viernes, 24 de abril de 2015

Algunas reflexiones sobre los discursos en la VII Cumbre de las Américas; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

«Y esta conferencia como anunciábamos no es diferente de las que se han producido años antes en diversas partes del mundo y sobre distintos temas de seguridad, proliferación de armas, cooperación y ayudas económicas entre países. Y como estas, sus discursos, resoluciones, pintados de color de rosa, se quedaran en agua de borrajas y todas declaraciones en papel mojado a la espera de una nueva conferencia en que se repetirá el circo». (Equipo de Bitácora (M-L); Algunas reflexiones sobre los discurso en la VII Cumbre de las Américas, 2015)


Lo cierto es que la VIIº Cumbre de las Américas celebrada en abril de 2015 no ha sido más que la puesta en escena de las burguesías y todas sus expresiones, en donde los diferentes países regionales –y sus dirigencias– han mostrado algunas de sus bazas en cuanto a la línea que siguen actualmente. No hemos tardado en ver a muchos de los eufóricos seguidores de estos regímenes burgueses capitalistas ensalzar sus «admirables posiciones y valientes discursos». Bien analicemos algunas de las curiosidades de esta conferencia y su esencia en sí. Ténganse en cuenta que no podemos criticar todas y cada unas de las necedades que en sus discursos han lanzado los mandatarios de unos y otros países, sino que solo analizaremos las más apremiantes, intentando no repetirnos en los mismos temas, y ahondando en un abanico de temas diversos que consideramos de interés:

1) Si repasamos los discursos de los distintos representantes incluyendo a los supuestos gobiernos de «izquierda» –como el gobierno del revisionismo cubano y los gobiernos de los revisionistas del «socialismo del siglo XXI»– veremos que en sus declaraciones, lejos de hablar de los problemas que realmente le importan a las masas populares, recurren a hablar a temas banales y románticos, a recurrir a temas propagandísticos que justifican su línea actual; incluso cuando hacen alusión a reivindicaciones justas lo hacen desde posiciones vacilantes y pseudorevolucionarias, a la vez que sueltan datos con orgullo generalmente manipulados. El objetivo de unos y otros es mantener a las masas trabajadoras en la inopia y movilizadas según los intereses de clases del que pronuncia tales discursos. Sépase pues que:

«Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase». (Lenin, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, 1919)

2) En ella dentro de los bonitos discursos se detecta la enorme contradicción con la práctica. Se habla de una búsqueda del fin del modo de resolver las divergencias políticas, económicas y culturales, y de buscar la unidad regional común «basada en la cooperación» como dice Raúl Castro –sin considerar los antagonismo de clase existentes–:

«Las relaciones hemisféricas, en mi opinión, han de cambiar profundamente, en particular en los ámbitos político, económico y cultural; para que, basadas en el Derecho Internacional y en el ejercicio de la autodeterminación y la igualdad soberana, se centren en el desarrollo de vínculos mutuamente provechosos y en la cooperación para servir a los intereses de todas nuestras naciones y a los objetivos que se proclaman. Vivir en paz, cooperando unos con otros para enfrentar los retos y solucionar los problemas que, en fin de cuentas, nos afectan y afectarán a todos, es hoy una necesidad imperiosa». (Raúl Castro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

O la petición de que el imperialismo realice una especie altruismo tecnológico en aras de la amistad de los pueblos como reclama el discurso de Evo Morales:

«La información que tengo desde mi Cancillería, no acepta, por ejemplo, no acepta Estados Unidos la transferencia de tecnología si condicionamiento de los países de menor grado, de desarrollo científico de nuestra América. (...) El acceso, por ejemplo, equitativo, amplio, seguro y confiable a las nuevas tecnologías de información y comunicación, respetando el derecho a la privacidad». (Evo Morales; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Pero no existe ni una unidad, ni una cooperación ni un altruismo, pues como en cualquier conferencia burguesa de este tipo se han destapado las suertes de «bloques» guiados por el «practicismo oportunista» que históricamente les ha caracterizado y que lejos de existir una cooperación y unidad y deseos de un bien común es un «sálvese de hundirse quién pueda bajo la boya del imperialismo que más a mano tengan». Un ejemplo muy sencillo de conferencias similares donde ocurría esto eran y son las conferencias del «Movimiento de los No Alineados»; se aludía a la misma unidad que era poco menos que ficticia puesto que cada país sufría del compadrazgo y dependencia imperialista. Veamos un comentario de la Conferencia del Movimiento de Países No Alineados celebrada precisamente en la Habana durante 1979:

«Quien más quien menos, unos sin querer y otros queriendo, son satélites del imperialismo estadounidense y de las demás potencias capitalistas, era una política «independiente y al margen de los bloques». La política americana ha sufrido reveses y esto ha tenido repercusiones en la llamada política de los países «no alineados». Así, en la Conferencia de la Habana se pusieron de manifiesto las contradicciones entre los países participantes. (...) Toda esta reunión, como todas las anteriores, era una mascarada, y así serán las que se celebren en el futuro, por la razón de que cada Estado capitalista, grande o pequeño, que forma parte del mundo de los «no alineados», aplica una política exterior acorde con lo que recibe del que le financia, del que le apoya y al que ha atado sus destinos». (Enver Hoxha; La política del no alineamiento, un castillo edificado sobre arena; Las superpotencias, 16 de marzo de 1980)

Precisamente esa pretendida unidad regional no se cristaliza, y es evidente que bajo estos aspectos capitalistas nunca se logrará, a no ser que seamos ilusos y nos sumemos al carro de las tesis de la burguesía sobre la posibilidad de armonía entre clases explotadas y explotadoras, y entre gobiernos con estas contradicciones clasistas, entre países imperialistas y países dependientes, entonces sí, podremos especular sobre la unidad provincial, regional o mundial. Pero las riñas, los bloques, los complots y agresiones seguirán produciéndose como es normal bajo el sistema capitalista, y entre países capitalistas. Este tema, sobre todo sobre la pretendida «cooperación y unidad económica» y «reparto de las riquezas» regional en América, se entenderá mejor en el punto número 10 referido a ello.

El maravilloso desarrollo dialéctico de nuestra época ha hecho que veamos variadas posiciones en este foro: desde países profundamente sumisos al imperialismo estadounidense y condescendientes con sus acciones –como Colombia, México o Costa Rica–; países con notable dependencia económica de él pero con nuevas tiranteces políticas y un apego igualmente a otros imperialismos –como Bolivia, Brasil, Argentina–, otros sin dependencia económica o política del imperialismo estadounidense pero que tratan de acercarse al mismo para establecerla –es el caso concreto de Cuba–, hasta países con divergencias y con «relativa» poca dependencia del imperialismo estadounidense –al menos según su propaganda puesto que en la práctica son altamente dependientes o en todo caso la han ido sustituyendo por la dependencia del imperialismo ruso, del socialimperialismo chino; sin olvidar la presencia estratégica de los imperialismos europeos como el español, holandés, francés o alemán –como pasa con Venezuela–. En realidad todas las posturas y discursos, aunque sean calificadas por sus protagonistas como «antiimperialistas» –como dice Maduro en su discurso–:

«¡Somos antiimperialistas!». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Y así lo defiendan los apologistas de estos gobiernos, en realidad no es más que la pose que pretende tapar la evidencia; porque como ya hemos dicho, todos los Estados presentes en la cumbre sufren de una profunda dependencia económico-política de uno u otro imperialismo, y en el caso específico de gobiernos que ahora agudizan sus divergencias con el imperialismo estadounidense como el venezolano ocurre lo mismo, y claro está que estas divergencias no borran la realidad dependientes en que viven inmersos. Hay que decir que en el panorama latinoamericano esta dependencia hacia el imperialismo estadounidense o la alianza con otros para escapar a él –como el ruso y chino o los europeos– convierte a estos países en simples engranajes de las luchas interimperialistas, y por tanto la alianza a un imperialismo para escapar a otro no convierte a estos países en antiimperialistas como muchos de estos líderes y sus necios seguidores creen. Este desarrollo visto en esta conferencia es un lineamiento lógico histórico entre los países dependientes con gobiernos de este tipo: ¿cómo definían los marxista-leninistas, que llevaban décadas luchando contra estas teorizaciones burguesas, como la de los «países no alineados»?

