgraciadamente, con la ayuda de Federico Adler– apoyan esta falsedad y esta hipocresía. Pero los marxistas, los comunistas, la desenmascaran y dicen sin tapujos a los obreros y a  las masas trabajadoras la pura verdad: de hecho, la  república democrática, la Asamblea Constituyente, las elecciones populares, etc., etc., son la dictadura  de la burguesía, y para liberar al trabajo de la opresión del capital no hay más camino que la  sustitución de esa dictadura por la dictadura del  proletariado. Solo la dictadura del proletariado puede liberar a la humanidad del yugo del capital, de  la mentira, de la falsedad, de la hipocresía de la  democracia burguesa, de esa democracia para los  ricos, y establecer la democracia para los pobres, es  decir, hacer los beneficios de la democracia  patrimonio efectivo de los obreros y los campesinos  pobres, pues ahora –incluso en la república burguesa más democrática– esos beneficios son, de  hecho, inasequibles para la inmensa mayoría de los  trabajadores». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; «Democracia» y dictadura, 23 de diciembre de 1918)

lunes, 2 de octubre de 2017

El centralismo burocrático y el caciquismo en Reconstrucción Comunista; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«¿Cuál es el modelo organizativo de Reconstrucción Comunista (RC)? Podría resumirse en el compadrazgo y el amiguismo combinado con una suerte de caciquismo feudal:

«A pesar de que, en la teoría, organizativamente el partido se rige por el centralismo democrático en la realidad la toma de decisiones del partido se toma en el círculo de confianza del camarada R, el Secretario General (SG). Puedo afirmar esto porque lamentablemente yo he sido partícipe de ese círculo de confianza, en el que, por lo que creía el bien del partido en aquel momento, se tomaban decisiones a espaldas de otros miembros del Comité Central (CC) y por supuesto, del resto de la militancia. El común denominador en la mayoría de los casos en que desde el seno del Comité Central se realizaban acciones a espaldas de alguno de sus miembros era que el camarada SG fue el incitador a estas actuaciones.

Este funcionamiento, basado en amiguismos y no en el modelo del centralismo democrático, incluye así mismo a militantes ajenos al propio CC –desde militantes de base hasta cuadros intermedios del partido y juventud– que reciben diversa información que, orgánicamente, no debería estar en su conocimiento. De esta manera el grado de acceso a la información sensible del partido no depende de la posición en el organigrama, no se rige por los principios del CD, sino de la cercanía personal al Secretario General. He de remarcar que la gran mayoría de los involucrados en esta vulneración del funcionamiento orgánico lo hacen sin ser conscientes de lo que ello supone, consideran que están siendo reconocida su militancia y por eso se les hace partícipe de las decisiones, que si el SG es quien lo hace no puede estar mal, ignorando –algunos no tanto– que son conocedores de dicha información por la relación personal que les une al SG, no por directriz del CC ni del BP.

He de pedir perdón por haber vulnerado, yo mismo, los principios del Centralismo Democrático. Como ejemplo, en el que yo he formado parte, cabe reseñar la existencia de un grupo de Telegram del que formábamos parte el SG, un militante de la célula de Leganés y yo. Este grupo, que empezó siendo una forma de coordinación entre 3 camaradas que trabajábamos en la misma zona para cubrirnos mutuamente de alguna agresión mientras se estaba trabajando. De esta forma un militante ajeno al Comité Regional y al Comité Central estaba informado antes que el CC de multitud de problemáticas, aparte de las referentes a la seguridad.

No es permisible que el SG del partido de vanguardia de la clase obrera comparta información a espaldas del CC con otros militantes en función de su cercanía personal o de los planes personales que tenga el SG para conseguir un fin político o personal fuera de los cauces debidos. No es la primera vez que el camarada R aduce a sus relaciones de amistad para solucionar problemas políticos, cubriendo a sus amistades cuando le conviene o desprestigiando y difamando a aquellos que osan atacar –en lo político o en lo personal– a su círculo de amistades o a él mismo. Históricamente el camarada R sólo ha tomado partido en los conflictos (A, R) cuando los involucrados le han atacado a él personalmente, hasta ese momento siempre ha tenido un papel mediador y ha chantajeado emocionalmente a los involucrados para ocultar el problema, en lugar de solucionarlo». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)

¿Qué nos dice otro exmilitante sobre las estructuras del partido?:

«El motivo principal de mi marcha es lo que yo entiendo como una falta de democracia interna del partido, y las repetidas vulneraciones al centralismo democrático, sobre todo en lo referente a juventud». (P. R., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de cese de la militancia, 29 de octubre de 2015)

En especial Roberto Vaquero popularizó aquello de que presentar críticas en papel era «una demostración de burocratismo», una buena estratagema del Secretario General para no dejar rastro de las críticas que se presentaban ni de las discusiones acaecidas por la misma. De igual modo cuando el reglamento decía que sus actos eran ilegales calificaba las reglas de «papeluchos» sin más importancia:

