martes, 27 de marzo de 2018

Marx y la concepción materialista de la Historia


«En su célebre: «Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política», escrita por Friedrich Engels en agosto de 1859, Marx expuso genialmente las bases fundamentales del materialismo aplicadas al estudio de la sociedad y a su historia. Desafiamos a cualquiera de «nuestros» marxiólogos antimarxistas actuales, que pretenden que Marx y el marxismo están superados y enterrados, a que refuten las siguientes palabras que Marx escribió en el mencionado Prólogo, explicando cuáles son los factores básicos que determinan la naturaleza de las relaciones sociales, y las causas determinantes de los cambios en la sociedad.

«En la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general.  No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia». (Karl Marx; Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política, 1859)

Y en cuanto a las causas determinantes de los cambios sociales que se producen a lo largo de la historia, Marx dice que:

«Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad, chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí». (Karl Marx; Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política, 1859)

Explicando también científicamente la necesidad para el conjunto de la sociedad de cambios revolucionarios sociales, Marx afirma que:

«De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas de ellas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella». (Karl Marx; Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política, 1859)

Vemos pues cómo Marx, al aplicar el materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales de la historia, estaba forjando una valiosa arma al servicio de las masas explotadas y oprimidas para luchar contra las concepciones reaccionarias de la historia, basadas en la in-mutabilidad de los sistemas sociales –¡siempre habrá ricos y pobres!, etc.– y en las absurdas explicaciones superficiales y anticientíficas de los historiadores reaccionarios y burgueses acerca del desarrollo y los cambios de la sociedad. Marx afirmaba también de este modo la inevitabilidad del derrocamiento del actual sistema capitalista y su sustitución por un sistema superior más avanzado desde el punto de vista económico, social y ético –moral– y en consonancia con el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Ese sistema, según Marx, no podía ser otro que el socialismo, fase inferior de la sociedad comunista.

Analizando la transcendencia del descubrimiento de la concepción materialista de la historia, Lenin decía que la consecuente aplicación de dicha concepción y la extensión del materialismo al dominio de los fenómenos sociales, había superado los dos defectos fundamentales de las viejas teorías de la historia, ya que esas teorías, so-lamente tenían en cuenta los móviles ideológicos de la actividad histórica de los hombres, sin investigar el origen de esos móviles, sin captar las leyes objetivas que rigen el desarrollo del sistema de las relaciones sociales, sin ver las raíces de éstas en el grado de desarrollo de la producción material.

En este mismo orden de cosas, Lenin consideraba, además, que el materialismo histórico de Marx había permitido estudiar, por primera vez y con la exactitud de las ciencias naturales, las condiciones sociales de la vida de las masas y los cambios operados en esas condiciones a lo largo de la historia. Así, Marx señaló el camino para el estudio multilateral del proceso del surgimiento, desarrollo, decadencia y desaparición de los distintos sistemas económicos y sociales, poniendo al descubierto el método y las leyes generales para estudiar científicamente la historia y todos los fenómenos y acontecimientos sociales, basándose en el carácter contradictorio y la diversidad de esas leyes. Según Marx, el hilo conductor que rige en toda sociedad esas leyes, es la lucha de clases.

«La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días exceptuando el régimen de la comunidad primitiva, es la historia de la lucha de clases». (Karl Marx y Friedrich Engels; Manifiesto comunista, 1848) (Elena ÓdenaActualidad y desarrollo del marxismo, 1983)

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