«Esta política, si es que la podemos llamar así, era una ficción, un castillo edificado sobre arena, pero con objetivos precisos. Era un modus vivendi fabricado por el capitalismo mundial para conservar su imperio neocolonialista, haciendo creer a los pueblos que la política que seguían los dirigentes de estos países «no alineados», que de hecho, quien más quien menos, unos sin querer y otros queriendo, son satélites del imperialismo estadounidense y de las demás potencias capitalistas, era una política «independiente» y al margen de los bloques. (...) Cada uno de estos Estados, cada una de las camarillas dominantes en ellos hacía, en relación con el país del cual dependían, la política que le aseguraba mayores beneficios y, a la primera oportunidad podía pasar de una dependencia a otra, es decir, de una zona de influencia a otra». (Enver Hoxha; La política del «no alineamiento», una política construida sobre un castillo de arena; Las superpotencias, 16 de marzo de 1980)

Por lo tanto, no confundamos entonces buscar mayor margen de maniobra con el imperialismo que te tiene subyugado o cambiar de amo, con el antiimperialismo, es de un pseudomarxismo en extremo burdo y pueril.

3) De igual modo nosotros los marxista-leninistas no traficamos con la verdad a la hora de hablar de independencia y soberanía. Los revisionistas piensan que es posible mantener a un país bajo una independencia política siendo dependiente económicamente, esto escapa al marco de la teórica del marxismo-leninismo y a como entienden los marxista-leninistas la relación entre la independencia y soberanía nacional de cualquier país. Vemos continuamente la declaración de que muchos países americanos están trabajando una «segunda independencia»:

«¿Prosperidad con equidad? Yo diría: equidad para la prosperidad, pero también soberanía y dignidad. Llegó la hora de la segunda y definitiva independencia para nuestra América». (Rafael Correa; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

¿Cuál es la posición revolucionaria frente a esto?:

«Estamos en contra de los teóricos revisionistas que predican que, ahora, toda la lucha revolucionaria debe ser reducida a la lucha por la independencia nacional, por conquistarla y defenderla frente a la agresión de las potencias imperialistas, negando la lucha por la liberación social. Sólo la victoria de esta última asegura al mismo tiempo la libertad, la independencia y la soberanía nacional verdaderas y completas. Estos abogados del régimen explotador «olvidan» que la lucha de clases entre el proletariado y sus aliados, por un lado, y la burguesía del país y sus aliados del exterior, por el otro, prosigue siempre de forma encarnizada y que un día conducirá a ese momento, a esa situación revolucionaria, como dice Lenin, en que la revolución estalla. Las condiciones cada vez más favorables que se crean en el mundo para el amplio desarrollo de las revoluciones antiimperialistas y democráticas y para que estén dirigidas por el proletariado, deben ser aprovechadas para pasar de la lucha por la independencia nacional a una fase más avanzada, a la lucha por el socialismo. Lenin nos enseña que la revolución debe ser llevada hasta el final, liquidando a la burguesía y su poder. Sólo sobre esta base se puede hablar de libertad, independencia y soberanía verdaderas». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

E incluso cuando ligan la cuestión de la independencia a la cuestión de la liberación social, lo hacen hipócritamente, veamos:

«Como dice el presidente Evo Morales, que rescatamos nuestra independencia, que empezamos a construir modelos sociales igualitarios verdaderamente democráticos. (...) En Venezuela saben ustedes, queridos compatriotas, queridos colegas, en 1999 se inició una Revolución, una nueva Revolución de independencia. (...)  Reconocer la independencia y la soberanía de nuestro país y la revolución bolivariana y socialista. (...) Respetemos la justa autonomía de cada nación y construyamos desde esta Cumbre histórica, la paz, la independencia, la unión, la prosperidad y sobre todo la felicidad de nuestro pueblo». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Por supuesto si en Venezuela existiera una verdadera independencia y una verdadera revolución socialista observaríamos en lo económico una decidida marcha hacia la autosuficiencia económica basada en las propias fuerzas, existiría una dictadura del proletariado, no existiría fenómenos como el desempleo o la inflación, la ley del valor estaría siendo contenida o directamente estaría extinta, no existirían las clases explotadoras, no existiría el sistema parlamentario democrático-burgués de poder, sino los soviets como expresiones del nuevo poder, se estaría trabajando por borrar la diferencia campo-ciudad, y no existía ni el apoliticismo en el ejército ni la promoción oficial de la religión, etc. Pero todo esto brilla por su ausencia en Venezuela.

Vincent Gouysse atizaría así además, estas especulaciones sobre la búsqueda de la «independencia»:

«La revolución antiimperialista –socialista– se centra en la independencia económica como condición para mantener la independencia política y se caracteriza por la prioridad dada a los medios de la industria de producción de medios de producción, mientras que la revolución anticolonial –democrático-burguesa– espera disfrutar de una mayor –o más «justa»– integración en la división internacional del trabajo». (Vincent Gouysse; Imperialismo y antiimperialismo, 2007)

4) En el caso del discurso de Cuba en esta conferencia es de lo más lamentable y demuestra al nivel de oportunismo a que ha llegado el revisionismo isleño: un país que ayer basaba toda su política propagandística en torno a pedir la solidaridad con Cuba contra el imperialismo estadounidense, ahora ha pasado a embellecer al imperialismo estadounidense y de la mano de Raúl Castro presentan a su presidente Barack Obama como un progresista, casi un pacifista, como alguien a no comparar con los predecesores y como alguien que se eleva por encima de la estructura del sistema imperialista estadounidense y puede con su buena voluntad brindar a los países vecinos todo lo que anhelan sin ninguna intención de fondo, pronuncian lacónicamente sin sonrojarse:

«Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad con nada de esto. ¿Cuántos presidentes hemos tenido? Diez antes que él, todos tienen deuda con nosotros, menos el Presidente Obama. Después de decir tantas cosas duras de un sistema, es justo que le pida disculpas, porque yo soy de los que pienso —y así se lo he manifestado a unos cuantos jefes de Estado y de Gobierno que veo aquí, en reuniones privadas que he tenido con ellos en mi país al recibirlos— que, según mi opinión, el Presidente Obama es un hombre honesto. Me he leído algo de su biografía en los dos libros que han aparecido, no completos, eso lo haré con más calma. Admiro su origen humilde, y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde». (Raúl Castro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Bueno nada, si Raúl Castro ha leído una biografía –seguro que nada decorada– y confía en el origen de clase humilde de Obama y en su honestidad, podemos estar tranquilos, porque el viejo revisionista le ha dado la bendición y promete que no atacara a nadie. Los revisionistas cubanos proclaman: «¡¡¡Obama no nos ha hecho nada, fueron los que estaban antes que él; creemos en ti Obama!!!» ¿Tan pronto se les olvidaron los golpes militares en Honduras y Paraguay? ¿Se les olvidó que allí sigue el asesinato sumarial y sistemático de todo aquel que suponga una amenaza para esos regímenes salido directamente del golpismo apoyado por la administración Obama?