«Felipe: En el Comité Central (CC) celebrado presenté una carta de crítica como Secretario de Organización a todas las responsabilidades y para profesionalizar de una vez el «partido» y dejar de parecer pandilleros entre otras cosas, esa carta leída por Jordi y Adrián dijeron que sí, que era necesario cada punto, Roberto contestó que eso era burocratismo que las críticas no se presentaban por escrito, a lo cual los dos anteriormente citados se callaron y votaron junto a Roberto, lo cual un campo que gestionaba yo con total competencia votado en el congreso de abril del 2015 se lo cargaba Roberto de una sola frase, no es la única vez que se pudo ver a estos dos miembros haciendo la del títere, ni fue la vez más grave. Durante el IIIº Congreso de abril de 2015 en una enmienda en la cual Roberto no estaba de acuerdo salieron más votos a favor que en contra de la enmienda, y más abstenciones que ambas, al decir que pasaba la enmienda Roberto dijo que no, paró el congreso y la mesa formada por Jordi –este ni habló en todo el congreso, ahí se puede ver la preparación de sus nuevas incorporaciones que os hablaba antes–, Adrián, Roberto y yo nos metimos a debatir esto en un cuarto, y como no llegábamos a un acuerdo llamamos a Pablo que era la persona del partido en este campo, el dijo que pasaba la enmienda, que había más votos a favor que en contra, que las abstenciones no contaban, a lo que Roberto dijo «¿Ves? Él viene de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) [juventudes del PCE], y dice eso porque allí son revisionistas, así que las abstenciones han ganado y no pasa la enmienda», a los que sus miembros electos para la mesa le dieron la razón sin dar ningún motivo de nuevo de porque su voto. Durante ese mismo congreso hizo varias «cacicadas» más de este tipo en varios campos: como en el de género; desde Bilbao se presentaba una enmienda para hacer una secretaría de la mujer, al cual por error de Bilbao no se presentó y Roberto se negó a incluir esa enmienda, sucedió igual con varias enmiendas, pero luego pasó lo mismo con una enmienda suya en la célula de Vallecas pero en su caso obligó a que se incluyera, y hasta aquí el tema del congreso porque daría para escribir varias páginas más entre el antes, el durante y el después; como que al ponernos a debatir con los documentos congresuales en la mano él decía frases tan democráticas como «me dan igual los documentos, eso es papel» que hacían que perdieses toda esperanza en el proyecto en que estabas embarcado». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 25 de junio de 2017)

Parece ser que a la cúpula de Reconstrucción Comunista (RC) se le da muy bien pasear banderas con fotografías de Enver Hoxha y hacer pegatinas con su rostro y demás parafernalia pero desde luego no se le da igual de bien cumplir los principios marxista-leninistas que este defendía sobre el partido comunista y su funcionamiento.

No construir el partido marxista-leninista sobre el centralismo democrático, es animar a que la organización sea usurpada por sentimentalistas, oportunistas o provocadores. Este es un caso donde esto se vuelve a revelar. 

¿Cómo podríamos resumir qué es el centralismo democrático como método organizativo en un partido comunista para el lector novel? De tal forma:

«El principio esencial sobre el que se edifica un partido revolucionario, un partido marxista-leninista, es el del centralismo democrático. Centralismo democrático significa: 1) Todos los órganos dirigentes del partido se eligen democráticamente de abajo arriba y no son nombrados o cooptados. 2) Los órganos dirigentes tienen la obligación de rendir cuentas periódicamente de su actividad ante los miembros que los han elegido y de crear todas las posibilidades para que no se obstaculice la participación de estos miembros en los debates y en la adopción de las decisiones. 3) El centralismo exige necesariamente una disciplina férrea, pero consciente, de manera que la minoría se someta a la mayoría. La disciplina férrea implica necesariamente la discusión, la confrontación de opiniones. 4) Las decisiones de los órganos superiores del partido son obligatorias para los órganos inferiores». (Enver Hoxha; Informe presentado ante la Conferencia de activistas del partido de Tirana sobre los análisis y las conclusiones del XIº Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Albania, 4 de octubre de 1948)

¿Es acaso posible el compadrazgo y el amiguismo compatible con el centralismo democrático?

«La distribución de los cuadros sobre la base de la amistad y del nepotismo constituye una práctica muy nociva. Esta práctica, en abierta contradicción con todas las directrices del partido, vicia a los cuadros y perjudica gravemente el trabajo. En un ambiente de tan nociva familiaridad no existe crítica ni autocrítica, por consiguiente no hay una lucha por mejorar el trabajo. Estos ambientes son terreno abonado para las adulaciones, la vanagloria y la sumisión al «jefe de la familia». Y detrás de todo esto, vienen los abusos y los robos. El partido debe mostrarse cuidadoso y permanecer vigilante para destruir toda manifestación, por embrionaria que sea, de ello, ya que afecta gravemente al trabajo. No podemos permitir de ninguna manera que nuestros centros de producción, nuestras empresas de servicios y nuestras oficinas, se transformen en «familias». (Enver Hoxha; Informe en el IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 25 de mayo de 1956)

Una de las tácticas históricas de los revisionistas para negar el centralismo democrático, y sus normas, ha sido este mismo fenómeno de evasión de responsabilidades de la dirección bajo la excusa de que es «exceso de democracia» e incluso una «desviación burócrata» con el fin de evita rendir cuentas regularmente a la militancia para que pueda ser criticada:

«Consideran que la disciplina dentro del partido, y la aplicación obligatoria de las decisiones, como requisito irrazonable y contrario a la democracia. (...) Ellos niegan la necesidad de la participación de todos los miembros del partido, sin excepción, en una de las organizaciones de base, y describen el requisito obligatorio de rendir cuentas de las funciones que desempeñan como ultrademocracia, es decir, una distorsión de la democracia. La base ideológica y de clase de estos puntos de vista y teorías revisionistas que niegan el principio del centralismo democrático y sus requisitos, hay que buscarla en la ideología burguesa y pequeño burguesa; en el intelectualismo burgués, el liberalismo y el anarquismo». (Petro Ciruna y Pandi Tase; La degeneración organizativa de los partidos revisionistas y sus consecuencias, 1978)

Si el liderazgo no rinde cuentas, ni desde la aletargada militancia se piden responsabilidades, la degeneración y el colapso de la organización llega por sí solo. Esto lo estamos viendo día a día en este tipo de organizaciones». (Equipo de Bitácora (M-L); Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)