Ya analizamos el acercamiento cubano-estadounidense [1], pero parece que este se reafirma y avanza cuando vemos al presidente estadounidense decir:

«Continuaremos trabajando para restablecer las relaciones diplomáticas, para la reapertura de la embajadas en La Habana y en Washington, y para fomentar un mayor contacto, comercio e intercambio entre nuestros ciudadanos». Barack Obama; Comentarios del Presidente Obama en la Conferencia de Prensa después de la Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Debemos añadir en torno a la táctica de los revisionistas cubanos del «lanzamiento de lisonjas varias» –y olvido del carácter mismo del imperialismo– que no es nueva, ya fue utilizada por otros revisionismos –como el soviético, rumano, yugoslavo o chino– cuando se querían acercar al imperialismo estadounidense de modo permanente o coyuntural:

«Quienquiera que lea este documento no puede por menos de preguntarse: ¿Qué fue de aquel imperialismo estadounidense que en mil y un documentos partidarios y estatales, discursos, libros y artículos de los revisionistas soviéticos era llamado «gendarme de la reacción internacional», «enemigo del proletariado y de las guerras de liberación nacional», «pilar del sistema capitalista mundial», etc., etc.? ¿Qué fue de aquel imperialismo americano que un día antes de la llegada de Nixon a Moscú era el agresor del pueblo vietnamita, oprimía a África y explotaba a Europa? Según los discursos que los cabecillas revisionistas pronunciaron para elogiar a Nixon y según los documentos que firmaron con él, ese imperialismo ya no existe más. Ese imperialismo ahora se habría vuelto manso e incluso se habría comprometido, con la firma de Nixon, a cumplir punto por punto todos los principios de la «coexistencia pacífica», a «estimular y defender la paz, la independencia y la libertad de los pueblos». La difusión de semejantes opiniones e ilusiones acerca del imperialismo es una nueva traición de los revisionistas soviéticos a la causa del proletariado y de la revolución». (Enver Hoxha; Desenmascaremos la contrarrevolucionaria alianza soviético-estadounidense y opongámonos a ella con todas nuestras fuerzas; Las superpotencias, 3 de junio de 1972)

¿Dónde está la coherencia revolucionaria, antiimperialista, de Cuba como país socialista embelleciendo al imperialismo estadounidense? Podríamos decir que se la olvidó en La Habana pero eso sería asumir que la tiene o la ha tenido, y la realidad nos dice que esta nueva postura respecto a los Estados Unidos ya ha sido evidente antes de esta conferencia. Esto no debe pasarse por alto igual que no debe pasarse por alto como en esta conferencia el viejo revisionista de Raúl Castro intenta engañar a las clases trabajadoras respecto al carácter del gobierno de Dilma Rousseff, ocultando las huelgas y disturbios en Brasil por todos conocidos, y argumentando que se tratan de: 

«Deseo reconocer la contribución de Brasil, y de la Presidenta Dilma Rousseff, al fortalecimiento de la integración regional y al desarrollo de políticas sociales que trajeron avances y beneficios a amplios sectores populares, las cuales, dentro de la ofensiva contra diversos gobiernos de izquierda de la región, se pretende revertir». (Raúl Castro; Discurso de clausura en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Cuando son precisamente reacciones del pueblo, aunque espontaneas, en contra de un gobierno que ha desarrollado una «política neoliberal tecnocrática» que ha favorecido a la burguesía nacional e internacional en el país, en detrimento de las masas trabajadoras; fenómenos clásicos del capitalismo. A estos fenómenos no escapan los regímenes capitalistas sean del tipo que sean –eso incluye a los revisionistas como Cuba o Venezuela–:

«En los países capitalistas de corte revisionistas, o sea, aquellos que se cubrieron bajo la apariencia de que allí tras la toma del poder se construyó una sociedad «socialista», pero que en realidad como en otras cuestiones fundamentales revisaron el marxismo-leninismo y no siguieron las pautas ineludibles para construir una sociedad socialista quedándose estancados en un capitalismo, en estos países, como países capitalistas no eluden sus leyes de desarrollo. Por tal razón actualmente existen –en algunos con mayor medida que otros– graves trastornos debido al gasto excesivo en el ejército, desempleo, inflación, diferenciación social, desconcierto por el pago de la deuda, descontento por la falta de abastecimientos de los productos básicos, decepción y enfado por la política interior y exterior antirrevolucionaria del gobierno, apatía por la falta de perspectivas de mejora del nivel de vida, y un largo etc., esto se reflejan a su vez en hechos como huelgas económicas, absentismo laboral, choques de las masas trabajadoras con los cuerpos y fuerzas del Estado, luchas por el poder en la dirigencia, cambios repentinos de política económica, subida y caída de altos cargos del gobierno. Allí, como países que guardan las relaciones de producción capitalistas de todo tipo somos testigos de fenómenos y contradicciones entre el gobierno y las masas trabajadoras, contradicciones que se ven agudizadas en momentos de gran delicadeza y crisis para las dirigencias de estos gobiernos». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano; desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «Pensamiento Juche», 2015)

Curiosamente Raúl Castro al comentar los sucesos políticos y sociales brasileños se olvidó comentar y condenar la construcción de muros alrededor de las favelas, alrededor de los excluidos, de la expulsión de pueblo de sus casas con motivo de la fiesta capitalista deportiva por antonomasia del fútbol; se le olvidó mencionar que los incentivos económicos tecnocráticos del gobierno brasileño se han encaminado permanentemente a la satisfacción de los sectores privados de la economía y que ha hecho crecer a la burguesía nacional que además cada vez exporta capitales con más regularidad –una característica fundamental del imperialismo en nuestra época–, sobre todo a los países americanos. Y esta posición traicionera a los intereses de clase proletarios mundiales no es algo nuevo: la política internacional del revisionismo cubano siempre ha sido igual, apoyar a los regímenes que le convienen, y eso iba acompañado de apoyar las tesis internacionales imperialistas y revisionistas, desde los «no alineados», los «tres mundos», los «países de vía no capitalista y orientación socialista» hasta pasando por la «división internacional del trabajo».

Vale resaltar que el imperialismo estadunidense no es que se sienta derrotado y que tal cuestión se refleje en el acercamiento a la isla caribeña, sino que sencillamente está cambiando de estrategia y está pasando a intentar utilizar los propios mecanismo económico-políticos establecidos en Cuba, sabedor de que en ellos están los elementos que le permitirán la recolonización de la isla; aquí lo que hay que comprender es por qué se produce en este momento: se produce en este momento porque la oposición anticastrista radica en Miami ha perdido peso político en las posturas de Washington, este grupo de fascistas nostálgicos de Batista eran el obstáculo más grande para la normalización de las relaciones entre ambos países, de hecho, sin su beligerancia seguramente ya se hubiesen restablecido; esa pérdida de influencia de este grupo viene acompañada con una mayor presencia e influencia de grupos sociales a favor de la distención que se apoyan además en los nulos resultado de tal estrategia; a causa de ellos es que este grupo acude a manifestarse en Panamá pues ve peligrar su «modus vivendi» ante el discurrir de acontecimientos. Además de que Cuba es hoy un campo de inversión de capitales, un país en recolonización económica, en donde Estados Unidos ha perdido la iniciativa en favor de otros competidores imperialistas precisamente a causa de las sanciones económicas.

5) El discurso de Barack Obama en representación de Estados Unidos fue del tipo demagógico, del tipo agradable y conciliador, muy similar al clásico de la doctrina Nixon de los 70 donde se reconoce las diferencias y tiranteces pero se apuesta a que todo puede ser superado con esfuerzo pues teóricamente todos quieren el bien de todos:

«En línea con la Carta Democrática Interamericana, continuamos defendiendo firmemente la democracia y los derechos humanos. Esta fue la primera Cumbre de las Américas en incluir una función formal para la sociedad civil. Como mencioné en el foro de ayer, Estados Unidos continuará profundizando su apoyo a los grupos de la sociedad civil en todo el continente americano y el mundo. (…) Le dije al Presidente Castro en privado lo mismo que ya he dicho en público, nuestros gobiernos seguirán teniendo diferencias y Estados Unidos continuará defendiendo firmemente los valores universales y los derechos humanos. Al mismo tiempo, acordamos que podemos continuar trabajando para promover nuestros intereses mutuos. (…) Continuamos nuestro trabajo para crear más prosperidad y oportunidades para nuestra gente. En nuestra reunión de ayer, los líderes de Centroamérica reafirmaron su compromiso de mantener un buen gobierno y hacer las reformas económicas y de seguridad necesaria». Barack Obama; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Pero al ser contrastado con la realidad de sus acciones tanto abiertas como subversivas contra los gobiernos latinoamericanos esta palabrería se hunde, e incluso son denunciadas por ciertos representantes de la conferencia; una realidad que se torna más graciosa, ridícula, cuando vemos las peticiones que lanzan algunos de los representantes más enojados con las actuaciones del imperialismo: pidiéndole al imperialismo que cese de realizar presiones y agresiones de tipo político, económico y cultural tales como: complots, tejemanejes diplomáticos, sanciones económicas o agresiones ideológicas propagandísticas cuando tales terceros gobiernos no se adaptan, o no al menos como el imperialismo quiere, a sus propuestas y exigencias. En el caso de Venezuela Nicolás Maduro o Evo Morales que exigieron por favor el fin de este tipo de prácticas agresivas y chantajistas de Estados Unidos:

«Derogar el decreto por la vía diplomática, política que se encuentre y quitar esa amenaza que hay sobre Venezuela. (...) Desmontar la maquinaria de guerra psicológica, política, económica, militar, que tienen en Venezuela en la Embajada de los Estados Unidos, no me voy a extender sobre este tema pero yo pudiera presentar aquí videos, grabaciones de todo tipo de cómo desde la embajada de Estados Unidos de Norteamérica se han preparado golpes de Estado. (...) Presidente Obama es presidente porque hay un sentimiento profundo de cambio y los Estados Unidos quiere dejar de ser imperio, hay dos Estados Unidos, el de Washington, el imperial, el de los lobbies y el Estados Unidos profundo que quiere paz, desarrollo y quiere que lo veamos y quiere que nos veamos como hermanos de ojos a ojos y le cantemos juntos y que andemos juntos la historia». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Evo Morales también se ha apuntado a esta preciosa plegaria:

«Hermanas y hermanos, si Estados Unidos es una potencia, una de las potencias del mundo, yo pido al presidente Obama que lidere a América, para que América sea un continente modelo de paz y con justicia social. Deje de usar el miedo, las políticas de terror y los condicionamientos de toda naturaleza. (...) Dejen de comportarse como imperio y comportémonos como Estados democráticos y soberanos, todos los imperios perecen, las democracias son eternas». (Evo Morales; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

No sabemos que es más triste si la petición de que el imperio sea imperio según el concepto de Maduro o el concepto burgués-revisionista de Morales de que Estados Unidos siendo un país imperialista es algo como una «democracia» incompleta –cuando es una democracia burguesa al uso– y Bolivia una verdadera «democracia» (sic) –cuando no pasa de ser otra democracia burguesa del montón–. En general parece que no se entiende, o se entiende pero se quiere explotar para sus fines, el hecho de que tales acciones agresivas estadounidenses son inherentes al carácter imperialista que subyace a causa del desarrollo político, económico y cultural de ese país, y que por lo tanto estas acciones no van a cambiarlas con formales y educadas peticiones:

«La penetración económica de los Estados Unidos en este hemisferio se llevó a cabo tanto a través de la fuerza militar y del chantaje político, como de la diplomacia del dólar, por medio del garrote y la zanahoria. (...) El imperialismo estadounidense, siguiendo la política de siempre para que Latinoamérica continúe siendo su feudo, del cual saca superganancias colosales, maniobra con todos los medios, militares, diversionistas, demagógicos y mistificadores, para no permitir que algún otro imperialismo predomine allá, y garantizar que en ningún país estalle y triunfe la revolución. Quiere conservar así la completa dependencia de los países latinoamericanos respecto a los Estados Unidos y también el sistema burgués-latifundista en estos países». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

En el caso del lineamiento de los revisionistas venezolanos son muy curiosas estas peticiones, ya que es del tipo: «¡la modernidad de nuestro pensamiento nos indica que somos «antiimperialistas» pero «exigimos por favor» que el «imperio» nos deje comerciar con ellos sin ninguna sanción –esto lo dicen en bloque cual mantra para que se vea la «unida regional»– del mismo modo que comerciamos con otros «imperialismos buenos» como Rusia y china. De todos modos ya hemos demostrado que nuestro «socialismo» se rige por las «leyes económicas capitalistas», por el «enriquecimiento de la nueva camarilla en el poder y su sequito de lacayos cooptados», que nuestro eje económico es la «propiedad privada» y no prohibimos tampoco la extranjera, que sois nuestro principal comprador de petróleo y eso no va a cambiar; y que los discursos solo son discursos! ¿Entonces por qué nos tratáis así?

6) En el discurso de Nicolás Maduro encontramos varias cosas interesantes. Pide que Estados Unidos respete su «constitución socialista» [2] y que se acepte el «socialismo del siglo XXI» –que en caso de que fuera verdaderamente socialismo sería una petición estúpida al imperialismo como ya hemos visto anteriormente–:

«La revolución continuó y continuará su camino democrático de transformaciones pacífico, constitucional, impecable, es mi primer planteamiento que rectifiquen y reconozcan la revolución bolivariana y socialista del siglo XXI que me ha tocado conducir por delegación del comandante Hugo Chávez. Si ustedes no reconocen nuestra revolución, nuestras particularidades, nuestro proyecto socialista seguirán estrellándose contra el mismo muro de fracaso y aislacionismo que ustedes mismos se han metido, esto es una trampa, claro que si, como se lo han dicho a ustedes, a varios gobiernos que han conversado pero no fue Maduro que los metió en una trampa, fueron ustedes soliticos, solitos que caminaron a la trampa. Primer punto, reconocer la independencia y la soberanía de nuestro país y la revolución bolivariana y socialista». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Al hablar de la pobreza que asola la región americana echa la culpa a la «década y el siglo perdido por el neoliberalismo»:

«Queridos compatriotas se nos ha convocado para una Cumbre sobre la prosperidad y estoy seguro que tenemos muchas cosas que decir sobre la prosperidad. La década y el siglo perdido por el neoliberalismo llevó a la miseria, siempre compañeros, compañeras la miseria en América Latina y el Caribe ha estado vinculado a la desigualdad pocos capturan la riqueza de los países». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Señoras y señores los clásicos del marxismo estaban equivocados el problema según el mandatario venezolano no es el capitalismo  en sí sino solo en su forma neoliberal, ¡viva por tanto la propiedad privada y las leyes de producción capitalistas bajo mejores envoltorios como el keynesianismo!  Eugeni Varga y otros economistas revisionistas-burgueses estarían orgullosos de leer como han calado sus tesis.

También evoca que lamenta que en 1989 junto al famoso «Caracazo» venezolano sucedía la caída del «bloque socialista soviético»;

«Hermanos y hermanas del Caribe, y el dolor está vivo todavía. 1989, caía el bloque Socialista Soviético, se declaraba el fin de las ideologías, 1989 es inolvidable para nosotros los venezolanos, 1989 se inició con el Caracazo, 27 y 28 de febrero de 1989». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Entendemos perfectamente que para el Partido Socialista Unificado de Venezuela de Maduro como para su comparsa el Partido Comunista de Venezuela y como para cualquier nostálgico del revisionismo soviético y sus revisionismos filiales, la caída del bloque del revisionismo soviético y en especial de la Unión Soviética socialimperialista se debió sentir tanto en ese entonces como ahora –que siguen reivindicándola– como una  verdadera decepción, se les desmonto el faro que en alta mar les guiaba de noche, pero no fue así para los verdaderos marxista-leninistas. Y damos una palmadita a estos revisionistas ya que reconocemos que han sabido recomponerse muy bien sin su amado revisionismo soviético para seguir estafando al proletariado de sus países, ora con las mismas tesis de los revisionistas soviéticos o con la de los revisionistas trotskistas, chinos, eurocomunistas, yugoslavos, etc. Está claro que los revisionistas como Nicolás Maduro solo pueden expresar pena y desazón por la caída de los regímenes ideológicos en los que se fijan para gobernar, pero jamás podrán entender las causas de su caída:

«Venir a llorar hoy por «la caída del socialismo en 1991», es venir a llorar sobre los restos podridos del revisionismo. Pretender que los acontecimientos de 1991 resultaron de «un complot del imperialismo» y «la carrera armamentística», es negar la responsabilidad de los dirigentes revisionistas-burgueses, es negar la concepción materialista de la historia, es negar que la crisis económica interna fue el factor determinante y finalmente, es olvidar que si los revisionistas se hundieron, fue porque la producción mercantil que habían erigido inicialmente en el interior, engendró su ruina en el marco de la producción mercantil internacional, contexto en el que fueron condenados históricamente, frente a otros competidores imperialistas más poderosos». (Vincent Gouysse; Imperialismo y antiimperialismo, 2007)

Y esto es claro, ya que si realmente entendieran las causas de su causa no seguirían exactamente el mismo camino en las reformas económicas que han implantando desde hace mucho tiempo y que ahora siguen implantando en países revisionistas como Venezuela o Cuba: hablamos de la descentralización, la entrada masiva de capital extranjero, o la promoción del «cuentapropismo» y la «autogestión» –que crea pequeña burguesía por doquier–, ya que estas recetas económicas no son un nuevo modelo del siglo XXI sino las recetas económicas de viejos revisionismos como las que llevó a cabo el líder revisionista húngaro János Kádár.

«La verdad de todo esto es que la promoción del cuentapropismo –crear la pequeña propiedad privada y pequeño burgueses– es la receta desesperada capitalista dentro del mismo capitalismo de los regímenes revisionistas que andaban moribundos para intentar salir de los quebraderos de cabeza y pérdidas económicas que le creaban la propiedad capitalista monopolista de Estado en varias de sus ramas económicas por la naturaleza liberal y capitalista de actuación en su base, por ello buscaban el estímulo económico de los pequeño burgueses, véase sino las reformas económicas de János Kádár en Hungría en los 70, la única diferencia es que los revisionistas húngaros no lo llamaban «cuentapropismo». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

Cuando Nicolás Maduro afirma que verdaderamente se enoja porque hablan de Venezuela y él no habla de los problemas sociales, políticos, económicos, de otros. Argumentando que la denuncia de estos males, siendo reales, sería un caos en las relaciones entre países:

«Yo me encabrono, en Venezuela esa palabra no es mala palabra, puede ser que sea en otros lugares, pido disculpa. Yo me encabrono cuando alguien habla de Venezuela porque yo no hablo de ningún país, imagínense que nos pongamos a opinar, entonces yo me pongo a opinar y el otro y la otra, no, en tal país,  entonces yo me pongo a opinar y el otro y la otra, no, en tal país ¿por qué privatizaron la educación? ¿Por qué hay tanta hambre? ¿Por qué reprimen a la clase obrera, a los campesinos? ¿Por qué le niegan los derechos a los indígenas? Ah, sería el fin, el caos, cada quien maneja su país, dirige su país con los métodos de su Constitución y nadie debe meterse con Venezuela». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Este último comentario de que él no habla de los problemas de otros países porque «sería el fin, el caos, cada quien maneja su país, dirige su país con los métodos de su Constitución» nos destapa el tipo de naturaleza internacionalista de este sujeto. Según su visión mientras como él dice se privatiza la educación, se pasa hambre, se niegan los derechos de los pueblos indígenas o se reprime a la clase obrera –fenómeno todos ellos que no son ajenos a la propia Venezuela– en los países americanos, supuestamente los marxista-leninistas en el poder o no deberíamos estar callados, porque la «realpolitik» indica que cada país gobierna con su constitución (sic), entonces de actuar denunciando estos crímenes del capitalismo estaríamos entorpeciendo las relaciones entre gobiernos, partidos, y demás, vamos una basura de argumento de revolucionario de pacotilla. Así es como deberían actuar los marxista-leninistas ante tales fenómenos capitalistas:

«En estos importantes momentos para los destinos de la revolución, todos los marxistas-leninistas y el proletariado mundial no pueden permanecer callados y hacer de simples espectadores frente a lo que está ocurriendo en los países revisionistas. El internacionalismo proletario exige que todos los revolucionarios levanten su voz, desarrollen una lucha de principios y hasta el fin por el desbaratamiento de todas las camarillas revisionistas en el poder y brinden su apoyo a la clase obrera y a los pueblos que se encuentran actualmente bajo el yugo de los revisionistas, para derrocar a estas camarillas traidoras e izar nuevamente la bandera de la revolución y del socialismo». (Enver Hoxha; La clase obrera de los países revisionistas debe lanzarse al campo de batalla para restablecer la dictadura del proletariado, 24 de marzo de 1968)

Su inesperada defensa de la figura de Jimmy Carter:

«Jimmy Carter, un hombre honorable también». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Es lo que faltaba, este fue otro presidente estadounidense como John F. Kennedy al que los revisionistas le colgaron la etiqueta de progresista y olvidan su papel y operaciones en los conflictos de Líbano, Nicaragua, Irán o Palestina. Como vemos, Nicolás Maduro hace la misma publicidad al halo de de figura honesta de Jimmy Carter, el cual fue construido con sonrisas y bonitos discursos demagógicos en los 70 y que casualmente también eran aplaudidos por los revisionistas chinos quienes ya desde la época de Mao Zedong habían conformado una alianza con el imperialismo estadounidense –que incluiría desde ayuda económica hasta militar–:

«El presidente estadounidense desea que reine en todas partes la «paz estadounidense», mas esta «paz estadounidense» oculta la guerra imperialista, oculta la mentira y la intención de engullirse a los pueblos, la explotación del sudor y de la sangre de los demás. Esta política debe ser desenmascarada hasta el fin y de manera activa. Por eso constituye un crimen el que la dirección china respalde esta política agresiva del imperialismo estadounidense, semejante demagogia, que depara a los pueblos del mundo mayor miseria, pero endulzada con las bellas palabras de un bautista, de un religioso que por dios tiene al dólar y la violencia y por principio la esclavitud y el derramamiento de sangre de los pueblos por cuenta de los ricos, de los magnates estadounidenses y de sus multinacionales». (Enver Hoxha; Política completamente demagógica de Carter; Las superpotencias, 2 de enero de 1978)

Esto nos indica lo servicial que son estas figuras a cualquier figura imperialista si en ese momento su política concuerda con la de su amo. Algo que se vislumbra cuando ahora estos mediocres aluden en que confiemos en que:

«El Presidente Obama es presidente porque hay un sentimiento profundo de cambio y los Estados Unidos quiere dejar de ser imperio». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Están vendiendo el mismo bulo que cuando Obama llego a la presidencia con la maquinaria de propaganda detrás sobre el presunto «profundo cambio» que iba a llevar en la sociedad y que nunca llevó a cabo, o cuando decían que François Hollande sería un líder «cabal y progresista» diferente de sus predecesores, ¡pero es que en el caso de Maduro nos promete el fin del imperialismo! ¡¡¡¿Se imaginan mejor jefe de propaganda para el imperialismo estadounidense que Maduro?!!!

También se evoca de forma idealista y romántica a la figura de Simón Bolívar, pero esta vez lo hace para pedir:

«Una América un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo ya que tiene un origen, una lengua y unas costumbres y una religión». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Ya sabemos, el «socialismo del siglo XXI» no solo lucha por evitar la verdadera liberación social de sus pueblos –como es la revolución proletaria socialista y el paso a la sociedad sin clases, el comunismo–, sino que encima quiere estimular la religión, y no es nada raro, pues reforzar la religión significa reforzar la columna que apuntala la estructura de la burguesía y del sistema capitalista. Esta frase chavista es del todo absurda por otros motivos: ¿por qué iba a ser el cristianismo de tipo católico el garante de la unidad americana? ¿Quizás porque así lo quiso su «majestad real española» y la «santa inquisición española»? Patético. Y luego estos son los que hablan de «patria», «antiimperialismo» y «preservación de la cultural nacional indígena», cuando adoran una religión impuesta por los colonizadores. El fanatismo religioso que sufren no solo sujetos como Nicolás Maduro en Venezuela, sino también gente como Daniel Ortega en Nicaragua –que incluso ha tipificado el carácter católico del país en su constitución– demuestran las grandes dosis de antimarxismo por las que están inundadas sus cabezas [3]. Muestra de ello es que tanto Obama como los líderes de los autodenominados «gobiernos de izquierda» han metido alusiones religiosas en sus discursos. Esto demuestra que:

«Es un hecho bien conocido que la ideología religiosa siempre sirve y ayuda a las clases explotadoras para robar y oprimir a las masas trabajadoras. Esta es una herramienta para criar el sentimiento de impotencia en la gente ante el sufrimiento, la desgracia y la miseria. La ideología religiosa nubla la mente humana y paraliza su voluntad para la transformación de la naturaleza y la sociedad. Esta es la razón por la que Marx, como es bien conocido, comparó la religión con el opio. (...) Precisamente a causa de que la religión desempeña un papel reaccionario es la razón por la que ha gustado y cuenta con el apoyo de las clases dominantes. El lenguaje del capitalista, el revisionista, y el clérigo reaccionario es esencialmente el mismo. El partido marxista-leninista no puede conciliar con la ideología religiosa y su influencia. La base teórica de la política y del programa del verdadero partido de la clase obrera es la filosofía marxista-leninista y no el idealismo y la religión. La lucha de clases para la construcción del socialismo no puede separarse de la lucha contra la religión». (Enver Hoxha; La autogestión yugoslava; teoría y práctica capitalista, 1978)

Esto es así y ha sido demostrado. ¿Desde cuándo los máximos representantes religiosos han obrado en pro del socialismo? ¿Quién se atreve a ocultar la histórica oposición de los representantes religiosos a las reformas agrarias o a las nacionalizaciones de los bancos, transportes, etc. sino los revisionistas y promotores del idealismo religioso? ¿Quién va a negar que los revisionistas como Władysław Gomułka reactivaron la religión cuando usurparon el poder en los países socialistas? ¿Quién no ha oído hablar del histérico papel anticomunista de la iglesia en las revoluciones lideradas por partidos comunistas como en Polonia, Hungría, etc.? ¿Quién no conoce el papel que jugaron enemigos del comunismo como el cardenal Mindszenty, el cardenal Wyszyński o los Papas Pio XII o Juan Pablo II? ¿Qué decir del papel retardatario del ahora reivindicado por Ortega, cardenal Miguel Obando y Bravo, quién jugó un papel esencialísimo en la organización y financiación de la contrarrevolución nicaragüense somocista de los años 80?

7) El discurso de Daniel Ortega ha sido «magníficamente hipócrita», eso no ha cambiado, se autopretende militante por la causa antiimperialista y anticolonial y hasta de adalid de la energía renovable, pero veamos algunos de los puntos de su discurso pues no tiene desperdicio a la hora de ser analizado:

«Y Puerto Rico, aquí me lo recuerda nuestro Hermano Rubén Berríos Martínez que nos acompaña, Presidente del Partido Independentista de Puerto Rico, nos recordaba que, desde el año 1898, Puerto Rico tiene un estatus Colonial. Por eso es que en la CELAC hemos recogido esta reivindicación. Por eso es que en Naciones Unidas también está instalado el tema de Puerto Rico en el Comité de Descolonización. (…) En Nicaragua hemos venido creciendo en Recursos Renovables. Yo recuerdo que el Presidente Chávez nos decía: Trabajen en Recursos Renovables, en Proyectos Renovables. Nos aconsejaba. Y hemos avanzado nosotros en Recursos Renovables, más del 60% de la Energía en Nicaragua se genera con Recursos Renovables». (Daniel Ortega; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Primero: Llama la atención que el primer elemento considerado en su discurso es el caso de Puerto Rico y su estatus de colonia, y claro que estamos de acuerdo en que ese país se encuentra bajo un estatus colonial y que el pueblo puertorriqueño merecer ser consultado para definir su estatus como nación, y que la cumbre representa una buena plataforma para mostrarse a favor de tal causa. Pero resulta profundamente hipócrita, como es frecuente en el practicismo de la burguesía que se pretende de «izquierda», que se realice tal discurso de parte del mandatario nicaragüense puesto que su gobierno ha entregado derechos soberanos a la multinacional china HKND, favorecida con la «concesión de despacho», a espaldas del pueblo nicaragüense, del proyecto gran canal interoceánico de Nicaragua. Tan es así que se redactó «ley a medida» en donde el gobierno de Daniel Ortega, usurpando los derechos del pueblo nicaragüense, renuncia explícitamente a los ya mencionados derechos soberanos; y de paso se pisotean los derechos de los «pueblos indígenas». Dice el Marco de Concesión firmado entre el gobierno de Ortega y HKND:

«(b) Para efectos de esta Cláusula 11.1, «exclusividad» significa que ni el Gobierno ni ninguna otra Entidad Gubernamental (incluida la Comisión y la Autoridad), ni ninguna persona actuando por cuenta propia, deberá: (i) solicitar, iniciar, responder o fomentar la presentación de cualquier propuesta u oferta de cualquier otra persona o entidad relacionada con cualquier Sub-Proyecto o cualquier proyecto nuevo, comparable, similar o cualquier parte del mismo, (ii) permitir el Desarrollo u Operación de cualquier infraestructura o de otro proyecto o empresa de la que razonablemente se esperaría que compitiere sustancialmente con dicho Sub-Proyecto, (iii) iniciar, continuar, o participar en discusiones, negociaciones o acuerdos con cualquier persona o entidad con respecto a cualquier de los anteriores, o (iv) proporcionar cualquier información con respecto a o de otro forma apoyar cualquier esfuerzo o intento de cualquier otra persona o entidad para realizar cualquiera de los anteriores. En la medida en que el Gobierno la Autoridad o la Comisión sea o tenga conocimiento de cualquier oferta no solicitada o investigación (ya sea de un parte previamente interesado o cualquier otra) con respecto a cualquier Sub-Proyecto o cualquier proyecto nuevo, similar comparable o cualquier parte del mismo (una «Propuesta Alternativa»), el Gobierno, la Autoridad o la Comisión (según corresponda) deberá notificar al Patrocinador correspondiente de la existencia, la identidad de la contraparte(s) propuestas y los términos de dicha Propuesta Alternativa dentro de las veinticuatro (24) horas de tener conocimiento de dicha Propuesta Alternativa». (Acuerdo marco de concesión e implementación con relación a el canal de Nicaragua y proyectos de desarrollo; Página nº79-80, Párrafo nº3-1)

Y luego:

«Renuncia de Inmunidad Soberana» significa una renuncia vinculante de inmunidad soberana con respecto a cualquier reclamo que pudiere hacerse o exigirse en base a este Acuerdo o el Acuerdo de Accionistas (según fuere aplicable) en el formato establecido en el Anexo 6 respecto a la renuncia correspondiente (Renuncia a Inmunidad Soberana)» (Acuerdo marco de concesión e implementación con relación a el canal de Nicaragua y proyectos de desarrollo; Página nº28, Párrafo nº14)

A todas estas garantías se añade que Nicaragua –el gobierno– renuncia a la aplicación de sus códigos legales en la zona del canal, per se renuncia explícitamente a su soberanía, en cuanto, lo que convierte al área del canal en colonia de una multinacional.

La ley a medida expresa sobre el MCA –Acuerdo marco de concesión e implementación con relación a el canal de Nicaragua y proyectos de desarrollo–:

«Artículo 13. No aplicarán sanciones administrativas ni económicas de ninguna Entidad Gubernamental, ni El Inversionista ni ninguna Parte de Sub-Proyecto estarán sujetos a las acciones civiles como resultado del incumplimiento de las obligaciones adquiridas por El Inversionista o cualquier Parte de Sub-Proyecto en virtud de las disposiciones de esta Ley o los términos de El MCA, excepto en lo que se refiere a la regulación de solución de controversias de El MCA, pero no por un recurso administrativo o procedimiento en Nicaragua. (…) Ni El Inversionista ni ninguna Parte de Sub-Proyecto serán sujetos de acciones penales como resultado del incumplimiento de las obligaciones adquiridas por El Inversionista o por cualquier otra Parte de Sub-Proyecto en virtud de las disposiciones de esta Ley o los términos de El MCA. Adicionalmente, ni el Inversionista ni ninguna Parte de Sub-Proyecto serán sujetos a sanciones administrativas o económicas por parte de una Entidad Gubernamental por acciones u omisiones, en tanto tal acción u omisión sea requerida o permitida por los términos de El MCA». (La gaceta: Ley Nº.840; Ley especial para el desarrollo de infraestructuras y transportes nicaragüense atingente a El Canal, zonas de libre comercio e infraestructuras asociadas, 14 de junio del 2013)

Y luego:

«Artículo 17. b) Será inaplicable a El Proyecto o los Sub-Proyectos: cualquier ley, código, o decreto que tenga fuerza de ley, así como cualquier reglamento, decreto, ordenanza o resolución emitida por cualquier Entidad Gubernamental que contradiga o impida: (i) el cumplimiento de las obligaciones de cualquier parte de El MCA en virtud a las disposiciones de El MCA incluyendo cualquier asunto que en base a las disposiciones de El MCA, el Gobierno deba cumplir, procurar o usar sus mejores esfuerzos para obtener o asegurar, o (ii) el ejercicio de los derechos otorgados a cualquier Parte de Sub-Proyecto en virtud a las disposiciones de El MCA». (La gaceta: Ley Nº.840; Ley especial para el desarrollo de infraestructuras y transportes nicaragüense atingente a El Canal, zonas de libre comercio e infraestructuras asociadas, 14 de junio del 2013)

Queda demostrado que el anticolonialismo es solo palabrería charlatanesca; del mismo modo que cualquier referencia a la voluntad de los pueblos, o a la autodeterminación de los mismo, es simplemente vil demagogia de un burgués adocenado que ve en sí mismo, y en el gobierno que dirige, la voluntad popular.

Segundo. Daniel Ortega manifiesta en su discurso:

«¡Qué bueno lo del Presidente Obama! Yo digo, es una persona de Buena Voluntad; escuchando su Discurso, es una persona de Buena Voluntad». (Daniel Ortega; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Nos preguntamos ¿Será que Daniel Ortega piensa que las guerras desatadas por la administración del «flamante premio nobel de la paz» en Libia, Siria, Yemen, Ucrania, etc; que los golpes de Estado ocurridos en Honduras y Paraguay; que la persecución a periodistas de investigación; que el encubrimiento y apoyo a Israel; muestran esa «buena voluntad»? Tal despreciable afirmación solo puede venir de un manipulador que busca ganarse el favor del presidente del imperialismo vecino.

Tercero. Sobre lo «renovable», entendemos que queriendo posar de proteccionista con el medio ambiente, tal discurso puede resultar creíble para todo aquel que no esté informado sobre la realidad de Nicaragua; volvamos al caso del proyecto canalero para dejar en evidencia sus palabras: El proyecto se aprobó sin ningún estudio de impacto medioambiental y para su ejecución se despalará el área del proyecto, se desecaran las cuencas hídricas colindantes para dar funcionalidad al canal, estas aguas sufrirán salinización poniendo en peligro los ecosistemas acuáticos vinculados al gran lago de Nicaragua, además de que está demostrado que los sonares de los barcos perjudican gravemente a la fauna acuática, y los riesgos de vertidos químicos se multiplican en una de las mayores reservas de agua dulce del mundo. Todo esto ocurre en una de las zonas con la biodiversidad más importantes del planeta. Evidentemente este es un ejemplo pues la afectación al medio ambiente, en un sentido casi irreparable, es exponencial y evidente en la reserva de Bosawás, la reserva de Miraflor, la ruptura de la frontera agrícola, los monocultivos en el pacífico; la contaminación de las aguas subterráneas con agroquímicos, minas a cielo abierto, etc.

8) El alegato de Evo Morales fue sin duda el más vehemente contra el imperialismo, y más exactamente contra el de los Estados Unidos, es el único imperialismo que reconocen en sus discursos. Durante el discurso se declaró como ser humano que por sus condiciones tenía un:

«Pensamiento antiimperialista, un pensamiento anticapitalista». (Evo Morales; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Paradójicamente ese sentimiento antiimperialista y anticapitalista como dice Evo Morales en su discurso, no significa que Bolivia deje de recibir capital extranjero de los países imperialistas. En 2012 los datos del Banco Central de Bolivia arrojan los siguientes datos:

«De manera, comparativa, se destaca que al primer semestre de 2012, la IED recibida del E. P. de Bolivia aumentó en 53% con relación al mismo período de 2011; este incremento es uno de los más elevados entre las economías de América Latina después de Chile e incluso mayor a la tasa registrada en China, lo que refleja la consolidación de la inversión extranjera en el país. (...) Los flujos de inversión extranjera bruta registrado en el primer semestre de 2012 provinieron principalmente de España ($us185 millones), seguido por Brasil ($us122 millones) y Estados Unidos ($us62 millones). Sobresale que España creció 64,2%, Brasil creció 109,9%, mientras que Suecia decreció 14,1%; en los tres casos con relación al primer semestre de 2011». (Banco Central de Bolivia; Reporte semestral de saldos y flujos del capital privado extranjero en Bolivia, junio de 2012)

Quizás en el «Estado Plurinacional de Bolivia», a base de propaganda, parte de la población crea que esto son datos de una de política y economía «antiimperialista y anticapitalista», pero clases trabajadores de cualquier sitio del mundo y las propias personas coherente de Bolivia desde luego no comerán ese cuento. Del mismo modo que es detectable la presencia abrumadora del socialimperialismo chino en países latinoamericanos –siendo los mayores recibidores de capital chino: Brasil, Venezuela, Perú, Argentina y Ecuador–, tal presencia es detectable en Bolivia aunque a un nivel mucho menor que sus vecinos, pero como decimos es detectable tal presencia tanto en comercio, venta de armas, complejos de extracción mineral, créditos y demás; algo que ocurre de similar modo a Nicaragua que también se apoya cada vez más en el «dragón chino».

9) Se ha demostrado la simple confianza de los gobiernos burgueses latinoamericanos de todo tipo –liberales, neoliberales, reformistas, revisionistas, etcétera– en la institucionalidad burguesa doméstica e internacional para impulsar la coexistencia e incluso una unidad regional; y dentro de esta un tema común es el famoso referido a la distribución de las riquezas y por la desigualdad económica existente. Un analista político marxista-leninista curtido en este tipo de conferencias, sobreentiende, que cuando países capitalistas-imperialistas hablan a los países a los que maniataban económicamente de la búsqueda de un «nuevo orden económico», lo hacen para tranquilizar a los pueblos de estos países cansados de su explotación en beneficio de las camarillas locales y extranjeras, del mismo modo que cuando estos países capitalistas-dependientes de las grandes potencias imperialistas declaran y abogan por un «nuevo orden económico», se sobreentiende de nuevo que se refieren, a que o bien exigen que los imperialismos aflojen el nudo que les subyuga pidiendo un mejor reparto de los mercados o que reclaman más ayudas económicas, adoptando bien esta postura de cara al pueblo para calmar los ánimos de las masas trabajadoras y posar como antiimperialistas que buscaban soluciones a su crisis económica interna, o simplemente para lanzar tal consigna como representantes burgueses de un país capitalista en alza que busca convertirse en potencia y directora del dichoso nuevo orden económico en su región o a nivel mundial. Pero este eslogan es falso, y como los marxistas saben, el único «nuevo orden económico» posible que dará solución a los problemas intrínsecos del capitalismo es el sistema económico socialista:

«Los representantes del gran capital mundial hablan mucho sobre la necesidad de cambiar el actual sistema de relaciones económicas internacionales y de crear un «nuevo orden económico mundial», que también es respaldado por los dirigentes chinos. Según ellos, este «nuevo orden económico» servirá de «base para la estabilidad global». Por su parte, los revisionistas soviéticos hablan de crear una pretendida estructura nueva en las relaciones económicas internacionales. Todo esto son esfuerzos y planes de las potencias imperialistas y neocolonialistas, las cuales quieren mantener vivo y prolongar el neocolonialismo, y conservar la opresión y la expoliación de los pueblos. Pero, las leyes de desarrollo del capitalismo y del imperialismo no obedecen a los deseos ni a las invenciones teóricas de la burguesía y de los revisionistas. Como Lenin ha señalado, para resolver estas contradicciones es necesaria la lucha consecuente contra el colonialismo y el neocolonialismo, la revolución». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

Pero lamentablemente, precisamente la frasecita del «nuevo orden económico mundial» sigue siendo uno de los eslóganes preferidos de los líderes de los países imperialistas y dependientes. Muestra de ello es cuando Nicolás Maduro habla de:

«Rescatamos nuestra independencia, que empezamos a construir modelos sociales igualitarios verdaderamente democráticos, la democracia no solamente es votar y elegir cada cinco o seis años, la democracia tiene que ser participar de la riqueza, de la distribución de la riqueza de nuestros países, participar de las decisiones, democracias participativas, protagónicas». (Nicolás Maduro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

O dicho de otro modo: habla de «repartición de las riquezas» y «nuevo orden económico» sin darle un carácter de clase, sin un carácter marxista-leninista, meramente abstracto como si se pudiera hacer bajo regímenes capitalistas liberales, neoliberales, o los de «democracia protagónica» del «socialismo del siglo XXI» –todos ellos expresiones de una democracia burguesa y sus mecanismos–. Estos revisionistas hablan como si por ejemplo el monopolio de la industria o los avances tecnológicos se cedieran entre países capitalistas los cuales precisamente compiten y especulan con tal industria y con tales patentes tecnológicas, demuestran con ello que no entiende el carácter de la sociedad en que vivimos, el imperialismo, fase superior del capitalismo, y que los países capitalistas evolucionan en base a la voracidad de sus sistemas que no da lugar a repartimiento de riquezas sino al monopolio, búsqueda de mercados, mera supervivencia a base del pisoteo de la competencia.

El rastro de esta perorata referente al «nuevo orden económico» lo encontramos también en el discurso de Daniel Ortega referente al «comercio justo» dentro del marco del ALBA:

«Y lo que tenemos de Venezuela en la Región son Programas Solidarios. La Complementariedad, el Comercio Justo. Eso es lo que tenemos con Venezuela en la Región. En PETROCARIBE, en el ALBA, no hay ningún Proyecto de tipo militar con Venezuela. Todos son Programas de Orden Social». (Daniel Ortega; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Pero también en los discursos de muchos otros como de Raúl Castro:

«Cuando los días 2 y 3 de diciembre de 2011 se creó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Caracas, se inauguró una nueva etapa en la historia de Nuestra América, que hizo patente su bien ganado derecho a vivir en paz y a desarrollarse como decidan libremente sus pueblos, y se trazó para el futuro un camino de desarrollo e integración, basada en la cooperación, la solidaridad y la voluntad común de preservar la independencia, soberanía e identidad». (Raúl Castro; Discurso en la VI Cumbre de las Américas, 11 de abril de 2015)

Hemos de afirmar que tal calificativo del mandatario nicaragüense es incorrecto puesto que las relaciones de intercambio dentro de tal institución siguen siendo capitalista, por tanto y en tanto por esa naturaleza no puede tratarse de relaciones de intercambio económico justas pues están fundamentadas en la «ley del valor» y en la «oferta y demanda» como elementos indisolubles de tales intercambios. Veamos los efectos de ese supuesto intercambio al interior de la sociedad nicaragüense a través de un caso concreto: uno de los productos de intercambio con Venezuela es el «frijol rojo» que tradicionalmente se ha consumido en Nicaragua, pero debido a que Nicaragua tiene una técnica de producción agrícola básicamente artesanal el volumen del producto producido –siempre a merced de las condiciones climáticas–, con dificultad satisface las demanda interna, tras los acuerdos económicos en el marco del ALBA ahora se dedica a la exportación casi en su totalidad hacia el país sudamericano para lo cual el Estado nicaragüense realiza acopio de la producción, pero al exportar el producto a Venezuela este desabastece el mercado interno por lo cual el Estado a través de sus empresas importa «frijol» etíope para satisfacer el mercado interno, pero ocurre que el costo del frijol importado es mayor que el exportado –añadido a la especulación mercantil– por lo cual el producto se ha visto encarecido dificultando el acceso al mismo a las pobres economías familiares; dicho de otro modo, Nicaragua exporta su frijol de mayor calidad, más barato, y más sostenible respecto al medio ambiente debido a la técnica de producción empleada; e importa frijol de menor calidad, más caro, procedente de producción industrial intensiva; con lo que el consumidor final ve multiplicado exponencialmente el precio del producto. ¿Quién puede calificar esto de «comercio justo» y solidario? Todo esto será entendido cuando se comprenda el carácter del desarrollo histórico de la humanidad bajo la fase imperialista, fase superior del capitalismo: Lenin hace tiempo que desmitificó las ideas de los apologistas de los imperialismos y de los necios pequeño burgueses sobre la posibilidad de un reparto equitativo entre los países capitalistas. Los países capitalistas imperialistas defienden sus zonas de influencia, y cuando pueden intentan arrebatárselas a sus competidores, no reparten sus ganancias con sus competidores ni mucho menos con los países a los que somete:

«¿Renunciar a las colonias, a las «esferas de influencia», a la exportación de capitales? Pensar en ello significa reducirse al nivel de un curita que predica cada domingo a los ricos la grandeza del cristianismo y les aconseja regalar a los pobres, bueno, si no unos cuantos miles de millones, unos cuantos centenares de rublos al año. (...). Bajo el capitalismo no puede haber otra base ni otro principio de reparto que la fuerza. El multimillonario no puede repartir con alguien la «renta nacional» de un país capitalista sino en proporción «al capital» (añadiendo, además, que el capital más considerable ha de recibir más de lo que le corresponde). El capitalismo es la propiedad privada de los medios de producción y la anarquía de la producción. Predicar una distribución «justa» de la renta sobre semejante base es proudhonismo, necedad de pequeño burgués y de filisteo. No puede haber más reparto que en proporción «a la fuerza». Y la fuerza cambia en el curso del desarrollo económico. (...) No hay ni puede haber otro medio que la guerra para comprobar la verdadera potencia de un Estado capitalista. La guerra no está en contradicción con los fundamentos de la propiedad privada, sino que es el desarrollo directo e inevitable de tales fundamentos. Bajo el capitalismo es imposible el crecimiento económico parejo de cada empresa y de cada Estado. Bajo el capitalismo, para restablecer de cuando en cuando el equilibrio roto, no hay otro medio posible más que las crisis en la industria y las guerras en la política». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La consigna de los Estados Unidos de Europa, 13 de agosto de 1915)

10) Respecto al carácter del imperialismo y del sistema capitalista en general, en la conferencia americana reciente cada actor hace su interpretación: unos intentan embellecer el carácter del imperialismo estadounidense, otro el de sus competidores imperialistas –como China o Rusia–, unos esperan recompensas del imperialismo estadounidense por defenderles en estos actos, otros intentan acercarse al imperialismo estadounidense y aprovechan estos foros; a otros sus poses «antiimperialismo yankee» les hacen ganar una falsa imagen dentro y fuera del mundo –incluso cuando su país tiene gran presencia del capital estadounidense–, ahora todos coinciden en que sus sistemas políticos parlamentaristas burgueses y sus economías más o menos planificadas basadas en la ley del valor –oferta y la demanda– y su cultura burguesa decadente que santifican lo anterior son las mejores que existen  y que puede existir, y que son la piedra angular para solucionar los problemas que afligen a América y sus pueblos, prometen que así será. Desde luego, los revisionistas de uno y otro tipo tienen un papel especial en estos circos:

«Los Estados Unidos, la Unión Soviética y otros países capitalistas celebran reiteradas reuniones bilaterales y multilaterales, organizan conferencias de todo tipo, convocan congresos, adoptan resoluciones, pronuncian discursos y organizan conferencias de prensa, dicen multitud de mentiras y hacen promesas, amenazas y chantajes. Y todo esto con la finalidad de salir de la crisis que los tiene atenazados, de sofocar el sentimiento de venganza de los pueblos que sufren bajo la opresión, de engañar a las amplias masas trabajadoras y al proletariado, de engañar a los demócratas progresistas. En todo este juego, en este sucio laberinto, también los revisionistas yugoslavos y chinos juegan su carta». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

Y esta conferencia como anunciábamos no es diferente de las que se han producido años antes en diversas partes del mundo y sobre distintos temas de seguridad, proliferación de armas, cooperación y ayudas económicas entre países. Y como estas, sus discursos, resoluciones, pintados de color de rosa, se quedaran en agua de borrajas y todas declaraciones en papel mojado a la espera de una nueva conferencia en que se repetirá el circo.

En conclusión, la unidad de los pueblos no vendrá de la mano de los agentes de la burguesía que trafican con las esperanzas de los pueblos, sino de la mano de las masas trabajadoras organizadas en torno a sus partido de vanguardia, guiados por la teoría emancipadora del marxismo-leninismo.

Notas

[1] Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el acercamiento de Cuba y EEUU [Recopilación Documental], 2015.


[3] Equipo de Bitácora (M-L); El «neo-socialismo cristiano», 2013.

[4] En los anexos a la versión PDF pueden encontrarse los discursos completos de: Nicolás Maduro, Rául Castro, Daniel Ortega, Barack Obama y Evo Morales en la VII Cumbre de las Américas por si alguien desea su estudio y crítica.

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1 comentario:

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